Mercenarios del Grupo Wagner frenan su avance hacia Moscú luego de haber pactado con Putin

Rebelión del grupo Wagner hizo temblar al Kremlin; tanques llegaron a 200 km de la capital de Rusia.

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Mercenarios del Grupo Wagner en Roston del Don.
Foto: ROMAN ROMOKHOV/AFP fotos

Agencias AFP y EFE
El régimen de Vladimir Putin vivió ayer sábado su día de mayor tensión desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022, cuando los tanques de los mercenarios de la organización Wagner, que hasta ahora peleaban en el bando ruso, emprendieron su marcha hacia Moscú con el objetivo de hacer caer a la cúpula militar del Kremlin.

La rebelión desatada por el líder del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, duró unas horas, pero dejó al descubierto la debilidad de Putin en medio de la contraofensiva ucraniana.

Ayer al caer la tarde, mientras avanzaban hacia Moscú, las fuerzas mercenarias emprendieron la retirada tras acordar con Putin que irían a Bielorrusia.

El volátil Prigozhin, que había prometido “liberar al pueblo ruso” llevando a sus tropas hasta Moscú, dio marcha atrás para evitar un derramamiento de “sangre rusa”, según sus palabras. “Nuestras columnas dan media vuelta y volvemos a nuestros campamentos”, dijo.

Desde el anuncio de la sublevación el viernes en el suroeste de Rusia, los hombres de Wagner alcanzaron tres regiones rusas (Rostov, Voronej y Lipetsk) y se quedaron a menos de 200 kilómetros de la capital.

Aclamados por decenas de habitantes de Rostov con gritos de “¡Wagner, Wagner!”, los mercenarios dejaron anoche esa ciudad.

La "palabra" de Putin

Conforme al acuerdo alcanzado, Prigozhin podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, aseguró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. “El caso penal que le fue abierto será cerrado y él (Prigozhin) se irá a Bielorrusia”, afirmó Peskov.

Citado por la agencia TASS, agregó que tampoco serán perseguidos los otros wagneritas que tomaron parte de la rebelión debido a sus “méritos en el frente”.

“El principal objetivo era evitar un baño de sangre (...) y enfrentamientos con resultados impredecibles”, señaló Peskov.

En cuanto a las garantías de que Prigozhin podrá abandonar Rusia y llegar a Bielorrusia, Peskov aseguró que estas consisten en “la palabra del presidente” Putin.

El dictador de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado de Putin y que conoce al propio Prigozhin desde hace más de dos décadas, jugó un papel mediador clave.

Fue él quien propuso al jefe de Wagner frenar su avance en Rusia. “Estamos agradecidos al presidente de Bielorrusia por estos esfuerzos”, dijo el portavoz del Kremlin.

Prigozhin advirtió el viernes que contaba con 25.000 efectivos decididos a llegar “hasta el final” y “destruir todo lo que se interponga” en su camino.

“Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil”, afirmó.

Prigozhin dijo que las élites militares rusas, contra las cuales se rebeló, “querían desintegrar a Wagner”, y explicó que por ello anunció la “marcha por la justicia”, durante la cual, en 24 horas, avanzó hasta llegar a 200 kilómetros de Moscú.

Pero luego cambió su discurso, tras el acuerdo con Putin. “Ha llegado el momento de que se puede derramar sangre. Por eso, comprendiendo toda la responsabilidad de que se derrame sangre rusa por una de las partes, nuestras columnas dan media vuelta y regresamos a nuestras bases de acuerdo con el plan”, afirmó Prigozhin en un mensaje de audio en su canal de Telegram.

Confrontado a su mayor desafío desde su llegada al poder en 1999, el presidente ruso, Vladimir Putin, buscó mantener el control.

En las horas previas había condenado la “traición” de Prigozhin y alertado del riesgo de una “guerra civil” en Rusia.

Tras el anuncio del repliegue, comenzaron a levantarse algunas medidas excepcionales de seguridad tomadas en Rusia ante el avance de Wagner, en particular en la región de Lipetsk, al sur de la capital, por donde habían entrado los paramilitares, en Moscú, y en la región rusa de Kaluga, cuya capital regional se encuentra a 180 km al sur de Moscú.

“Putin humillado”.

En medio del caos provocado por la rebelión de Wagner en Rusia, Ucrania lanzó maniobras ofensivas contra las fuerzas rusas en el frente este y realizó nuevos “avances en todas las direcciones”, anunció el ministerio de Defensa.

Tras asegurar que Ucrania era ahora el único responsable de “la seguridad del flanco oriental de Europa”, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó una vez más a Occidente a entregar “todas las armas necesarias”, en particular los cazas F-16, para combatir la invasión rusa.

