“Mercosur no está entre las prioridades de Brasil”, dice Livres

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Cumbre del Mercosur en Asunción. Foto: Cancillería de Paraguay
Baldomir, Lucia

ANTE ELECCIONES

El País consultó a Magno Karl, máster en políticas públicas y director ejecutivo del Instituto Livres de San Pablo, para conocer el pulso de lo que está pasando en su país.

Una de las preocupaciones de Uruguay es la posición que adoptará, luego de las elecciones, el próximo gobierno de Brasil en relación al Mercosur.

El País consultó a Magno Karl, máster en políticas públicas y director ejecutivo del Instituto Livres de San Pablo, para conocer el pulso de lo que está pasando en su país.

Karl considera que el tema Mercosur está más en la agenda del exmandatario Lula da Silva que en la del presidente Jair Bolsonaro, pero los problemas más urgentes en el ámbito interno de Brasil (léase, la pobreza, la falta de trabajo y las reivindicaciones salariales) dejarán al Mercosur en un segundo plano en las prioridades del gobierno.

-¿Qué tanto se habla del Mercosur en Brasil?

-El Mercosur es un desconocido (para la población) en Brasil, independientemente de quién gane las elecciones. El tema rara vez se menciona en los medios locales y no está entre las prioridades de los candidatos.

Vemos que el fortalecimiento del Mercosur tiende a ser un tema más ligado a la izquierda brasileña, que tiene en Lula a un gran entusiasta de la integración latinoamericana. Sin embargo, pocos avances sustanciales hacia la consolidación del bloque ocurrieron en los ocho años que Lula fue presidente.

Para estas elecciones, el bloque del Mercosur se menciona al final del programa de gobierno de Lula, que promete fortalecerlo junto con organizaciones como Unasur, Celac y los Brics. El programa de gobierno de Bolsonaro para los próximos cuatro años ni siquiera menciona al bloque.

En su gobierno, Bolsonaro ha dicho poco sobre otros países de la región como socios potenciales. Buena parte de sus referencias fueron a Argentina y sus elecciones, con críticas a la elección de Fernández y sus políticas económicas, pero no mucho más.

Los brasileños saben muy poco sobre Mercosur y no entienden sus beneficios potenciales, por lo que no es un tema relevante en nuestras elecciones.

-¿Lula se pronuncia a favor de la unión latinoamericana, pero ustedes piensan que, si resulta electo, Mercosur no será una prioridad en la escena brasilera?

-Es difícil apostar que el fortalecimiento del bloque será una verdadera prioridad para Lula o Bolsonaro.

En el debate político brasileño, las menciones a nuestros vecinos tienden a centrarse en el miedo de “convertirnos en Argentina o Venezuela” y muy poco en los ejemplos positivos que podemos encontrar en la región.

Los frecuentes problemas políticos y económicos de Argentina, nuestro principal socio comercial en la región, ciertamente no están ayudando a mejorar la popularidad del Mercosur.

-¿Cómo proyecta las relaciones comerciales entre Brasil y Uruguay en el futuro próximo?

-No creo que la renovación del mandato de Bolsonaro, o si Lula resulta electo, provoquen grandes cambios en las relaciones entre Brasil y Uruguay, especialmente en nuestras relaciones económicas.

Brasil es uno de los socios comerciales más importantes de Uruguay y la mala gestión de la economía brasileña impacta directamente a nuestros vecinos, pero no deberíamos tener grandes noticias en este ámbito, al menos en 2023.

Aunque la oposición gane las elecciones, la agenda del próximo año aún estará enfocada en recuperar los impactos sociales y económicos de la pandemia en el país. Habrá poco espacio para otros cambios importantes, especialmente en el comercio exterior, un área que ha prosperado en los últimos años.

-Si Lula gana, ¿cómo ve venir el fortalecimiento de la izquierda latinoamericana, con qué características?

-El ascenso de la izquierda latinoamericana ha sido un tema presente en las elecciones presidenciales brasileñas desde al menos el año 2002, cuando Lula fue elegido por primera vez.

Si miramos lo que realmente sucedió en nuestro continente en los últimos 20 años, hemos incrementado el comercio entre los países de la región, pero la integración regional no ha avanzado como se esperaba, y quizás el estancamiento de las políticas de fortalecimiento del Mercosur sea el mayor símbolo de ello. Tampoco fuimos testigos de la formación de un bloque internacional y socialista políticamente relevante en la región, como algunos temían, a pesar del apoyo público de Lula al chavismo venezolano, mientras era presidente de Brasil y después del final de su mandato.

-Según las encuestas, Lula va adelante en la intención de voto. ¿Qué reflexión hace al respecto?

-Vemos que Lula en 2022 está políticamente debilitado en comparación con 2002 y ha buscado formar una coalición amplia, más allá de la izquierda tradicional.

Pese al respaldo político y electoral, Lula no es -ni ha sido- nunca chavista, y habiendo construido su candidatura con políticos de centro y centroderecha (su candidato a vicepresidente es Geraldo Alckmin, exgobernador de São Paulo), su postura como presidente, si gana las elecciones de este domingo, debería estar más cerca de Gabriel Boric que de Nicolás Maduro.

La posible victoria de Lula ciertamente fortalece a la izquierda latinoamericana, pero aún no sabemos si Lula dejará atrás su lealtad -al menos en sus discursos- a los regímenes regresivos liderados por izquierdistas en la región.

Pase lo que pase, vemos que Lula sigue teniendo dificultades para condenar el castrismo cubano o el chavismo venezolano.

Por otro lado, la derrota de Bolsonaro sería la caída de un símbolo de la derecha global y una oportunidad para que las voces moderadas de la derecha brasileña se reorganicen en torno a nuevos nombres y nuevas posturas, sin asociación con políticos que defienden el régimen de Augusto Pinochet.

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