O Globo/GDA
Una madre y tres hijas fueron asesinadas en la madrugada del pasado sábado en Sorriso, en el estado de Mato Grosso, en Brasil. Cleci Calvi Cardoso, de 46 años, Miliane Calvi Cardoso, de 19 años, y dos niñas de 12 y 10 años fueron asaltadas en su casa, en el barrio de Florais da Mata, horas después de haber tenido el último contacto con su padre, que es camionero y el día del crimen trabajaba en Paraná, otra zona del país.

Cleci, Miliane y la niña de 12 años también sufrieron abusos sexuales, según la Policía Civil. El autor de los asesinatos es Gilberto Rodrigues dos Anjos, quien vivía y trabajaba en una obra en construcción al lado de la propiedad donde vivía la familia.

El autor de los asesinatos ya había cometido al menos otro crimen similar en setiembre de este año, en el municipio de Lucas do Rio Verde. Ambos casos, según el jefe de Policía Bruno França Ferreira, que investiga la masacre familiar, son idénticos y siguen el mismo patrón.

Según reconstruyó el medio O Globo, esta fue la dinámica del crimen en la madrugada del sábado 25 de noviembre:

El viernes por la noche, madre e hijas tienen su último contacto con su padre, que es camionero y viaja por trabajo. Se fue a Paraná.

Después de consumir drogas, Gilberto Rodrigues dos Anjos invade la casa de las víctimas por la ventana del baño, en la madrugada del sábado. En su testimonio afirmó que su intención era robar.

Foto: O Globo.

Al enfrentarse a una de las víctimas, la madre, pelearon físicamente. Luego tomó un cuchillo y la atacó.

Al notar el movimiento, la hija mayor, de 19 años, sale de la habitación e intenta defender a su madre. Ella también es atacada por Gilberto.

Después de atacar a Cleici y Miliane, Gilberto apunta a las niñas, de 10 y 12 años. También fueron asesinados por él. La más joven habría sido asfixiada.

Tanto la madre como sus dos hijas de 19 y 12 años también sufrieron abusos sexuales poco antes de morir.

Gilberto sale de la casa por la misma ventana por la que entró. Luego, el autor del crimen regresa a la obra de construcción al lado de la casa, donde vivía y trabajaba. Allí se quita la ropa manchada de sangre y la guarda en un contenedor.

La Policía Civil de Mato Grosso lo detuvo el lunes. En declaraciones al jefe policial Bruno França Ferreira, el hombre confesó los crímenes. La identidad del autor del asesinato fue revelada después de que los investigadores encontraran una "huella" dejada por el delincuente en el lugar del crimen.