México rumbo a su año récord en homicidios

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Recuerdo para las víctimas de los carteles de narcotraficantes en México. Foto: AFP.

SEGURIDAD

Unos 100 casos por día. Ayer el presidente reconoció que la reducción de los índices de violencia es el principal reto de su Gobierno.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró ayer domingo su primer año al frente del Gobierno, pero la fiesta quedó empañada por la muerte de al menos 20 personas en enfrentamientos entre policías y narcotraficantes.

En un multitudinario acto en el Zócalo de la capital mexicana, López Obrador repasó sus logros y aceptó que la economía y la seguridad son los dos principales debes de su gestión.

“Es indudable que en estos primeros doce meses hemos avanzado mucho, pero aún estamos en un proceso de transición”, dijo ante unos 140.000 simpatizantes reunidos en la Plaza de la Constitución, la mayor plaza en México. “Hace un año hice 100 compromisos con el pueblo de México, al día de hoy hemos cumplido 89 y sólo 11 están pendientes”, agregó.

Entre esos 11 compromisos que todavía no cumplió, el mandatario aceptó que “no ha habido crecimiento económico como deseamos, pero existe una mejor distribución de la riqueza, el presupuesto no se queda ‘arriba’ (gobierno y clase política) como antes, ahora llega a la gente”.

López Obrador pidió los ciudadanos un año más para sentar las bases de su política.

Explicó que las reformas que se han hecho a la Constitución mexicana tienen el propósito de garantizar el desarrollo del país y el bienestar del pueblo.

Destacó como las más importantes: el combate a la corrupción, la ley de austeridad, la extinción de dominio, la prohibición de la devolución de impuestos, el combate al robo de combustibles y la evasión fiscal y fraude electoral como delitos graves.

Entre decenas de temas, López Obrador se dio tiempo para hablar del tratado de libre comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).

“Considero que el nuevo tratado será aprobado más temprano que tarde en los congresos de Estados Unidos y Canadá”, apuntó.

Respaldo de AMLO a su “hermano” Evo Morales

Andrés Manuel López Obrador respaldó al expresidente de Bolivia, Evo Morales, asilado en México. “Con apego a nuestra ejemplar tradición de ofrecer refugio a perseguidos políticos del mundo, decidimos otorgar asilo humanitario y político al presidente de Bolivia, Evo Morales y a su vicepresidente, Álvaro García Linera”, dijo López Obrador. “Evo no solo es nuestro hermano que representa con dignidad al pueblo mayoritariamente indígena de Bolivia. Evo fue víctima de un golpe de Estado y desde México para el mundo, sostenemos: democracia sí, militarismo no”, agregó. En su informen en el Zócalo capitalino, López Obrador recordó que el gobierno de México ofrece “cooperación, amistad y respeto” a todas las naciones y particularmente a los países hermanos de América Latina y el Caribe.

Violencia.

En México se cometen unos 100 homicidios por día. Ayer domingo, el presidente reconoció que la reducción de los índices de violencia es el principal reto de su Gobierno.

“Reitero, la disminución de la incidencia delictiva en el país constituye nuestro principal desafío, pero estamos seguros de que vamos a pacificar a México”, dijo el mandatario.

Agregó que la nueva política de seguridad se demostró con la crisis de terror que se vivió el 17 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, debido a la detención de Ovidio Guzmán, hijo del capo narco Joaquín “Chapo” Guzmán, que calificó como “una verdadera prueba de fuego”.

Ese día los hombres del Chapo -fundador del cartel de Sinaloa que cumple condena perpetua en Estados Unidos- salieron a las calles con armas de alto calibre “y se vivió un alto riesgo, por lo que se prefirió detener el operativo y liberar al implicado para evitar una masacre que habría cobrado la vida de cientos de personas, la mayoría civiles”, explicó López Obrador.

“Podrán decir nuestros adversarios que mostramos debilidad, pero nada vale más que la vida de las personas”, apuntó.

La crisis de violencia e inseguridad en México ha dejado en los últimos 13 años más de 200.000 muertos y 40.000 desaparecidos.

López Obrador dijo que su Gobierno no repetirá “la desquiciada” guerra contra el narcotráfico” que inició el presidente Felipe Calderón (2006-2012) y agregó que no utilizará a las Fuerzas Armadas para cometer masacres ni actos ilegales.

López Obrador agradeció al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la solidaridad ofrecida en casos como el de Culiacán o el asesinato de una familia de la comunidad mormona en el estado de Sonora, pero advirtió que “México es un país soberano”.

Según datos oficiales, México reportó 28.741 homicidios dolosos en los primeros 10 meses de 2019 (casi 100 por día), por lo que va en camino de cerrar el año como el más violento desde que hay registros.

Mientras López Obrador hacía su acto, la oposición congregó a unas 10.000 personas, según la policía local, en el turístico Paseo de la Reforma, que lanzaron consignas como “¡Ya basta!” y “¡Renuncia AMLO”, el acrónimo con que es conocido el mandatario mexicano.

“Tenemos que cambiar todo, la estrategia (...), ningún presidente puede resolver el problema de la violencia solo”, dijo Julián LeBarón, líder de la comunidad mormona enlutada luego de que el 4 noviembre nueve de sus miembros, tres mujeres y seis niños, fueron masacrados por narcotraficantes.

A raíz del ataque a los mormones, comunidad de origen estadounidense pero establecida en el norte de México desde hace varias generaciones, el presidente Trump dijo que considerará como “organizaciones terroristas” a los carteles del narcotráfico, lo que en México ha sido interpretado como una potencial intervención de Estados Unidos, incluso armada.

Baño de sangre.

El aniversario del primer año de López Obrador coincidió con un fin de semana en el que al menos 20 personas murieron tras una serie de enfrentamientos entre narcos y las fuerzas de seguridad muy cerca de la frontera con Estados Unidos, avivando precisamente el debate sobre si los cárteles mexicanos de la droga deberían ser considerados terroristas.

Autoridades del norteño estado Coahuila dijeron que entre las víctimas se encontraban 14 integrantes de una banda de narcotraficantes, cuatro agentes de seguridad y dos personas que habrían sido secuestradas por los delincuentes.

Los enfrentamientos se iniciaron el sábado después de que un convoy de más de 60 hombres armados ingresó a la pequeña localidad Villa Unión y atacó a la municipalidad, informó el gobierno estatal, que había logrado decomisar 17 vehículos y 18 armas de grueso calibre.

Usuarios de las redes sociales divulgaron imágenes de video de disparos, columnas de humo y camionetas artilladas circulando por la ciudad.

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