Con información de EFE y AFP
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró el martes por la noche que siete "mercenarios" extranjeros, dos de Estados Unidos, dos de Colombia y tres de Ucrania, fueron capturados en un "complot" por el que responsabiliza a Washington. Señaló que uno de los dos "mercenarios" estadounidenses es "un alto funcionario del FBI".

Los dos estadounidenses, aseguró Maduro en un acto oficial, son "un alto funcionario del FBI y el otro un alto funcionario militar" que tenían planeadas “acciones terroristas contra la paz de Venezuela”. De acuerdo con Maduro han sido capturados 125 extranjeros, de 25 nacionalidades —entre ellos uruguayos, dijeron— en "una agresión mercenaria extranjera financiada por el gobierno saliente de Estados Unidos". A estos se suman los siete capturados ayer.

En respuesta, Estados Unidos negó este miércoles estar involucrado en un "complot para derrocar" a Maduro. En declaraciones a EFE, un portavoz del Departamento de Estado expresó "preocupación" por el anuncio de la detención de ciudadanos estadounidenses en Venezuela y afirmó que el gobierno está "trabajando para recopilar más información" sobre lo ocurrido.

"Dos sicarios colombianos capturados", añadió Maduro en el acto de ayer, "y tres mercenarios que venían de la guerra de Ucrania a traer violencia al país". "Siete capturamos hoy. Y como decimos en Venezuela, los operativos continúan y el rancho ardiendo. Vamos por todo, vamos por ello porque Venezuela se respeta. Tenemos que asegurar la patria. Hombres y mujeres de esta Venezuela del siglo XXI”, declaró Maduro.

“Fascistas, imperialista, no se equivoquen conmigo, no se vuelvan a equivocar conmigo", amenazó en medio de la incertidumbre por la investidura presidencial prevista para el 10 de enero. El gobernante venezolano se alista para asumir de cara a un tercer mandato seguido de seis años, entre denuncias de fraude en su reelección.

La oposición liderada por María Corina Machado, que reclama una victoria de Edmundo González Urrutia en los comicios presidenciales del pasado 28 de julio, convocó a protestas para el jueves.

Las autoridades venezolanas desplegaron un fuerte operativo de seguridad, con policías encapuchados en los accesos de Caracas y los alrededores del palacio de gobierno y el Parlamento. Estaciones del metro de la capital son custodiadas por agentes armados.

La reelección de Maduro desató protestas que se saldaron con 28 muertos, 200 heridos y más de 2.400 detenidos, acusados de terrorismo y encerrados en prisiones de máxima seguridad. Tres de los arrestados murieron en prisión y unos 1.500 han sido excarcelados.

Foto: AFP