Para Zelenski, el intento de golpe de estado de Wagner muestra que “el liderazgo ruso no tiene control sobre nada”. “El hombre del Kremlin obviamente está muy asustado”, dijo.

Pese a la marcha atrás del líder de Wagner, el consejero presidencial ucraniano, Mijailo Podoliak, aseguró en Twitter que “Prigozhin humilló a Putin y al Estado y demostró que ya no existe un monopolio legítimo de la violencia” en Rusia.

Rusia advirtió a las potencias occidentales que no “aprovechen” la rebelión de Wagner para promover una agenda antirrusa y aseguró que esta sublevación no le impedirá “alcanzar sus objetivos” en el conflicto de Ucrania.

“Golpe de Estado”.

El ruso Ígor Guirkin, alias “Strelkov”, líder de la sublevación prorrusa en el Donbás en 2014 y uno de los mayores detractores de Prigozhin, escribió en Telegram que desconfía de los “acuerdos” que fueron alcanzados entre el Kremlin y Wagner.

“Espero equivocarme”, indicó, y agregó que en su opinión “nada ha acabado por el momento”. Según Guirkin, lo que ocurrió en Rusia en estas 24 horas no fue una “rebelión” armada, sino un verdadero “golpe de Estado”. “Si este ha acabado o no, lo sabremos pronto. Tal vez, mañana”, concluyó.

Alerta nuclear

El expresidente de Rusia y vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, dijo que si “los bandidos” del Grupo Wagner asumieran el poder en el país el mundo estaría “al borde de la destrucción”. “Somos muy conscientes de las consecuencias de un golpe de Estado en la mayor potencia nuclear”, dijo, según la agencia oficial TASS. “Nunca ha habido una situación en la que el mayor arsenal de armas nucleares haya sido controlado por bandidos”, indicó.

Aliados occidentales

La rebelión del grupo Wagner desencadenó una serie de consultas entre los aliados occidentales que están apoyando a Ucrania a vencer la invasión rusa. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló ayer sábado con los mandatarios de Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Olaf Scholz) y el Reino Unido (Rishi Sunak). Coincidieron en ratificar “su apoyo inquebrantable a Ucrania”, dijo la Casa Blanca.

Por su parte, el secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, mantuvo una llamada telefónica con los ministros de Defensa de Canadá, Francia, Alemania, Polonia y el Reino Unido.

“Estados Unidos se mantendrá en estrecha coordinación con los aliados y socios a medida que la situación continúe desarrollándose. El secretario Austin también reiteró que el apoyo de Estados Unidos a Ucrania no cambiará”, detalla un comunicado.

Además, a primera hora del sábado, el secretario de Estado, Antony Blinken, habló con los ministros de Relaciones Exteriores del G7 y el alto representante la Unión Europea, Josep Borrell.

La rebelión mercenaria parece haber terminado; la crisis interna en Rusia, no.

Estrategia ucraniana: ofensiva y diálogo secreto

En medio de crisis desata por la sublevación del grupo de mercenarios rusos Wagner, Ucrania emprendió ayer sábado una nueva ofensiva en el este del país para recuperar territorio ocupado, informó su viceministra de Defensa, Hanna Maliar, según recoge el portal Ukrinform.

La ofensiva se dirige simultáneamente “en varias direcciones”, entre ella en la ciudad de Bajmut. Maliar se había referido antes a la revuelta del grupo Wagner como “una ventana de oportunidad” para Ucrania que probaría “la inevitable degradación del Estado ruso”.

Dinamarca, en tanto, es sede desde ayer sábado de una reunión secreta organizada por Ucrania para discutir con varios países, entre ellos algunos que se mantienen neutrales ante la invasión rusa, las perspectivas de una paz duradera.

Muy pocos detalles se filtraron sobre el cónclave y la diplomacia danesa guarda absoluto silencio al respecto, pero un responsable occidental indicó que contaría con la presencia del consejero de Seguridad Nacional de EE.UU., Jake Sullivan.

La Unión Europea (UE) también enviará a altos funcionarios para ayudar a Ucrania a ganarse el apoyo de países que evitaron tomar partido desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022, dijo una fuente diplomática europea de alto nivel.

“Hemos trabajado muy duro en el G7 en una fórmula para la paz” y ahora “el objetivo es (...) implicar a actores clave como Brasil e India”, indicó. “Esperamos y deseamos sinceramente que China también esté presente”, añadió.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, de visita en París, confirmó que su país está representado en la reunión por Celso Amorim.

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