EFE
Los 194 Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyeron ayer viernes sus negociaciones en torno a un tratado internacional sobre pandemias sin conseguir resolver una serie de desacuerdos.
La idea era reforzar con reglas claras la prevención de pandemias, utilizar mecanismos comunes cuando surjan nuevos patógenos potencialmente peligrosos y evitar que se repita el acaparamiento por parte de los países ricos de los productos esenciales para afrontar una crisis sanitaria internacional. No obstante, las divergencias de posiciones han prevalecido en puntos importantes del texto, que será presentado a los ministros de Salud de todo el mundo que participarán la próxima semana en Ginebra en la Asamblea anual de la OMS, su máximo órgano de decisión.
Corresponderá a esta instancia determinar cuáles serán los siguientes pasos, siendo lo más probable extender por un periodo de algunas semanas o pocos meses la negociación para evitar perder la dinámica creada.
En ese caso, se podría convocar a una Asamblea Extraordinaria de la OMS, cuyo único punto de agenda sería adoptar el nuevo instrumento legal global.
El copresidente de las negociaciones, el neerlandés Roland Driece, dijo, al término de las dos semanas de negociaciones, que la reunión debía haberse terminado con un espíritu de celebración, pero que lamentablemente no se había conseguido cerrar por completo la negociación.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, presente en la reunión, afirmó que un resultado final no está lejos y animó a los delegados a no bajar los brazos, a mantener “un espíritu de colaboración y compromiso” y a aprovechar el tiempo extra que probablemente tendrán para llegar juntos a un terreno común.
“Se trata de un tratado para salvar vidas, no de un pedazo de papel”, les recordó.
Les pidió que cuando reanuden su trabajo lo hagan con un sentido de “responsabilidad compartida” y les manifestó su confianza en que serán capaces de superar sus diferencias.