BRASIL
Los dos candidatos siguieron con el tono de la campaña con cruce de acusaciones y descalificativos de cara al balotaje del domingo 30 de octubre.
El debate de anoche entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro siguió el tono de la campaña electoral: duros ataques, descalificativos y cruce de acusaciones.
Con las encuestas dándole a Lula una ventaja de entre cinco y siete puntos sobre Bolsonaropara el balotaje de mañana domingo, el debate en TV Globo era la última oportunidad que ambos candidatos tenían para captar al electorado aún indeciso, en torno al 7%.
El primer cruce se dio con la economía. Bolsonaro responsabilizó a los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de los problemas sociales y económicos de Brasil, y prometió para el año próximo llevará el salario mínimo a 1.400 reales, unos 265 dólares.
Lula retrucó que en sus gobiernos entre 2003 y 2010 aumentó el salario un 74%, y le reprochó a Bolsonaro no haberlo subido en su administración. “Hicimos lo posible”, dijo el presidente argumentando que la pandemia del covid-19 le cambió los planes.
“Durante cuatro años, este señor (Bolsonaro) gobernó el país y no dio ningún aumento real de salario, esa es la verdad”, espetó Lula.
“Lula, usted sabe que todo el sistema está contra mí (...) pare de mentir”, dijo el presidente. “¿Tendré que exorcizarlo para que pare de mentir?”, agregó Bolsonaro.
En otro pasaje del debate, Bolsonaro le lanzó a Lula: “Deje de mentir y váyase a su casa”.
Lula no se quedó atrás, y le respondió con la misma moneda. “El pueblo brasileño sabe quién es mentiroso. El pueblo sabe que usted prometió muchas cosas que no cumplió”, dijo el candidato del PT.
Corrupción
Las denuncias de corrupción contra Lula fue otro plato fuerte del debate. El expresidente se defendió afirmando que la Justicia lo exoneró, a lo que Bolsonaro atacó diciendo que Lula había sido “descondenado” por sus “amigos” del Supremo Tribunal de Justicia. “Usted es un delincuente Lula. Su gobierno fue el campeón de la corrupción”, atacó Bolsonaro.
Lula trajo al debate el caso del arresto del exdiputado Roberto Jefferson, exaliado de Bolsonaro, luego de herir a dos policías al atrincherarse en su domicilio. “Él intenta esconder a Roberto Jefferson, un hombre confianza de él”, afirmó el candidato del PT.
Bolsonaro no se quedó atrás e intentó vincular a Jefferson al PT afirmando que “compraba” apoyos parlamentarios.
“Mensalao, petrolao, más de 100 personas presas. Usted solo está aquí porque tiene amigos en el STF. Debería estar en casa, Lula. Qué queda para los jóvenes en Brasil”, afirmó.
Hasta el viagra estuvo en el debate de anoche, cuando Lula dijo que Bolsonaro había comprado 35.000 cajas de esa pastilla para dar a las Fuerzas Armadas. El presidente contestó que el viagra es usado para tratamiento de próstata. A lo ue Lula preguntó: ¿Por qué solo las Fuerzas Armadas tienen derecho? ¿Por que no distribuyó viagra para el pueblo?”.
En otro pasaje, Bolsonaro acusó a Lula de ser abortista. “Usted es abortista. Siempre trabajó con eso. Asuma que es abortista, que no tiene respeto por la vida humana”, espetó Bolsonaro..
“Yo soy contrario al aborto, mi mujer es contraria al aborto. Yo respeto la vida”, respondió Lula, recordando que tiene cinco hijos, nietos y un bisnieto.
Más aislado que Cuba
Lula acusó también a Bolsonaro de “aislar a Brasil del mundo” durante su gobierno. “Estamos más aislados que Cuba. Ningún país quiere recibirlo. Ningún presidente de ningún país quiere venir aquí”, afirmó Lula al recordar las disputas que Bolsonaro ha tenido con varios líderes mundiales, principalmente europeos, por sus políticas ambientales.
El candidato del PT aseguró que la política externa de su gobierno tuvo gran reconocimiento mundial al punto que Brasil se convirtió en uno de los creadores del Brics (que agrupa a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y de la comunidad de países latinoamericanos.
Lula dijo que, en su condición de candidato, fue recibido en los últimos meses por el canciller de Alemania, por el primer ministro de Francia y por el presidente de España. “En cambio Bolsonaro tan solo fue recibido por el rey de Arabia Saudita, que él cree que es democrático”, agregó.
Bolsonaro respondió que su política externa le permite a Brasil tener actualmente relaciones con 190 países y una balanza comercial con valores récords. “Estamos avanzando en el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. El mundo árabe nos recibe de brazos abiertos. Conversé recientemente con el presidente (de Estados Unidos, Joe) Biden. Estamos muy bien en el mundo. Afuera del país están apoyando mi elección”, dijo.
Según Bolsonaro, Lula se limitó a ofrecerle dinero a los países gobernados por presidentes con afinidad ideológica, como los de Cuba, Venezuela y Argentina.
Bolsonaro recordó los millonarios préstamos ofrecidos por el banco de fomento al desarrollo brasileño para la construcción del metro de Caracas y de un puerto en La Habana que hasta ahora no han sido pagados. “El contrato con Cuba dice que la garantía de ese préstamo era tabacos cubanos. Es una vergüenza”, dijo.
