LA REFORMA JUBILATORIA DE ORTEGA
Saqueos y enfrentamientos de los vecinos con la juventud sandinista que apoya al gobierno de Ortega.
Nicaragua ingresó en un caos. Al menos 27 personas murieron en los cinco días que llevan las protestas callejeras contra una reforma al sistema de seguridad que había propuesto el gobierno de Daniel Ortega. La violencia callejera y los saqueos a supermercados en la capital Managua, obligaron ayer a última hora a Ortega a dar marcha atrás y retirar su reforma.
Entre los muertos hay un periodista, Miguel Ángel Gahona, asesinado el sábado a tiros mientras transmitía en vivo un reporte sobre las protestas desde Bluefields, una ciudad en la costa caribeña afectada por los disturbios. Las víctimas incluyen estudiantes que iniciaron el movimiento, agentes de policía y jóvenes simpatizantes del gobernante Frente Sandinista, acusados de atacar a los manifestantes.
"En su mayoría han sido muertes por armas de fuego, y otras por balas de goma en lugares muy sensibles como la garganta", dijo Marlín Sierra, directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh). "La situación es verdaderamente grave", había dicho antes la presidenta del Cenidh, Vilma Núñez.
También hay más de 100 heridos y se desconoce el número de detenidos.
Ante el creciente descontento por la reforma de la seguridad social, que elevará el aporte de los trabajadores y empleadores y reducirá las futuras pensiones, Ortega se comprometió el sábado a revisarla. Sin embargo, las medidas enérgicas de la policía contra los manifestantes y los obstáculos a algunos medios en los últimos días han alimentado críticas más amplias contra Ortega, quien gradualmente ha reforzado su control sobre las instituciones del país desde que regresó a la presidencia en enero de 2007.
Sectores de la oposición acusan a Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, de tratar de establecer una dictadura familiar.
Saqueos.
En medio del clima crispado, pobladores abarrotaron supermercados y tiendas en busca de víveres, y ayer domingo se reportaron saqueos en varios locales. Quienes quisieron sacar su dinero de los cajeros electrónicos no lo lograron debido a que habían sido desconectados o destruidos.
Vecinos se enfrentaron a garrotazos contra miembros de la Juventud Sandinista y otros grupos afines del gobierno, a quienes señalaban de ser los saqueadores.
En los noticieros oficialistas se informaba que "grupos de la derecha" realizaban saqueos masivos, mientras la gente en las redes denunciaba que la Policía reprimía a los manifestantes pero no hacía nada por impedir los saqueos. Se han colgado en las redes fotos y videos de agentes policiales cargando cajas con productos de supermercados invadidos.
"Con esto de la huelga capaz que nos quedamos sin nada qué comer", advirtió Inés Espinoza, cargando botellas de agua mientras sus dos hijos la seguían con bolsas de galletas y alimentos enlatados, en una tienda en el norte de Managua.
Las gasolineras de la ciudad presentaban largas filas de automóviles y motocicletas en busca de combustible, en medio de temores de desabastecimiento.
En la capital, las calles lucían llenas de escombros puestos por manifestantes, mientras varias marchas iban hacia la Universidad Politécnica, epicentro de las protestas y donde hay estudiantes atrincherados en la institución.
La Unión Europea (UE) calificó como "inaceptable" la violencia y cuestionó los ataques a la libertad de expresión y prensa, con el bloqueo de medios de comunicación y la agresión de periodistas.
"La UE está lista para apoyar un diálogo amplio e inclusivo entre todos los sectores de la sociedad y el gobierno, y a fortalecer el imperio de la ley en Nicaragua", señaló la declaración europea.
El fantasma de Somoza.
El presidente Ortega llamó el sábado al diálogo con el sector privado para abordar la reforma del sistema de pensiones, que incrementa las contribuciones obreras y patronales para garantizar la estabilidad financiera del Instituto Nicaragüense de Seguro Social (INSS), que paga las jubilaciones.
