Máxima tensión entre británicos y rusos por ex espía envenenado

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Exespía ruso en 2006 fue juzgado por entregar información militar a los británicos. Foto: AFP

EL CASO DE SERGUÉI SKRIPAL

Reino Unido responderá de forma “contundente” si prueba un atentado.

Reino Unido amenazó ayer martes con una dura respuesta a Rusia si se demuestra que el gobierno de Vladimir Putin está detrás de la misteriosa enfermedad que aqueja a un ex agente doble ruso, condenado por traicionar a decenas de espías ante la inteligencia británica. Entre las medidas que maneja Londres, está que funcionarios del gobierno británico no concurran a Rusia en oportunidad del Mundial de Fútbol.

Sergei Skripal, excoronel del servicio de inteligencia militar ruso GRU, y su hija Yulia fueron hallados inconscientes el domingo en un banco fuera de un centro comercial en la ciudad de Salisbury, en el sur de Inglaterra.

Skripal, de 66 años, y su hija de 33 años fueron expuestos a lo que la policía calificó como una sustancia desconocida. Ambos están en estado crítico y en cuidados intensivos.

"No sabemos con exactitud qué ha ocurrido en Salisbury, pero si es tan malo como parece, es uno más en la letanía de crímenes que podemos dejar en la puerta de Rusia", dijo el ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, en el Parlamento. "Me temo que está claro que Rusia es ahora, en muchos aspectos, una fuerza maligna y disruptiva, y Reino Unido está liderando en el mundo los intentos de contrarrestar esta actividad", agregó.

"Puedo asegurar a la Cámara que si surgen pruebas de la responsabilidad de un Estado, el gobierno de Su Majestad responderá apropiada y contundentemente", dijo Johnson. "Aviso a los gobiernos de todo el mundo de que ningún intento de cobrarse una vida inocente en el Reino Unido quedará sin castigo ni sanción", sentenció Johnson.

Si se demuestra que Moscú está detrás de la enfermedad de Skripal será difícil que representantes del Reino Unido vayan al Mundial de Rusia en junio y julio, indicó Johnson. Una fuente oficial aclaró que eso apunta a la visita de ministros o dignatarios.

Aunque las autoridades británicas dijeron que no hay un riesgo conocido para el público de la sustancia no identificada, la policía selló el área donde fue hallado Skripal, una pizzería llamada Zizzi y el pub Bishops Mill, en el centro de Salisbury. Algunos investigadores usaron trajes químicos amarillos.

Skripal, que entregó la identidad de decenas de espías a la agencia de inteligencia extranjera MI6 británica, recibió asilo en Reino Unido tras ser intercambiado en 2010 por espías rusos capturados en Occidente como parte de un canje al estilo de la Guerra Fría en un aeropuerto en Viena.

En Moscú, el Kremlin dijo "no disponer de ninguna información" sobre el caso de Skripal, según el portavoz Dimitri Peskov. "Ustedes saben por qué estaba en Occidente, a raíz de qué acciones y decisiones, no voy a volver sobre ello. Y ahora observamos que se ha producido una situación trágica. Pero no disponemos de información sobre las razones", explicó Peskov.

Por su parte, la portavoz de la diplomacia rusa, María Zajárova, calificó de "salvajada" las declaraciones del ministro británico Boris Johnson. "Es una salvajada, algo imposible. Este tipo de declaraciones por parte del jefe de Exteriores es algo salvaje. Existen normas de procedimiento, de investigación, de respeto a las leyes", dijo la portavoz rusa.

Alexander Litvinenko, otro espía ruso que se convirtió en enemigo del Kremlin, murió en 2006 al cabo de una agonía atroz al ser envenenado por agentes rusos que colocaron polonio en su té en Londres, en lo que fue tildado de primer caso de terrorismo nuclear. Su viuda, Marina Litvinenko, explicó a la prensa británica que tuvo una sensación familiar cuando vio las imágenes de los investigadores con sus monos amarillos y escafandras buscando la sustancia que envenenó a Skripal.

El diputado Tom Tugendhat, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de los Comunes dijo que, "aunque es muy pronto", el asunto "tiene todos los distintivos de un atentado ruso".

