La ministra británica del Interior, Suella Braverman, viajó a Ruanda ayer y defendió un controvertido proyecto de expulsar a ese país a los migrantes que llegaron de manera irregular a Reino Unido, y afirmó que es “humanitario” y “compasivo”, lo que causó el rechazo de grupos humanitarios.
El gobierno conservador de Reino Unido hizo de la lucha contra la inmigración irregular una de sus prioridades y firmó hace más de un año un acuerdo con Ruanda para expulsar a una parte de los migrantes irregulares a ese país africano.
El acuerdo busca prohibir todas las solicitudes de asilo de quienes llegan ilegalmente y transferirlos a terceros países “seguros”, como Ruanda, para impedir que miles de migrantes crucen el canal de la Mancha en embarcaciones precarias
“Creo sinceramente que esta asociación de primer plano en el mundo entre dos aliados y dos amigos, el Reino Unido y Ruanda, abrirá el camino para encontrar una solución a la vez humanitaria y compasiva”, declaró Braverman en Kigali. Junto a ella estaba el ministro de Relaciones Exteriores de Ruanda, Vincent Biruta, quien dijo que el acuerdo “ayudará a desmantelar redes criminales de tráfico” y también “salvará vidas”.
Miles de personas se manifestaron ayer sábado en varias ciudades del Reino Unido contra el proyecto.
CON INFORMACIÓN DE AFP