AFP, EFE
Frente a las costas griegas se vivió ayer miércoles una de las peores tragedias a las que están expuestos los migrantes ilegales que intentan llegar a Europa cruzando el Mediterráneo. Al menos 79 personas murieron en el naufragio de su embarcación frente a la península del Peloponeso, en el sur de Grecia, pero el número de víctimas aumentará con la aparición de más cuerpos, advierten los rescatistas.
Esta tragedia coincide con la divulgación por parte de la ONU de su último informe sobre refugiados. Más de 110 millones de personas viven actualmente en situación de desplazamiento o de exilio forzado, un número récord, destaca el informe.
El pesquero que naufragó frente a las costas griegas se hundió en aguas internacionales a unos 87 kilómetros de Pilos. Durante un amplio operativo de rescate, complicado por los fuertes vientos, fueron rescatadas 104 personas.
El portavoz de los guardacostas Nikolaos Alexiou dijo que el barco naufragó en “una de las zonas más profundas”.
Es imposible saber el “número exacto” de personas que iban a bordo, señaló el portavoz de los guardacostas, aunque recalcó que la embarcación estaba “sobrecargada”.
“El barco pesquero tenía entre 25 y 30 metros de eslora. Su cubierta estaba llena de gente y damos por hecho que dentro estaba lleno” también, especificó el funcionario.
Los supervivientes son principalmente de Siria, Pakistán y Egipto.
Las redes de tráfico ilícito de personas llevan años utilizando embarcaciones grandes, como veleros y pesqueros, para dirigirse desde Turquía o Libia al sur de la Italia, desde donde los migrantes y refugiados tienen un acceso más fácil a los países de Europa Central.
Grecia ha conocido numerosas tragedias con embarcaciones, a menudo vetustas y sobrecargadas, pero el de ayer miércoles se trata del más grave desde un naufragio el 3 de junio de 2016 en el que murieron o desaparecieron al menos 320 personas.
Un avión de vigilancia de la agencia europea Frontex detectó la embarcación la tarde del martes, pero los pasajeros “rechazaron la ayuda”, según las autoridades portuarias griegas. Según ellas, en el momento del naufragio, ninguna de las personas a bordo tenía chaleco salvavidas.
También ayer miércoles, un velero en dificultades con unos 80 migrantes a bordo que navegaba frente a las costas de Creta fue rescatado y remolcado por los guardacostas hasta el puerto de Kaloi Limenes, en el sur de la isla, frente a Libia.
Grecia, Italia y España han sido los principales destinos de decenas de miles de personas que buscan llegar a Europa desde África y Oriente Medio.
Grecia es un cruce habitual de inmigrantes procedentes de la vecina Turquía y enfrenta crecientes intentos de ingresar por rutas cercanas a las islas Cícladas y hacia el Peloponeso para evadir los patrullajes en el mar Egeo, más al norte, escenario de numerosos naufragios, a menudo mortales.
En campaña electoral con vistas a las legislativas del 25 de junio, el ex primer ministro Kyriakos Mitsotakis canceló un acto electoral previsto para anoche en Patras, el gran puerto de esta región de Peloponeso, anunció su partido Nueva Democracia (ND).
Refugiados
Más de 110 millones de personas viven actualmente en situación de desplazamiento o de exilio forzado, indicó ayer miércoles la ONU, que ve en ese número récord un acta de “acusación” contra el estado del mundo.
La guerra en Ucrania, la estampida de refugiados de Afganistán y los combates en Sudán elevaron en los últimos meses esos balances de manera imparable, precisó el informe anual del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
El número de desplazados y refugiados, de 108,4 millones a fines del año pasado, se acrecentó desde entonces en casi dos millones debido a los enfrentamientos en Sudán.
Desde fines de 2021, el aumento de personas en situación de desplazamiento forzado, dentro o fuera de sus países, se acrecentó en 19,1 millones, en el mayor incremento desde que esa agencia de la ONU empezó a elaborar esos balances, en 1975. La cifra de 110 millones se alcanzó en mayo.
“Hay unas 110 millones de personas que huyeron de sus hogares a causa de conflictos, persecuciones, discriminaciones y violencia, a menudo combinados con otros motivos y en particular con el impacto del cambio climático”, subrayó el jefe del ACNUR, Filippo Grandi, en una rueda de prensa en Ginebra.
Esas cifras son “una verdadera acusación contra el estado de nuestro mundo”, agregó.
En 2022, había 35,3 millones de personas que buscaron refugio en otros países y 62,5 millones de desplazados internos.
A ellos se sumaban 5,4 millones de solicitantes de asilo y 5,2 millones de personas, principalmente venezolanas, que requerían una protección internacional.
“Temo que el balance siga aumentando”, dijo Grandi.
Grandi instó a la UE, a Estados Unidos y al Reino Unido a “mantener abiertas sus puertas”. “Los solicitantes de asilo no deben ser encarcelados. Pedir asilo no es un crimen”, subrayó el funcionario.