"Todavía no se ha confirmado si fue asesinado, pero tras la patética respuesta británica al asesinato de Litvinenko con polonio en Londres, ¿por qué Putin no iba a volver a hacerlo?", se preguntó por su parte el ajedrecista ruso Garry Kasparov, fiero crítico del presidente ruso.

La respuesta de Londres se limitó entonces a imponer sanciones a los dos sospechosos del asesinato de Litvinenko, que nunca fueron juzgados y volvieron a Rusia, y no hubo represalias a niveles más altos, pese a que la investigación señaló a Putin. Andrei Lugovoi, uno de los dos sospechosos de aquel asesinato, que es ahora diputado ruso, acusó al Reino Unido de "sufrir fobias" en declaraciones a Interfax.

De doble agente al mayor canje de espías desde la Guerra Fría

Durante casi 10 años, Serguéi Skripal transmitió a los servicios británicos informaciones sobre el ejército ruso. Desarrolló una larga carrera en el GRU, los servicios de inteligencia del ejército ruso, hasta que ascendió a coronel. En 1999 pasó al ministerio ruso de Relaciones Exteriores. Los servicios de inteligencia británicos lo reclutaron en 1995. Hasta su detención en 2004, proporcionó la identidad de varias decenas de agentes secretos rusos que operaban en Europa, así como informaciones relativas a las unidades militares rusas y su estado de preparación para el combate. A cambio, habría recibido 100.000 dólares a través de una cuenta bancaria en España. Skripal se declaró culpable durante su juicio en Rusia. Se le condenó en agosto de 2006 a 13 años en un campo de alta seguridad. La espectacular detención en Estados Unidos en 2010 de 10 agentes rusos "durmientes" volvió a poner a Serguéi Skripal en la palestra. Esos 10 agentes fueron canjeados por Skripal y otros tres condenados en el intercambio más importante desde el fin de la Guerra Fría. Después se refugió en Inglaterra, donde vivía con discreción.

Muertes sospechosas de exiliados rusos

El presunto envenamiento en la ciudad inglesa de Salisbury del ex espía ruso Serguéi Skripal, recordó a los varios exiliados rusos muertos en el Reino Unido en los últimos años. Del también exespía Alexander Litvinenko, a los oligarcas Boris Berezovski y Alexander Perepilitchny, estos fueron los casos más notables:

Alexander Litvinenko. Crítico del presidente Vladimir Putin, exagente del FSB (los servicios secretos rusos), murió el 23 de noviembre de 2006 al cabo de tres semanas de agonía al ser envenando con polonio-210, una sustancia altamente radioactiva. La investigación británica llegó a la conclusión, diez años más tarde, de la responsabilidad del Estado ruso y de la culpabilidad de dos ejecutores, los rusos Andrei Lugovoi y Dimitri Kovtun, que presuntamente introdujeron la sustancia venenosa en un té durante un encuentro en un hotel de Londres. Rusia negó su responsabilidad.

Badri Patarkatsish-vili. Georgiano, murió repentinamente en 2008 a los 52 años en su casa del sur de Londres. Primero aliado, luego desafió a Putin y se cree que su muerte pudo guardar relación con las luchas de poder en su Georgia natal. Aunque primero se atribuyó su muerte a "causas inexplicadas", luego se habló de una patología cardiaca.

Ajmad Zaraev. Líder checheno moderado, refugiado en Londres, escapó en abril de 2012 a un complot para asesinarlo, desbaratado por los servicios secretos británicos (MI5).

Alexander Perepilitchny. Millonario ruso, de 44 años, fue hallado muerto en noviembre de 2012 en su propiedad de Surrey, cerca de Londres. La policía dijo primero que había sido una muerte natural, pero unos análisis adicionales reclamados por la compañía de seguros de la víctima revelaron la presencia en su organismo de una molécula relacionada con el gelsemio, una planta venenosa. Según la prensa británica, este empresario era un testigo clave en el caso Magnitski, el abogado del fondo de inversiones Hermitage Capital que murió en 2009 en una prisión moscovita tras denunciar una maquinación del poder ruso.

Boris Berezovski. Oligarca ruso, convertido en un feroz crítico del Kremlin cuando se exilió, fue hallado ahorcado en marzo de 2013 en su residencia próxima a Londres.

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