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Germán Olmedo viajó a la frontera ucraniana y junto a un chofer polaco brinda ayuda humanitaria. “Vamos un poco regalados, cualquier bala que se escape o cualquier proyectil nos podría dañar”, dijo.
Olmedo y el chofer polaco están en contacto con organizaciones de voluntarios dentro del país invadido, que a menudo los vinculan con ucranianos que quieren llegar a Polonia. El martes, por ejemplo, llevaron a una familia ucraniana, mientras que el miércoles transportaron a una mujer de Irpin y a otra de la asediada Mariúpol.
“No cruzamos la frontera con ellos, sino que llegamos allí (a los controles), ellos se bajan con su pasaporte y su equipaje y pasan solos, y nosotros pasamos por otro lado con nuestros pasaportes como voluntarios”, explicó.
En total, los viajes que realizan son de unos 70 kilómetros, y están de regreso en Polonia unas dos horas después de haber salido. Siempre intentan comenzar la incursión temprano, porque, dado que a las 22:00 horas rige un toque de queda, se fijaron las 19:00 como límite para emprender el regreso desde Lviv. “Podés ser considerado enemigo, podés ser considerado ruso si te estás moviendo en ese horario", aseguró.
Las tres horas extra que los voluntarios se conceden para volver a Polonia es por si pinchan o chocan el auto en el trayecto. El riesgo de un accidente en el camino a Lviv es inminente: Olmedo relató que “el tráfico es una locura” y que el martes incluso estuvieron a punto de chocar cuatro veces.
De todas formas, el uruguayo puntualizó que hay “viajes más duros” que los de ellos, y habló otros voluntarios que se ha encontrado en el camino, como un sacerdote que se iba en misión a una iglesia de Kiev y un militar chileno que se ofreció para combatir en la Legión Internacional de Defensa Territorial de Ucrania. Al chileno lo conoció en Cracovia, y días después lo volvió a ver en la frontera polaca, cruzando para luchar en Ucrania.
“Esos momentos te marcan un poco porque lo saludás, nos sacamos una foto, pero no sabés si lo vas a volver a ver. Porque él sí se iba, se iba adentro a combatir”, lamentó el uruguayo.
Esta no es la primera vez que Olmedo actúa como voluntario. En 2015 estuvo en Grecia ayudando a refugiados sirios. “Alguien tiene que hacerlo, se tiene que hacer”, afirmó. “Si cada uno hiciera su parte, se podría ayudar a mucha gente; en este momento vengo simplemente a eso, a hacer mi parte”, concluyó.
Este jueves el uruguayo termina su travesía por la frontera y el viernes regresa a España.