Un palestino de 13 años hirió de bala ayer sábado a dos hombres en Jerusalén Este, al día siguiente de que otro palestino matara a siete personas frente a una sinagoga, en uno de los peores ataques contra Israel en los últimos años.
Horas más tarde, un tercer atentado en 24 horas ocurrió ayer, cuando un hombre armado abrió fuego en un restaurante ubicado en un asentamiento judío de Cisjordania ocupada pero no se reportaron víctimas, informó ayer el Ejército israelí.
Estos atentados se produjeron en medio de una escalada de violencia, que se aceleró el jueves tras un incursión del ejército israelí en Cisjordania, que se saldó con la muerte de nueve palestinos.
El segundo ataque ocurrió en el barrio palestino de Silwan, fuera de la muralla que demarca la Ciudad Vieja, en Jerusalén Este, anexada por Israel desde la guerra de 1967.
Fuentes médicas y policiales señalaron que las víctimas son un hombre de 47 años y su hijo de 23, “heridos de bala en la parte superior del cuerpo”.
El atacante fue “herido y neutralizado” por las fuerzas de seguridad y fue identificado como un “residente de 13 años de Jerusalén Este”, informó la policía.
Poco antes, la policía anunció 42 arrestos relacionados con el ataque del viernes, cometido por un palestino de 21 años que abrió fuego contra personas congregadas a la salida de una sinagoga durante el sabbat, matando a siete personas. La matanza coincidió con el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se personó el viernes por la noche en esa sinagoga y fue recibido por decena de personas al grito de “muerte a los árabes”.
El diputado israelí Mickey Levy, del partido centrista Yesh Atid (oposición), advirtió que la nueva ola de violencia recordaba a la segunda Intifada, el levantamiento palestino de 2000 a 2005 que causó muertes en ambos bandos. “Lo que ocurrió hace 20 años está empezando a repetirse ahora”, dijo. “Tenemos que sentarnos, pensar cómo podemos avanzar y detener esta situación”, añadió.
Condena internacional
El jefe de la policía israelí, Kobi Shabtai, calificó la matanza en la sinagoga como “uno de los peores ataques” de los últimos años.
La Autoridad Palestina, que gobierna en Cisjordania, consideró en un comunicado que Israel era “plenamente responsable de la peligrosa escalada”.
El grupo libanés Hezbolá, uno de los principales enemigos de Israel, calificó el ataque de “heroico” y expresó su “apoyo absoluto a las medidas adoptadas por facciones de la resistencia palestina”.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó a “evitar a toda costa una espiral de violencia” y Rusia apeló a la “máxima moderación”.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, tiene previsto un viaje la próxima semana a la región, donde discutirá “los pasos a seguir para reducir las tensiones”, informó el portavoz del Departamento de Estado. La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, habló por teléfono con el presidente israelí, Isaac Herzog, para reafirmar el compromiso de EE.UU. con la seguridad de Israel.
La Unión Europea pidió a Israel y Palestina que reviertan la “espiral de violencia”
Varias naciones árabes que tienen vínculos con Israel -entre ellas Egipto, Jordania y Emiratos Árabes Unidos- condenaron el atentado del viernes.
Operación en Yenín
Israel describió la incursión de sus tropas el jueves en el campamento de refugiados de Yenín (norte de Cisjordania), como una operación de “antiterrorismo” contra combatientes de la Yihad Islámica. Esta organización y Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, prometieron represalias y el viernes dispararon cohetes contra territorio israelí.
La mayoría de los proyectiles fueron derribados por las defensas israelíes, pero el ejército respondió con bombardeos aéreos contra Gaza. No se reportaron heridos, pero los grupos armados palestinos prometieron nuevas acciones.
Netanyahu prometió “respuesta rápida”
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió ayer sábado dar una réplica “vigorosa” y “precisa”, tras dos ataques cometidos por palestinos en Jerusalén Este, en uno de los cuales murieron siete israelíes.
“Nuestra respuesta será vigorosa, rápida y precisa”, declaró Netanyahu antes de una reunión de su gabinete de seguridad nacional. “No estamos buscando una escalada, pero estamos preparados para cualquier escenario”, añadió.
Abogó por otorgar más licencias de armas para civiles, pero al mismo tiempo pidió a los israelíes no hacer justicia por su propia mano.
Aseguró que presentará una serie de “medidas adicionales en la lucha contra el terrorismo, que incluyen acelerar y agilizar significativamente la concesión de licencias de armas para civiles autorizados”. Según él, esta estrategia “salva vidas”.
Por su parte, el comisario general de la Policía de Israel, Yaakov Shabtai, y el ministro de Seguridad Nacional, el extremista antiárabe Itamar Ben Gvir, también llamaron a todos los residentes que posean armas de fuego con licencia a que las porten.
De su lado, en el campo de refugiados de Yenín, epicentro de la resistencia armada palestina en el norte de Cisjordania ocupada, sus habitantes lloraban a los fallecidos en la intensa redada israelí de hace un par de días.
En lo que va de 2023, ya son 32 palestinos muertos en el marco del conflicto. Del lado israelí, son siete las víctimas mortales, todas civiles, a raíz de ataques terroristas en tierra o por lanzamientos de cohetes. [AFP y EFE]
AFP