AFP, EFE
Retomaron las negociaciones para un alto el fuego en Gaza, pero ambas partes son cautas. Mientras, sigue subiendo la tensión en la frontera norte de Israel, por los ataque del grupo chiita Hezbolá desde Líbano.

Israel señaló ayer viernes que persisten “diferencias” en las negociaciones indirectas con el grupo terrorista Hamás para lograr un alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes, pero que enviará una delegación a Catar la semana próxima para “continuar las conversaciones”.

David Barnea, el jefe del Mosad -los servicios de inteligencia israelíes-, regresó a Israel después de mantener negociaciones con los mediadores cataríes. Barnea se reunió en Doha con el primer ministro y jefe de la diplomacia catarí, Mohamed bin Abdulrahman al Thani, para discutir la propuesta planteada por Hamás el miércoles, que incluiría la liberación de los 116 rehenes que quedan dentro de la Franja.

Además de Barnea, integran el equipo negociador el jefe del Shin Bet -la agencia de seguridad interior-, Ronen Bar; y el mayor general Nitzan Alon, quien supervisa las conversaciones en nombre del Ejército

“Se decidió que la semana próxima los negociadores israelíes viajen a Doha para continuar las conversaciones. Sigue habiendo diferencias entre las partes”, declaró un portavoz de la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu.

Hamás, en el poder en Gaza, anunció el miércoles que transmitió nuevas “ideas” a los mediadores para poner fin a la guerra, desencadenada por el ataque terrorista del grupo palestino en el sur de Israel el 7 de octubre.

Las negociaciones, que se llevan a cabo con la mediación de Catar, Estados Unidos y Egipto, han topado hasta ahora con las exigencias irreconciliables de ambos bandos.

Netanyahu afirma que el conflicto continuará hasta “la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes”. Hamás exige un alto el fuego permanente y una retirada total de las tropas israelíes del territorio palestino.

Estados Unidos estima que Israel y Hamás tienen una “oportunidad significativa” de llegar a un consenso para detener la guerra, dijo el jueves un alto funcionario estadounidense, que pidió no ser identificado. Sin embargo, queda “mucho trabajo por hacer, añadió.

El flamante jefe de la diplomacia británica, David Lammy, urgió ayer viernes a un alto el fuego inmediato. “La tarea ahora es ponerse a trabajar (...) para apoyar un alto el fuego inmediato y avanzar hacia la liberación de los rehenes”, afirmó Lammy tras ser nombrado al frente del Foreign Office por el primer ministro Keir Starmer, vencedor de las elecciones legislativas británicas del jueves. “El acuerdo está ahí, está al alcance de la mano. Por favor, nuestros corazones de madre no pueden más”, insistió Silvia Cunio, madre de dos rehenes, en un acto celebrado ayer viernes en Tel Aviv.

Foto: AFP

La guerra en Gaza también alimentó la tensión en la frontera norte de Israel y avivó los temores de una conflagración regional, con duelos de artillería casi diarios entre el ejército israelí y Hezbolá, que ataca desde Líbano en apoyo a Hamás.

El poderoso movimiento islamista libanés, afín a Irán y aliado de Hamás, lanzó el jueves una andanada de 200 cohetes y drones explosivos contra el norte de Israel. En respuesta, el ejército israelí indicó que bombardeó instalaciones militares en el sur de Líbano.

“En la dura campaña contra Líbano, hemos establecido un principio: quien nos hace daño es hombre muerto”, declaró Netanyahu durante una visita al cuartel general de la Fuerza Aérea en Tel Aviv.

Una delegación de Hamás se reunió con el jefe de Hezbolá, Hasan Nasrallah, para analizar la situación en el terreno y las próximas negociaciones, informó ayer viernes un dirigente del grupo terrorista palestino.

La guerra también ha provocado un recrudecimiento de la violencia en Cisjordania, donde la Autoridad Palestina anunció ayer viernes que siete palestinos murieron en una incursión israelí en Yenín, entre ellos cuatro combatientes y un comandante de Hamás.