Sin embargo, su mensaje generó repudio entre otros sectores que se sumaron espontáneamente a las protestas por sentirse excluidos, lo que terminó por caldear más los ánimos.
El movimiento OcupaINSS, uno de los que inició las protestas, reclamó que el diálogo "debería de incluir las voces de todos los sectores que hemos demandado una discusión amplia e inclusiva [...] sobre la forma en que han venido tomando decisiones autoritarias y sin consulta".
Incluso el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, urgió en Twitter a Ortega a que "deponga su actitud arrogante, escuche al pueblo, ábrase a dialogar con toda la sociedad, sienta el dolor de tantas familias y colabore con la paz en el país".
Asimismo, el gremio empresarial respondió a Ortega que "no puede haber un diálogo" si el gobierno "no cesa de inmediato la represión policial" y respeta la libertad de manifestación y de prensa.
Líderes políticos advierten que el descontento de la población va más allá de la reforma al sistema de pensiones, y apuntan a la necesidad de un cambio en la dirigencia del país.
"Aquí no hay más salida que hacer elecciones libres, transparentes [...] para evitar que haya un mayor costo a la población", dijo la presidenta del opositor Frente Amplio por la Democracia (FAD) Violeta Granera, cuyo movimiento fue excluido de las elecciones de 2016, cuando Ortega fue reelecto con su esposa Rosario Murillo como vicepresidenta.
La periodista Cristiana Chamorro, exdirectora del diario La Prensa, consideró que el presidente solo tiene dos opciones: salir por la vía electoral como en 1990, o "ensangrentado" como el exdictador Anastasio Somoza, depuesto en 1990 por la Revolución Sandinista.
Condena de EE.UU. y denuncia de oposición chavista
nEstados Unidos condenó ayer domingo el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía durante las protestas en Nicaragua, a la vez que pidió al gobierno permitir a los periodistas realizar su trabajo libremente.
El departamento de Estado lamentó en un comunicado la pérdida de vidas en Nicaragua y pidió a las autoridades juzgar a los responsables.
"Condenamos la violencia y excesiva fuerza utilizada por la policía y otros contra civiles que ejercen su derecho constitucional a la libertad de expresión y reunión", señala la nota oficial.
"También instamos al gobierno nicaragüense a permitir a los periodistas trabajar libremente y restaurar las transmisiones de toda la cobertura televisiva", indicó el departamento de Estado. Asimismo, urgió al gobierno a iniciar "una investigación independiente y juzgar a los responsables de las muertes" en las violentas protestas y a "un diálogo amplio que involucre a todos los sectores de la sociedad para resolver el conflicto".
Por su parte, el papa Francisco llamó ayer domingo a poner fin a la violencia en Nicaragua. Hablando ante decenas de miles de personas en la Plaza de San Pedro en su mensaje dominical, Francisco llamó a "poner fin a todas las formas de violencia y a evitar el derramamiento de sangre sin sentido". Francisco pidió que las diferencias se resuelvan "pacíficamente y con sentido de responsabilidad".
En tanto, la principal alianza de oposición de Venezuela, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), respaldó las protestas en contra del gobierno nicaragüense y aseguró que las víctimas son el resultado del "método exportado" por el régimen venezolano.
La MUD rechazó "categóricamente" la violencia de los últimos días en Nicaragua, "producto de la represión gubernamental" a la oleada de protestas en rechazo a la reforma a la Seguridad Social que propone el gobierno.
La alianza opositora, que hace menos de un año protagonizó una ola de protestas contra el régimen de Nicolás Maduro, que dejó más de un centenar de muertes, repudió además "la violencia política", dijo, usada por el presidente Daniel Ortega y que consideran un "método exportado" por el chavismo, "para aferrarse al poder".
"Estos hechos son mal ejemplo para Centroamérica, puesto que Nicaragua puede convertirse otra vez en un problema regional", agrega el comunicado.
Los opositores venezolanos hicieron, en el escrito, un llamado a la comunidad internacional "a apoyar la lucha del pueblo nicaragüense".