Redacción El País
La clase política francesa reaccionó ayer sábado de forma dispar frente a la posibilidad de compartir la disuasión nuclear a nivel europeo, una idea que sugirió la víspera el presidente francés, Emmanuel Macron, y sobre la construcción de una Europa de la defensa.
La voz más discordante fue la de la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, por su afinidad con el presidente estadounidense, Donald Trump, y por sus lazos con Moscú. “La disuasión nuclear francesa debe seguir siendo una disuasión nuclear francesa”, sostuvo Le Pen en declaraciones a la prensa durante una visita al Salón de la Agricultura de París y añadió que “no debe compartirse”.
En el lado contrario, defendiendo abiertamente un nuevo enfoque estratégico para la defensa europea, se situaron figuras como el ex primer ministro Michel Barnier. “Estamos entrando en una era totalmente nueva. Para nosotros los franceses, gracias al general de Gaulle, la relación transatlántica nunca ha sido el único horizonte de nuestra seguridad”, recordó sobre las capacidades defensivas galas.
“Una actualización estratégica es ahora inevitable para los europeos: la creación de un Consejo Europeo de Seguridad, la consolidación de nuestra industria de defensa y el reflejo europeo en nuestras compras”, completó Barnier en X. EFE