El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibirá hoy, lunes, al canciller alemán Olaf Scholz, con una agenda que abarca la protección de la Amazonía, el comercio y la defensa de la democracia.
Sholz, quien llegará a Brasilia tras sus visitas a Argentina y Chile, será el primer líder extranjero que hará una visita oficial a Brasil desde el pasado 1 de enero, cuando Lula volvió al poder que ya había ejercido entre 2003 y 2010, en dos mandatos consecutivos.
La cancillería brasileña ha informado de que la intención de esta cita es “relanzar la relación” bilateral, casi congelada durante los cuatro años en que gobernó Jair Bolsonaro, quien mantuvo diversos roces diplomáticos con Alemania y casi toda Europa.
Según el diplomático Kenneth Nóbrega, también será retomado el diálogo político, también casi suspendido desde 2019, y se abordará todo el amplio abanico de intereses que comparten ambos países, que incluye intensas relaciones económicas y comerciales.
Fondo amazonía
El punto más concreto de la cita entre Lula y Sholz será, sin embargo, el medio ambiente. En el marco de la visita del canciller alemán, será reactivado formalmente el llamado Fondo Amazonía, constituido en 2008, durante el segundo mandato de Lula, con donaciones de Alemania y Noruega.
Ese fondo está suspendido desde 2019, por una decisión nunca bien explicada tomada por Bolsonaro, quien al mismo tiempo impulsó duras políticas destinadas a permitir actividades económicas en el mayor pulmón vegetal del planeta.
El fondo cuenta actualmente con unos 600 millones de dólares, que el nuevo Gobierno brasileño rescatará, y a los que sumarán otros 31 millones de dólares que Alemania aportará para dos proyectos en la Amazonía mediante acuerdos que serán suscritos hoy.
Energía limpias
Alemania está dispuesta invertir en Brasil en programas destinados a impulsar energías limpias y proyectos de hidrógeno verde, en los que Brasil ya trabaja.
Al margen del encuentro entre Lula y Scholz, se celebrará un seminario con empresarios de ambos países, que analizarán oportunidades para inversiones mutuas e iniciativas para promover mayor relación comercial.
En Brasil operan unas 600 empresas alemanas que, en la última década, han acumulado inversiones por unos 20.000 de euros, pero el Gobierno de Lula está convencido de que existe espacio para que sean ampliadas, sobre todo en proyectos de energías renovables.
UE-Mercosur
En el apartado económico y comercial, está previsto que Lula ratifique su intención de acelerar el trámite para la ratificación del acuerdo alcanzado por el Mercosur y la Unión Europea (UE) en 2019, que fue congelado sobre todo por el malestar que causaron en Europa las agresivas políticas ambientales de Bolsonaro.
Democracia
La amenaza que la ultraderecha radical representa para algunos países también será analizada por ambos líderes, que deberán hacer una firme declaración en defensa de los regímenes democráticos.
Brasil ya sufrió un violento ataque de esos grupos, encarnados por el bolsonarismo, que el pasado día 8 movilizó a miles de activistas que ocuparon y destrozaron las sedes de los tres poderes de la Nación en Brasilia, con la intención de animar a los militares a dar un golpe de Estado.
En el caso de Alemania, en diciembre pasado fue desbaratada una organización de ultraderecha que, como sucedió en Brasil, planeaba derrocar al Gobierno por la fuerza.
Lula ya ha declarado que una de las intenciones de su mandato es convocar a los líderes de los países democráticos a unirse frente a esa ultraderecha global, sobre la cual ha asegurado que se articula desde Estados Unidos y Europa, y ya tiene tentáculos en varios de los países de América Latina.
Argentina
En esta gira del canciller alemán, Alemania y Argentina firmaron el sábado un memorandum de entendimiento sobre la transición hacia la energía limpia, una carta de intención para fortalecer las startups y la economía del conocimiento, y se dieron otras negociaciones de empresas privadas de ambos países. También Scholz y Fernández coincidieron en profundizar las relaciones comerciales y concretar el acuerdo UE-Mercosur.
En Chile, los ejes fueron: energía, crisis climática y democracia
Scholz realizó su primera visita a Chile recorriendo junto al presidente Boric el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, dedicado a conmemorar a las víctimas de la dictadura militar (1973-1990).
Boric le enseñó a Scholz el Salón Blanco, donde hace casi 50 años el entonces presidente Salvador Allende se quitó la vida el 11 de septiembre de 1973 para evitar rendirse a los golpistas liderados por Augusto Pinochet.
Se trata del segundo encuentro que sostienen ambos mandatarios, que ya se reunieron el pasado septiembre en Nueva York en el marco de la 77° Asamblea General de la ONU. Desde la caída del muro de Berlín, solo ha habido tres visitas de cancilleres alemanes a Chile: Helmut Kohl (1991), Angela Merkel (2013) y ahora el socialdemócrata Scholz, que gobierna junto a verdes y liberales.
Aunque la transición energética y la crisis climática ocuparon parte de la reunión, ambos líderes coincidieron ayer en construir un sitio de memoria en la antigua Colonia Dignidad, el enclave creado por el suboficial nazi Paul Schaefer que operó como centro de detención durante la dictadura militar de Pinochet.
En Colonia Dignidad, Schaefer sometió a trabajos forzados, castigos, manipulación mental y, en algunos casos, abuso sexual a más de 300 personas, muchas de las cuales le siguieron a Chile desde Alemania.
El asentamiento sirvió además de centro de torturas de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la Policía secreta de Pinochet, y se estima que más de cien opositores al régimen fueron asesinados en el recinto. Organizaciones de derechos humanos acusan a la justicia chilena y a la alemana de no perseguir suficientemente los crímenes cometidos en Colonia Dignidad, hoy rebautizada como Villa Baviera.
Fuente: EFE