Redacción El País
Martinho, con lluvias, rachas fuertes de viento y oleaje, tiene en alerta a España y Portugal especialmente por el riesgo de crecida de sus ríos, tras casi tres semanas consecutivas de intenso temporal en la Península Ibérica, con récord de lluvias en un mes en Madrid en el último siglo.
La cuarta borrasca de gran impacto que afecta a la península en marzo empeoró la presión sobre los ríos de ambos países, que monitorizan unos cauces que ya están muy saturados por las precipitaciones acumuladas todo este mes.
En España, ayer viernes parte de la atención estuvo centrada en Madrid, donde las autoridades vigilan de cerca la crecida de los ríos Manzanares, Jarama, Henares y Tajuña, aunque la situación actual es de estabilidad. La región mantiene activado su plan de inundaciones, ya que a las precipitaciones se une el deshielo en la sierra, que puede provocar aumentos puntuales de los cauces.
Varias universidades suspendieron las clases, se recomendó el teletrabajo en la región y se cerraron algunas carreteras.
El río madrileño aumentó 15 veces su caudal después de un marzo que se ha convertido en el mes más lluvioso en la capital española desde que hay registros (1893), según la Agencia Estatal de Meteorología.
La crecida de los ríos se extiende a otras regiones, como Castilla y León, donde la ciudad de Ávila decretó el estado de emergencia tras una de las peores inundaciones del último siglo.

El desbordamiento de los ríos Adaja y Chico afectó a garajes, bajos de casas, negocios, calles, carreteras y bienes públicos, como la plaza de toros y equipamientos deportivos, y obligó a evacuar a 41 niños que estaban en la residencia de un centro religioso.
Ante la situación, el Gobierno de Castilla y León declaró el nivel 2 de alerta de su plan de inundaciones (Inuncyl) y la Confederación Hidrográfica del Duero mantendrá el estado de alerta durante el fin de semana, especialmente en los ríos de Ávila y Segovia.
También preocupa el Tajo en Castilla-La Mancha.
En la ciudad de Toledo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) tuvo que montar un dique de contención junto al Hospital Nacional de Parapléjicos, que ayer viernes trasladó la medicación y todos los productos a otros almacenes en altura. EFE