EFE, AFP
Al menos 70 personas murieron en la madrugada del jueves en Haití en el ataque de una pandilla que dejó además 16 heridos graves, informó este viernes la ONU. Entre los muertos hay entre ellas diez mujeres y tres bebés.
"Miembros de la pandilla Gran Grif armados con fusiles automáticos abrieron fuego contra la población y mataron a al menos 70 personas, incluyendo diez mujeres y tres lactantes", indicó en un comunicado la oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Haití, uno de los países más pobres del mundo, está sumido en la anarquía, con la presencia creciente de bandas en la capital Puerto Príncipe y los sistemas de seguridad y salud colapsados.
"Estamos horrorizados por los ataques en Pont Sonde, en el departamento haitiano de Artibonite", dijo en comunicado el portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Thameen Al-Kheetan.
Dos de las personas gravemente heridas son miembros de la pandilla alcanzados durante un tiroteo con la policía haitiana. Los miembros de la pandilla "habrían incendiado al menos 45 casas y 34 vehículos", forzando a los habitantes a huir.
El Alto comisionado llama "al aumento de la ayuda financiera y logística internacional para la Misión Multinational de Apoyo a la Seguridad (MMAS) en Haití". La MMAS está compuesta principalmente por policías kenianos y acaba de comenzar hace poco su misión de apoyo a las fuerzas del orden haitianas.
La MMAS, compuesta en su gran mayoría por 400 policías kenianos, carece de momento de los recursos necesarios para afrontar un enemigo poderoso. Tienen grandes dificultades para oponerse a las bandas, fuertemente armadas, que se imponen a sangre y fuego en la capital haitiana y sus alrededores desde hace muchos meses.
A fines de septiembre, Estados Unidos anunció sanciones contra el jefe de la pandilla Gran Grif, Luckson Elan, por su involucramiento en graves violaciones de derechos humanos, así como contra un ex miembro del parlamento, Prophane Victor, por su papel en la formación, apoyo y entrega de armamento a las bandas.
Al menos 3.660 personas murieron desde enero en el país por la violencia, había indicado el Alto Comisionado de la semana pasada.
La ola de violencia y la situación humanitaria catastrófica forzaron a más de 700.000 personas, entre ellas la mitad niños, a huir de sus casas para hallar refugio en otras partes del país, según las últimas cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) publicadas el miércoles.