“No hay lucha por modelos de país, sino de personalidades”, dice analista político argentino

Encuestas dan que el oficialismo no puede ganar; se proyecta balotaje. El País conversó con Alejandro Corbacho, director y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad UCEMA, Argentina.

Compartir esta noticia
Alejandro Corbacho.
Alejandro Corbacho, director y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad UCEMA, Argentina.
Foto: Archivo

A las luchas por el poder entre los partidos -y en la interna de los partidos y del gobierno argentino mismo-, se le suma el hecho de que la causa por lavado de dinero (vinculada al empresario Lázaro Báez) contra la vicepresidenta Cristina Kirchner fue sobreseída. El sábado el ministro Sergio Massa dejó la puerta abierta de que podría ser aspirante a la presidencia (no lo afirmó, no lo negó), y ayer se realizaron las elecciones de gobernadores en San Juan, Tucumán y Mendoza, que son otro termómetro de cómo viene la mano. El País conversó con Alejandro Corbacho, director y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad UCEMA, Argentina.

-¿Cómo se sintió en el clima general que Cristina Fernández de Kirchner fuera sobreseído?

-Es cierto, no hubo imputación, pero éste es uno de los tantos juicios que la vicepresidenta está enfrentando. Queda uno muy importante que es el caso Vialidad, “los Cuadernos”. Sobre el efecto de esto en la población, hay que decir que la gente está más pendiente del 24 de junio cuando se cierra la presentación de las listas para las PASO, de cara a las elecciones generales de octubre. La vicepresidenta ha hecho una campaña con todo su gobierno en relación al lawfare o persecución judicial, que le ha dado resultado entre sus seguidores.

-El lawfare se ha vuelto una práctica común en muchos países, ¿qué opinión le merece?

-Si uno observa en el mundo, prácticamente todos los gobiernos que han sido sospechados o acusados de corrupción, cuando dejan el gobierno si son imputados, recurren a esta figura de persecución judicial. Este es un nuevo modo de evitar ser investigados. En otras épocas decían “es una infamia lo que me hacen, que la Justicia investigue”. Ahora, muchas veces, ni siquiera dicen que son inocentes. En este caso, la vicepresidenta defiende su inocencia y se victimiza. Si bien la Justicia es independiente en mi país, el ministro de Justicia trabaja para el gobierno. Mi reflexión es que muchas sociedades de hoy conviven con esta situación, sobre todo las “democracias modernas”, que han vivido en los últimos años procesos de transformación de la concepción misma de la democracia, donde la independencia del Poder Judicial ha sido socavada. Han nacido nuevas “democracias” con adjetivos en América Latina (entre ellas, la “democracia participativa”), que buscan, por ejemplo, que todo el sistema judicial se vote en la misma boleta con los candidatos al Parlamento y al Poder Ejecutivo, con lo cual -es lo que se quiere- haya una coincidencia en los tres poderes. Si eso es lo que termina prevaleciendo, se incluiría un nuevo rasgo que para las libertades significarán serios peligros.

-¿Cómo analiza la pugna política en su país en este momento; a su entender, qué podría suceder?

-El partido de gobierno (Juntos por el Cambio) aparece como la segunda fuerza, con discusiones internas intensas porque hasta hace poco se pensaba que podía ganar. Massa aparece como ministro de Economía, pero tiene más presencia en los medios (de comunicación) que el propio presidente Fernández. La oposición (Juntos por el Cambio), se ha ido ampliando con otros partidos y agrupaciones que apoyaron inicialmente a Macri. Lo que la gente observa en la oposición hay una gran fragmentación, pero las encuestas señalan que ganaría. Larreta y Bullrich están en la discusión central. El caso de la tercera fuerza que gravita es Javier Milei, un liberal extremo, sin estructura propia a nivel nacional pero que se reúne con agrupaciones que no han sido incorporadas por las otras dos fuerzas políticas. En todo caso, hay un escenario de balotaje para octubre. Lo que está resultando más claro en las encuestas es que el gobierno actual no puede ganar. Y está luchando por mantener su posición segunda, porque podría caer a la tercera.

-Hay quienes plantean que, viendo las encuestas, el kirchnerismo sufre una herida mortal, pero parece una exageración. ¿ Cómo lo ve usted?

-Hay una discusión sobre ese tema, pero como decía Sarmiento, “las ideas no se matan”, por lo tanto las mismas ideas que sostiene hoy el kirchnerismo -que agrega elementos de izquierda al peronismo tradicional-, van a reaparecer bajo otro formato, o por ahí, bajo otro liderazgo. Pero las ideas están y no van a desaparecer. Lo que sí está en juego es la capacidad de los actuales dirigentes de poder continuar las, y quién podrá hacerlo.

-¿Cómo se para la ciudadanía ante esta gran cantidad de aspirantes, fracciones y combinaciones?

-Ante la grave situación económica por la alta inflación, la gente siente que los políticos están más preocupados por pelearse por las candidaturas que en resolver sus problemas. Hay una percepción de desatención a las necesidades de la gente. Los políticos procuran mantener la nariz fuera del agua para llegar a las elecciones de octubre. Esto no es una lucha por modelos de país, sino de personalidades.

-A su juicio, ¿cuál será el principal desafío del próximo gobierno?

-La gobernabilidad.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar