LA PANDEMIA DEL COVID-19
Salir de la cuarentena llevará un buen tiempo, aún en aquellos países que más han avanzado en la lucha contra le virus, como Alemania.
En Europa varios países comenzaron a levantar gradualmente la cuarentena, o tienen previsto hacerlo a partir de mayo, pero en la mayoría de los casos con una condición: el uso generalizado de mascarillas en espacios públicos.
Cubrirse la boca y la nariz también es una medida que se está aplicando masivamente en la región: a partir de hoy miércoles será obligatorio en los supermercados de Uruguay, y en Buenos Aires ya se impuso en el transporte público y otros espacios.
El Gobierno de Italia prepara su estrategia para reabrir el país a partir del 4 de mayo, y dispondrá el uso de mascarillas hasta que haya una vacuna, además de promover otras medidas como una respuesta común de la Unión Europea y ayudas de 50.000 millones de euros para atender la crisis económica provocada por el virus.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, acudió ayer martes al Senado para ilustrar su estrategia para contener la expansión de la pandemia, de cara a la “Fase 2”, la reapertura gradual del país a partir del próximo 4 de mayo.
Conte avisó que comenzará “una fase muy complicada” que pasará por levantar las restricciones de movimiento, el confinamiento de la población y el cierre de la industria en base a un programa de “aperturas progresivas y homogéneo a nivel nacional”.
En su comparecencia, Conte ofreció detalles sobre sus planes desde el punto de vista sanitario, económico y de la Unión Europea (UE), de la que sigue esperando una respuesta sin ambages y común.
La estrategia sanitaria del Gobierno italiano pasa por cinco puntos.
El primero “mantener y hacer respetar la distancia social, promover el uso extendido de dispositivos de protección individual” hasta que se encuentre una vacuna o tratamiento, es decir, guantes y mascarillas.
En segundo lugar, Italia pretende reforzar su red sanitaria y de prevención, “con particular atención” a las residencias de ancianos.
Tercero, el Gobierno aspira a crear hospitales dedicados única y exclusivamente a los enfermos de la COVID-19.
Cuarto, intensificar el uso de pruebas serológicas, para lo que se ha lanzado un concurso público para hacerse con 150.000 test antes del 29 de abril.
Quinto y último, se fomentará el uso de una aplicación telefónica para que trace los contactos de sus usuarios y en caso de que uno enferme se pueda saber con quién ha estado últimamente y elaborar un mapa del contagio. Esta herramienta digital será voluntaria.
El uso de mascarillas para frenar la propagación del coronavirus durante el desconfinamiento progresivo será obligatorio también en Alemania a partir de la semana próxima.
Por ejemplo, en Berlín la medida se aplicará a partir del 27 de abril en los transportes públicos para protegerse de la epidemia.
Diez de los dieciséis estados alemanes, con una población de cerca de 49 millones de personas, anunciaron que el uso de la mascarilla será obligatorio porque en los transportes no es posible garantizar una distancia de varios metros entre personas.
Con más de 143.000 casos confirmados y unos 4.600 muertos, la pandemia está “bajo control y es manejable” en Alemania, según el ministro de Salud, Jens Spahn.
“Estamos lejos todavía de que haya pasado lo peor”, dijo no obstante, la canciller Angela Merkel, que ha advertido a sus compatriotas del riesgo a un resurgimiento del virus.
Los museos de Berlín podrán reabrir sus puertas el 4 de mayo, tras dos meses de cierre forzado por la pandemia del coronavirus.
El 4 de mayo también podrán reabrir, bajo ciertas condiciones de seguridad, las bibliotecas y podrán empezar a celebrarse actos al aire libre de hasta 50 personas y servicios religiosos -aunque para un máximo de 50 feligreses-.
El comercio minorista podrá asimismo abrir hasta un máximo de 800 metros cuadrados (si es que la tienda supera estas dimensiones) y para un máximo de un cliente por cada 20 metros cuadrados.
El alcalde-gobernador de Berlin, Michael Müller, indicó en rueda de prensa al presentar estas medidas que la ciudad puede entrar en la “primera fase de la relajación” de las restricciones porque tiene “la infección bajo control”.
