Redacción El País
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó ayer a su candidato a la Alcaldía de São Paulo, el diputado Guilherme Boulos, convencido de que su victoria en las municipales de octubre evitará la vuelta de los “fascistas” al poder. “Con la victoria de Boulos, podremos decir que nunca más la extrema derecha, los fascistas, los nazis, los negacionistas y los mentirosos van a volver a gobernar este país o esta ciudad”, dijo Lula en el acto que oficializó a Boulos como el candidato de una coalición de partidos del campo progresista, en São Paulo.
Boulos, líder del movimiento de los sintecho, diputado federal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), y un fiel aliado de Lula, tendrá como principal adversario al actual alcalde, Ricardo Nunes, abanderado del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
Según sondeos, los dos aspirantes están empatados técnicamente en intención de voto cuando faltan 78 días para la cita electoral.
Esta será la primera vez desde la redemocratización, en 1985, que el Partido de los Trabajadores (PT), que fundó Lula en 1980, renuncia a tener candidato propio en la capital paulista. En este contexto, Lula garantizó su apoyo incondicional a Boulos y le instó a prestar atención a la población pobre de la periferia, que sufre con la ausencia del Estado y la falta de oportunidades. “Es posible gobernar esta ciudad con más humanismo, mirar a la periferia, gobernar para los niños negros y las mujeres negras, para los que son perseguidos”, dijo Lula.
Arropado por los exalcaldes Luiza Erundina, Marta Suplicy, ahora candidata a vicealcaldesa de Boulos, y Fernando Haddad, hoy ministro de Hacienda, el líder de los sintecho prometió “no dejar a nadie atrás”. “São Paulo necesita un shock de humanidad y eso es lo que haremos a partir del 1 de enero del año que viene juntos”, exclamó Boulos.
Los comicios municipales, en los que se renovarán los alcaldes de 5.568 municipios, se asoman como un nuevo duelo entre el progresismo que encarna Lula y la extrema derecha que lidera Bolsonaro.
También servirán como un termómetro de la gestión del Gobierno de Lula casi a mitad del mandato y del ánimo del elector de cara a las presidenciales de 2026, a las que el mandatario ya ha insinuado que pretende presentarse. [EFE]