Redacción El País
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dejó claro ayer en la Asamblea General de la ONU que no piensa aceptar un alto el fuego en ninguno de los frentes -ni en Gaza ni en Líbano-, pero tendió la mano a Arabia Saudí para un eventual acuerdo de paz y reconocimiento mutuo.
En un tono desafiante, Netanyahu dijo que no tenía intención de venir a la semana de Alto Nivel de la ONU pero decidió hacerlo “tras escuchar todas las mentiras y calumnias” dirigidas contra Israel “para dejar las cosas claras”, en referencia a todos los llamamientos que decenas de países han hecho estos días para que declare un alto el fuego.
Ni siquiera mencionó las palabras “tregua” o “alto el fuego”, pero dejó claro que en lo referente a Gaza, “no vamos a descansar hasta traer a los rehenes restantes a casa”, dijo.
Netanyahu trajo consigo desde Israel a familiares de los rehenes que estuvieron o están en manos de Hamás desde el 7 de octubre, que lo recibieron con una larga ovación desde la tribuna de invitados al entrar en la sala.
Aunque se refirió a los atentados terroristas de Hamás, no mencionó a los palestinos como pueblo ni como Autoridad Palestina, y en su lugar quiso lanzar un mensaje conciliador hacia Arabia Saudí, a la que invitó a sumarse a un acuerdo de paz mutuo que traería supuestamente una era de prosperidad a la región.
“Qué bendiciones podría traer la paz con Arabia Saudí”, afirmó, y detalló que los frutos de ese acuerdo se reflejarían de inmediato en la economía, la seguridad, el turismo, la agricultura, el agua y hasta la Inteligencia Artificial: “Una paz así sería un jalón histórico, traería la reconciliación entre árabes e Israel, el islam y el judaísmo, La Meca y Jerusalén”.
Esa posible alianza, a la que ya se han adherido los países de los llamados “acuerdos de Abraham” -Emiratos, Marruecos, Baréin- y previamente Egipto y Jordania, todos ellos firmantes de tratados de reconocimiento de Israel, tiene según Netanyahu, un principal enemigo: Irán, que a través de sus “delegaciones” en Siria, Yemen o Líbano se oponen a toda reconciliación.