“Nueva era” es la promesa para Irlanda del Norte

Michelle O´Neill celebra con miemrbos de su partido. Foto: AFP
Deputy First Minister of Northern Ireland and Irish republican Sinn Fein party member Michelle O'Neill (C) celebrates with party members after being elected on the first count to the Northern Ireland Assembly, at the Magherafelt Meadowbank sports centre in Magherafelt, Co Londonderry, on May 6, 2022. (Photo by PAUL FAITH / AFP)
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EUROPA

La victoria del Sinn Fein, el exbrazo político del IRA, significa un duro revés para el Partido de Boris Johnson.

El partido Sinn Fein de Irlanda del Norte, favorable a la unificación de esa provincia británica con la República de Irlanda, prometió ayer sábado iniciar una “nueva era” con su casi segura victoria en las elecciones regionales, pero para gobernar deberá superar la amenaza de una parálisis política.

El lento escrutinio de los comicios del jueves para designar a los 90 legisladores de la asamblea regional, daba al Sinn Fein una ligera ventaja frente al Democratic Unionist Party (DUP), favorable al mantenimiento de Irlanda del Norte en el seno de la monarquía británica.

El recuento da hasta el momento al Sinn Fein 27 de los 88 escaños declarados, contra 24 para el DUP. Pero el Sinn Fein ya obtuvo más votos de primera preferencia (29% frente a 21,3% para el DUP), lo que le convierte en el primer partido de Irlanda del Norte, y se descarta un cambio de tendencia.

Esta sería la primera vez que el partido republicano encabeza el parlamento regional desde la partición de la isla, en 1921.

“Este es un momento decisivo para nuestra política y nuestro pueblo”, dijo Michelle O’Neill, la líder del Sinn Fein, exbrazo político del IRA.

“Aportaré un liderazgo de inclusión, que celebre la diversidad y garantice los derechos y la igualdad para quienes fueron excluidos, discriminados o ignorados en el pasado”, añadió.

Riesgo de parálisis

La victoria impulsaría a O’Neill al puesto de jefa del gobierno local.

Pero el acuerdo de paz del Viernes Santo, que en 1998 puso fin a tres décadas de sangriento conflicto entre republicanos católicos y unionistas protestantes, establece un reparto del poder entre ambos campos.

Las negociaciones se anuncian difíciles, dado que los unionistas se niegan a integrar el gabinete mientras persistan los controles aduaneros entre la isla y el resto del Reino Unido, establecidos por los acuerdos del Brexit. A ojos de los unionistas, esos controles amenazan la unidad del país, conformado por cuatro naciones, tres de ellas (Inglaterra, Escocia y País de Gales) situadas en la isla de Gran Bretaña y la otra en la de Irlanda.

La crisis en Irlanda del Norte volvió a asomar en febrero con la renuncia del jefe de gobierno unionista Paul Givan, en desacuerdo precisamente con las normas aduaneras del Brexit.

O’Neill, que centró su campaña en asuntos económicos y sociales, llamó a los unionistas a entablar un “debate sano” y estimó que la prioridad del nuevo Ejecutivo debe ser la lucha contra el fuerte alza del costo de la vida. El ministro de Irlanda del Note, Brandon Lewis, pidió a todas las partes que constituyan “cuanto antes” un Ejecutivo “totalmente funcional”.

El primer ministro irlandés, Micheal Martin, subrayó que correspondía a “todos los partidos políticos y diputados (...) servir a los intereses de todos los habitantes de Irlanda del Norte”.

“El éxito del Sinn Fein se debe a la debilidad del unionismo en un periodo de grandes cambios en el Reino Unido a causa del Brexit, pero no representa un cambio radical de opiniones en Irlanda del Norte a favor de la reunificación” con la República de Irlanda, dijo Katy Hayward, politóloga de Queen’s University de Belfast.

Derrota

En el resto del Reino Unido, las elecciones locales marcaron un duro revés para el Partido Conservador del primer ministro britanico Boris Johnson, afectado por el escándalo de las fiestas durante los confinamientos y la subida de los precios de la nafta y artículos esenciales.

Los “tories” perdieron cientos de escaños y una docena de concejos frente al Partido Laborista, que logró el control del altamente simbólico distrito de Westminster, sede del poder político británico, por primera vez desde su creación en 1964.

EEUU les hizo un llamado a “compartir el poder”

Estados Unidos urgió ayer a los líderes políticos de Irlanda del Norte a compartir el poder tal como establecen los acuerdos del Viernes Santo firmados en 1998.

“Llamamos a los líderes políticos de Irlanda del Norte a dar los pasos necesarios para restablecer un Ejecutivo de poder compartido, que es una de las principales instituciones establecidas por los acuerdos de Belfast/Viernes Santo”, señaló el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en una declaración.

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