PUERTO PRÍNCIPE
Hasta el momento, las autoridades haitianas han detenido a 20 de los supuestos implicados en la tragedia; tres murieron en tiroteos con la Policía y cinco permanecen fugados.
Las circunstancias que rodean el asesinato a tiros del presidente de Haití, Jovenel Moise, sigue rodeado de más incógnitas que certezas cinco días después, dado que la narración oficial de los hechos continúa llena de lagunas.
Hasta el momento, las autoridades haitianas han detenido a 20 de los supuestos implicados en el asalto, 3 murieron en tiroteos con la Policía y 5 permanecen fugados, sin que se hayan producido nuevos arrestos desde el viernes ni se hayan ofrecido más detalles oficiales sobre la evolución de las pesquisas.
Las autoridades siguen sin aclarar la sucesión de los hechos en la noche del asesinato y tampoco han dilucidado los supuestos motivos o dado indicios sobre la autoría intelectual del magnicidio.
Las autoridades colombianas, nacionalidad de 26 de los 28 implicados, confirmaron el viernes la identidad de varios miembros del grupo, a los que calificó como "mercenarios", y corroboraron que al menos 15 de ellos eran militares retirados del Ejército.
Además, investigan a cuatro empresas, cuyos nombres y actividad no se ha divulgado, que habrían reclutado a los mercenarios llegados a Puerto Príncipe desde Bogotá distribuidos en dos grupos que viajaron en mayo y junio.
Un audio que se atribuye a la primera dama, Martine Moise, quien fue ingresada en un hospital de Miami tras resultar gravemente herida en el ataque, abunda en la idea de que fueron asesinos a sueldo los autores del magnicidio, idea difundida desde el primer momento por las autoridades de su país. Sin embargo, la oposición haitiana pone en tela de juicio la versión oficial.
El exsenador Steven Benoît afirmó en medios locales que el presidente murió a manos de sus propios agentes de seguridad y que los colombianos habrían sido víctimas de una trampa para convertirlos en chivos expiatorios.
Más allá de esta teoría, se intensifican las dudas sobre la actuación de la seguridad presidencial por no impedir el ataque a la residencia.