EFE, AFP
Miles de personas salieron ayer a las calles de Bogotá al grito de “que vivan las reformas” (laboral, de pensiones y a la salud) presentadas por el Gobierno, para expresar su apoyo a las políticas del presidente colombiano, Gustavo Petro, y presionar su aprobación en el Congreso. El mandatario, que también caminó varias cuadras de la capital junto a la multitud, afirmó que las protestas envían un mensaje al Congreso para que apruebe sus reformas, empantanadas por las diferencias entre él y varios partidos, y las declaraciones de su exembajador en Venezuela, Armando Benedetti.

Este amenazó con revelar información sobre presuntas irregularidades en la financiación de la campaña electoral.

El Gobierno carece de mayorías en el Congreso, y el plazo para la aprobación de las reformas vence el próximo 20 de junio, cuando termina el periodo legislativo ordinario, aunque el presidente puede convocar sesiones extras.

A Petro lo acompañaron en la caminata y en la tarima en la que habló la primera dama, Verónica Alcocer; su hija Sofía, y algunos miembros de su gabinete.

Trabajadores de la salud, docentes y transportistas, entre otros, acataron el llamado de los sindicatos y continuaron hasta la noche en la Plaza de Bolívar al grito de “Petro, amigo, el pueblo está contigo”.

En el poder desde agosto, Pero enfrenta uno de los peores escándalos de su gobierno, bajo investigación por un caso de escuchas ilegales. No obstante, a las arengas de apoyo a reformas concretas se transformaron prácticamente en una manifestación en defensa del presidente.

“Que no se atrevan a romper con la democracia en Colombia porque se encontrarán con un gigante: el pueblo de Colombia en las calles”, advirtió el mandatario, quien pidió mantener las protestas.