Agencia EFE
Aunque la Navidad no es una festividad tradicional en China, los centros comerciales y tiendas de las principales ciudades, como Pekín, han convertido esta fecha en un espectáculo comercial, relegando el significado religioso a un segundo plano.
En Pekín, la calle de Wangfujing, una de las principales arterias comerciales de la capital, se vistió el martes de espíritu navideño, con espacios ofreciendo decoraciones inmersivas como el “Maravilloso País de las Nieves”, donde figuras de animales y paisajes invernales protagonizan las exhibiciones. Estas iniciativas buscan atraer a familias y compradores en busca de entretenimiento y fotografías.
Otros centros comerciales de la capital han seguido esta tendencia, con decoraciones y eventos diseñados para captar la atención del público, pero sin caer en la sobreexposición.
Sin embargo, en los espacios públicos como calles y plazas, las referencias navideñas son prácticamente inexistentes.
Aun así, la oferta cultural también incluye conciertos y eventos especiales en Pekín. Desde presentaciones de jazz hasta cenas temáticas en restaurantes exclusivos, la Nochebuena en la ciudad ofrece opciones que priorizan el entretenimiento y la gastronomía.
Pero el consumo en esta época no se reduce al interno, sino que en la ciudad de Yiwu (provincia de Zhejiang, este), conocida como el principal proveedor mundial de artículos navideños, las exportaciones de productos relacionados con estas festividades han crecido notablemente, informó el diario oficialista Global Times.
En el ámbito religioso, la festividad se ve afectada por la tendencia marcada por el Gobierno del Partido Comunista de China (PCCh), que busca ensalzar las tradiciones locales y, si bien no perseguir las extranjeras, por lo menos no las promueve abiertamente.
En la capital, por ejemplo, la misa de Nochebuena se celebró ayer en la iglesia de San José, reuniendo a la comunidad católica local en uno de los pocos espacios dedicados al aspecto espiritual de esta fecha.
Según datos oficiales del Consejo de Estado de 2018, China alberga a unos 44 millones de cristianos, incluidos 6 millones de católicos, que representan una pequeña pero significativa minoría en el país.