No obstante, recalcó que los avances son “frágiles”, que “en absoluto se podrá hablar del fin de la alerta general en menos de ocho o diez semanas” y que es fundamental mantener las normas de “distanciamiento social”.
Niños españoles.
España también se apronta para salir de la cuarentena. Ayer martes el Gobierno del presidente Pedro Sánchez autorizó que los menores de 14 años puedan dar paseos en la calle a partir del 26 de abril, tan solo unas horas después de haber anunciado que solo pemitiría que acompañaran a un adulto que fuera a comprar alimentos o medicamentos o al banco.
Es una medida de “alivio” parcial del confinamiento que España vive desde el 14 de marzo pasado, cuando el Ejecutivo decretó el estado de alarma y limitaciones drásticas del movimiento de la población.
En rueda de prensa, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció el cambio de criterio sobre las salidas de los niños al aire libre después de las duras críticas de organizaciones sanitarias, autoridades regionales y partidos. “Sabemos escuchar”, dijo el ministro respondiendo los planteos de la oposición.
España se encuentra en la sexta semana consecutiva de confinamiento, salvo para trabajos autorizados, comprar productos básicos, ir al médico o al banco.
Entre los obligados a permanecer en casa están los estudiantes de todos los niveles, ya que las clases presenciales siguen suspendidas.
En el Senado el ministro Illa, precisó ayer que España no está aún en la fase de “desescalada” para un final gradual y paulatino del confinamiento, lo que dependerá de cómo evolucione la pandemia.
“Seguimos manteniendo una tendencia claramente descendente en los últimos días”, pese a que las muertes a causa del coronavirus repuntaron levemente este martes, hasta las 430, lo que supone 21.282 en total, comentó por su parte el portavoz del Ministerio de Sanidad para la pandemia, el doctor Fernando Simón, en rueda de prensa.
En esta situación, el gobierno solicitó al Parlamento otra ampliación del estado de alarma, hasta el 9 de mayo, para mantener las limitaciones drásticas de movimiento de las personas y el cierre de infinidad de actividades y establecimientos.
Cifra 40% mayor en Reino Unido
La cifra de muertos por COVID-19 en Gran Bretaña al 10 de abril fue un 40% mayor a la que entonces informó el gobierno. La Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) dijo ayer martes que registró 13.121 muertes antes del 10 de abril en Inglaterra y Gales, en comparación con las 9.288 informadas por el gobierno de fallecidos en hospitales. Las cifras de ONS incluyen muertes en hogares de ancianos, que se han duplicado en menos de un mes, y hospitales. El Reino Unido, que ahora se encuentra en la cima del brote, ha reportado el quinto número de muertes más alto del mundo.
Investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido) comenzarán a realizar pruebas de una vacuna para el COVID-19 en humanos mañana jueves, anunció el ministro de Sanidad británico, Mat Hancock.
“En tiempos normales, llegar a esta etapa habría costado años”, indicó en una rueda de prensa el ministro, que recalcó que el proceso para desarrollar una vacuna es una cuestión de “prueba y error”.
Pese a las incertidumbres, “las ventajas de ser el primer país del mundo que desarrolle una vacuna que tenga éxito son tan enormes que estoy poniendo todos los recursos posibles”, recalcó Hancock.
El titular de Sanidad anunció que ha puesto 20 millones de libras (22,60 millones de euros) a disposición del equipo de Oxford y otros 22 millones de libras (24,90 millones de euros) para otro proyecto de vacuna desarrollado en el Imperial College London.
“Vamos a darles todos los recursos necesarios para maximizar las oportunidades de que tengan éxito tan pronto como sea posible”, recalcó Hancock.
Mientras siguen adelante esas dos investigaciones, el Gobierno británico invertirá además para aumentar su “capacidad de manufactura”, afirmó. “De ese modo, si alguna de estas dos vacunas funciona y es segura, podremos hacer que esté disponible para los británicos tan pronto como sea humanamente posible”, indicó.
El consejero científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, advirtió esta semana de que el proceso de desarrollo de una vacuna puede ser largo, incluso si muestra signos positivos de que puede proteger contra el virus.
“Todas las nuevas vacunas que comienzan a desarrollarse son proyectos a largo plazo. Solo algunas acaban teniendo éxito. Con el coronavirus no será distinto y presenta nuevos retos”, advirtió. (EFE)