EFE, AFP
El Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ve próximo un cambio de fase en la guerra en Gaza, y ayer domingo el jefe del ejecutivo se reunió con el Comando Sur -encargado de la ofensiva en la Franja- y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, para valorar la transición a la “fase C” del conflicto.

Las conversaciones entre el Ejecutivo israelí para implementar el plan de posguerra en la Franja se producen mientras, paralelamente, el Ejército combate en el norte y sur del territorio de Gaza.

Quién gobernará en la Franja es una de las cuestiones aún por aclarar de cara al cese del conflicto, en especial cuando uno de los objetivos de guerra de Israel es desmantelar las capacidades militares y de gobierno del grupo terrorista Hamás, que controla el territorio desde 2007.

Por su parte, Hossam Badran, miembro del buró político de Hamás, rechazó cualquier tipo de “injerencia israelí” en la planificación del “día después” de la guerra en Gaza en un comunicado.

“Nos hemos negado categóricamente a hablar del día después de la guerra”, dijo sobre las negociaciones por el acuerdo de alto el fuego. “La resistencia no permitirá que nadie le dicte nada relacionado con el arreglo de la casa interna palestina”, agregó.

A este respecto, el alto cargo de la organización terrorista cargó contra el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP, una de las candidatas a la gestión de la Franja en posguerra), Mahmud Abás, al que acusó de “obstruir los esfuerzos por alcanzar una reconciliación nacional global entre los territorios palestinos”.

Foto: AFP

En la ciudad de Rafah (sur de la Franja de Gaza), las fuerzas armadas israelíes buscan lograr el control total del territorio, y desde hace días presionan la parte occidental, incluyendo el campo de refugiados de Al Mawasi, que calificaron como “zona segura” y al que recomendaron evacuar a casi 1,4 millones de gazatíes que se hacinaban en esa zona.

“Estamos cerrando el paso aéreo de (el grupo palestino terrorista) Hamás, el paso de Rafah y los túneles. El resultado es que no tienen forma de armarse, no tienen forma de equiparse, no tienen forma de traer refuerzos, no tienen forma de ocuparse de sus bajas”, dijo Gallant ayer a las tropas en una visita a la ciudad.

El Canal 12 israelí informó, citando a fuentes de seguridad, que la operación militar en Rafah ha llegado a una situación que permite la “retirada táctica” de la mayoría de las tropas sin comprometer sus logros, y que han ampliado la zona de amortiguación en el Corredor Filadelfia -los 14 kilómetros de frontera con Egipto-, donde se espera que Israel mantenga su presencia para evitar el contrabando.

Durante sus operaciones, el Ejército israelí informó ayer que había encontrado un número significativo de accesos “que llevaban a la red de túneles” subterránea, de unos 500 metros de longitud y que pasa cerca de una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (Unrwa). Además, “soldados del batallón 931 llevaron a cabo búsquedas en el área en las que localizaron nueve plataformas de lanzamiento de cohetes”, indicó el Ejército en un comunicado.

“Nuestras fuerzas están operando en Rafah, en Shujaiya y en toda la Franja de Gaza. Cada día eliminan a decenas de terroristas. Es una lucha dura que se libra en la superficie, a veces en batallas cara a cara, y en la clandestinidad”, afirmó Netanyahu.

En el barrio de Shujaiya de la ciudad de Gaza (norte), los militares israelíes llevan a cabo una operación desde el pasado jueves que supone su tercera incursión con el objetivo de eliminar a los milicianos del grupo terrorista Hamás, y fuentes de seguridad israelíes señalaron que puede durar varias semanas. Las operaciones en el norte de Gaza suponen el retorno de los soldados a lugares en los que, en algunos casos, ya habían combatido y donde habían dado por neutralizados a los milicianos terroristas, que ahora se reagrupan en el área a raíz de la incursión en el sur de los militares.

El Ejército israelí aseguró que durante el fin de semana han matado en el barrio a “decenas de terroristas en combates cuerpo a cuerpo y con el apoyo del fuego aéreo”. Además, estima que alrededor de 40 de sus combatientes han caído en ese barrio del sureste de ciudad de Gaza.

Hasta el momento allí han muerto dos soldados israelíes, lo que eleva hasta unas 318 las bajas totales entre las filas hebreas desde que comenzó la ofensiva terrestre en Gaza.

El grupo libanés terrorista Hezbolá reivindicó ayer nueve ataques contra posiciones militares en el norte de Israel, algunos de ellos de envergadura y en los que se utilizaron proyectiles de grueso calibre, en medio de un nuevo repunte de la violencia fronteriza.

Uno de los objetivos de Hezbolá fue el cuartel general de la 91ª división de Pranit, en el norte de Israel, posición contra la que se utilizó un misil tipo ‘Burkan’, de grueso calibre y con capacidad para portar ojivas de hasta media tonelada.

Asimismo, el grupo terrorista también reivindicó el lanzamiento de misiles de fabricación iraníes tipo ‘Falaq’ contra posiciones militares en Beit Hilal, entre otras.

Entre otros ataques de envergadura, Hezbolá se atribuyó el lanzamiento de “un escuadrón de drones de asalto” contra un cuartel general en Rawiya y que, según el grupo, impactó contra el edificio de mando y grupos de soldados.

En una jornada en la que las fuerzas israelíes bombardearon varios puntos del sur del Líbano, el grupo terrorista liderado por Hasán Nasrala anunció la muerte de tres de sus combatientes, indentificados como Jalal Ali Daher, Nasrat Hussein Shuqair y Hussein Mohamed Suwaidan, sin aportar detalles sobre las circunstancias de sus fallecimientos.

Foto: EFE