En la primera vuelta del 2 de octubre, Lula obtuvo el 48% de los votos y Bolsonaro un sorpresivo 43%, superando lo que anticipaban las encuestas.
“Lo único que puede cambiar (la situación) en este momento es el debate. El 55% de los brasileños afirma que es muy importante en su decisión. Cualquier tropezón o frase mal colocada puede ser determinante”, dijo el politólogo Felipe Nunes, director de la consultora Quaest.
En el debate anterior, el 16 de octubre en Bandeirantes, el cruce entre Bolsonaro y Lula fue menos agresivo que en los de la primera vuelta, cuando intercambiaron ataques directos ante la presencia de otros candidatos.
Al menos dos hechos de la última semana pueden complicar las chances electorales de Bolsonaro: las declaraciones de su ministro de Economía, Paulo Guedes, sobre una posible desvinculación del aumento del salario mínimo al valor de la inflación, y la insólita reacción del exdiputado bolsonarista Jefferson que al ser arrestado respondió con granadas y tiros que hirieron a dos policías.
Bolsonaro había dejado a un lado sus críticas al sistema de urnas electrónicas, pero esta semana lanzo de nuevo sospechas al denunciar supuestas irregularidades en la difusión de piezas publicitarias en radios del noreste del país.
El Tribuntal Superior Electoral (TSE) desestimó las alegaciones por falta de pruebas y advirtió a la campaña del presidente que la denuncia presentada podría constituir un “crimen electoral”. (OGlobo y La Nación-GDA, AFP y EFE)
Intención de voto estable
Las encuestas de intención de voto difundidas en la última semana de la campaña presidencial indican que Luiz Inácio Lula da Silva llega al balotaje de mañana domingo con ventaja sobre Jair Bolsonaro. Las distancias entre los dos medidas por Ipec, Datafolha, Quaest e Ipespe varían de cinco a siete puntos porcentuales.
El escenario se mantuvo estable, como lo estuvo casi toda la campaña electoral marcada por una gran polarización que llevó a la mayoría de los votantes a definirse muy temprano. Las pocas variaciones registradas fueron en gran parte favorables a Lula. Este dato positivo para el expresidente revirtió parcialmente las variaciones de la semana pasada, que beneficiaron a Bolsonaro.
La encuesta divulgada por Ipec el lunes indicó un 50% de intenciones de voto para Lula y un 43% para Bolsonaro. Las mismas cifras que en la encuesta anterior.
Según una encuesta divulgada este martes por el Ipespe, que realiza encuestas a partir de llamadas telefónicas, la distancia entre los dos candidatos fue de seis puntos porcentuales (50% a 44%, con Lula al frente).
La encuesta nacional de la serie Genial/Quaest mostró al candidato del PT oscilando un punto porcentual en una semana, mientras que Bolsonaro permaneció estancado: el expresidente tiene el 48%, frente al 42% del actual jefe del Ejecutivo.
Datafolha difundió este jueves su encuesta que indica que Bolsonaro bajó un punto y ahora aparece cinco puntos detrás de Lula (49% a 44%).
Datafolha, Quaest e Ipespe indicaron la misma puntuación de 53% a 47% a favor de Lula en el cálculo de los votos válidos, que descarta los votos en blanco y nulos, así como los indecisos. Según la encuesta del Ipec, Lula tiene 54%, contra el 46% de Bolsonaro.
Hoy sábado, un día antes de la votación, Ipec, Datafolha y Quaest publicarán una encuesta más. Estas encuestas no pretenden predecir lo que sucederá en las urnas el domingo, pero tienen un historial de mayor correspondencia con los resultados. (OGlobo/GDA).
La Bolsa
La Bolsa de San Pablo perdió ayer viernes un 0,09% y su índice Ibovespa se situó en los 114.539 puntos, en medio de un clima de cautela por la segunda vuelta del domingo. Durante las cinco jornadas bursátiles, la bolsa paulista cayó un 4,49%, por la incertidumbre de los comicios. En el mercado de cambios, el dólar se depreció un 0,15% frente al real y cerró a 5,299 reales para la compra y 5,300 reales para la venta en el tipo de cambio comercial, mientras que en la semana el dólar escaló un 2,99%.
Una treintena de congresistas demócratas estadounidenses pidió al presidente Joe Biden que reconozca pronto los resultados de las elecciones en Brasil, por miedo a que Jair Bolsonaro los cuestione si pierde.
“Estados Unidos y la comunidad internacional deben estar preparados para reconocer inmediatamente los resultados anunciados por la autoridad electoral brasileña” el domingo, señalan en una carta.
Bolsonaro ha señalado en reiteradas ocasiones la posibilidad de “fraude” debido al sistema electrónico de votación e incluso ha amenazado con no reconocer los resultados.
La semana pasada volvió a decir que aceptará los resultados, siempre y cuando las FFAA no detecten nada “anormal”.
“A pesar del claro compromiso de la sociedad brasileña con la democracia, existen fuertes temores de que si Bolsonaro pierde, cuestionará los resultados de la segunda vuelta, cuando la diferencia entre Bolsonaro y Lula podría ser mucho más ajustada”, afirman los 31 congresistas demócratas. Si Bolsonaro “rechaza activamente los resultados de las elecciones, entonces debemos estar preparados para defender inequívocamente la democracia en Brasil”, añaden.
En septiembre, un grupo de congresistas demócratas ya había pedido al presidente estadounidense que aísle a Brasil “si hay intentos de subvertir el proceso electoral”.