Nueva York, la nueva trinchera en la guerra contra la pandemia por el coronavirus

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El imponente buque hospital USNS Comfort, con mil camas, 12 quirófanos y un personal médico de más de mil profesionales. Foto: Reuters

ESTADOS UNIDOS

Instalan hospitales de campaña en el Central Park y en el complejo de tenis del US Open

Hospitales de campaña en el Central Park y en el complejo de tenis del US Open ilustran la metamorfosis surrealista de Nueva York. La Gran Manzana es la nueva trinchera en la guerra contra la pandemia del COVID-19. La cifra de muertos en Estados Unidos superó ayer martes a la informada por China.

La pandemia ha matado a más de mil neoyorquinos y la capital financiera estadounidense está en una carrera contrarreloj para aumentar drásticamente la capacidad hospitalaria antes de que los casos alcancen su pico.

Media docena de carpas, equipadas con 68 camas y 10 respiradores, fueron montadas en el icónico parque de Manhattan para pacientes de COVID-19.

“Ves películas como Contagio y crees que están tan lejos de la verdad, que eso nunca sucederá. Así que verlo suceder es muy surreal”, dijo a AFP Joanne Dunbar, de 57 años, mientras camina por el parque.

Los casos declarados de coronavirus en Estados Unidos superaron ayer martes 181.000, según un conteo de la Universidad John Hopkins, con más de 3.606 muertes. La cifra supera el número de muertos por coronavirus reportado por China, 3.309 personas.

La mayoría de los casos y de las muertes se concentran en Nueva York, que se convirtió rápidamente en el epicentro del brote en Estados Unidos luego de que el estado anunciara su primer caso el 1° de marzo.

El alcalde Bill de Blasio dijo que la ciudad estaba “triplicando” su capacidad hospitalaria para prepararse para el pico de la pandemia, esperado en siete a 21 días. “Requeriremos un nivel de capacidad hospitalaria que nunca hemos visto”, dijo al canal televisivo NBC.

Los casos declarados de coronavirus en Estados Unidos superaron ayer martes 181.000. Foto: EFE
Los casos declarados de coronavirus en Estados Unidos superaron ayer martes 181.000. Foto: EFE

El centro de convenciones Jacob Javits, en el barrio de Hudson Yards de Manhattan, fue transformado en ocho días por el cuerpo de ingenieros del ejército para acoger casi 3.000 pacientes. Aceptará a enfermos que no tengan COVID-19 para aliviar la carga de los hospitales que se centran en el virus.

A unas cuadras de allí, en el Muelle 90, ancló el lunes elimponente buque hospital USNS Comfort, con mil camas, 12 quirófanos y un personal médico de más de mil profesionales, también para acoger a pacientes que no tengan el virus.

Otros sitios de la ciudad fueron elegidos como instalaciones médicas temporarias, entre ellos el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King en el parque Flushing Meadows de Queens, donde se celebra cada año el torneo US Open. Acogerá a 350 pacientes.

“La gente en Nueva York está en una situación muy difícil”, dijo a CNN Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas en el equipo del presidente Donald Trump.

El gobernador neoyorquino Andrew Cuomo, cuyo hermano menor, el periodista de CNN Chris Cuomo, anunció que tenía coronavirus, advirtió que la batalla para derrotar la COVID-19 será larga.

Tim Mosher, jefe de enfermeros en el hospital de campaña de la organización evangélica Samaritan’s Purse en Central Park, está habituado a trabajar en zonas de desastre. Considera “triste” que ahora sea en Nueva York. “Pero queremos que haya esperanza, enviar una señal a la ciudad de que nos importa y estamos aquí”, dijo a AFP.

Samaritan’s Purse trabajó en Mosul (Irak), durante la ofensiva contra el Estado Islámico, desplegó hospitales de campo tras desastres naturales en Ecuador, Mozambique y Bahamas, y también estuvo presente en Liberia y la República Democrática del Congo combatiendo el ébola.

Se busca aliviar la carga de los hospitales. Foto: Reuters
Se busca aliviar la carga de los hospitales. Foto: Reuters

Las calles de Nueva York, normalmente bulliciosas, están semivacías. La enorme mayoría de comercios están cerrados, mucha gente camina con máscaras y guantes -algunos hasta con capas de lluvia transparentes o máscaras de buceo- y el personal de limpieza de los edificios tiene más trabajo que nunca.

En otro frente, el capitán del portaaviones “Theodore Roosevelt” dijo al Pentágono que el coronavirus se está expandiendo de manera descontrolada en su barco y pidió ayuda para poner en cuarentena a su inmensa tripulación.

El Dow Jones sufrió su mayor caída trimestral desde 1987, -23%, mientras el expresidente Barack Obama reprendió a quienes “negaron alertas” sobre una pandemia, un golpe velado contra su Trump.

Morgues móviles

El responsable regional de Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), Thomas Von Essen, explicó que también están trabajando para ayudar con la ingente cantidad de fallecidos por COVID-19, porque, según él mismo subrayó: “Vamos a tener un terrible número de gente que no lo superará”.

El Ejército envió camiones frigorífico para albergar los cadáveres que ya no caben en las morgues, especialmente en Queens, el más castigado por la pandemia, pero también en Brooklyn y el bajo Manhattan.

Semanas difíciles.

El presidente Trump advirtió a los estadounidenses ayer martes que las próximas dos semanas serían “muy, muy dolorosas”.

“Quiero que todos los estadounidenses estén listos para los días difíciles que se avecinan”, dijo en un tono grave, al tiempo que predijo que al final de ese período sería posible “comenzar a ver una verdadera luz al final del túnel”.

La Casa Blanca estima que la enfermedad matará entre 100.000 y 240.000 personas si se cumplen las restricciones actuales, en comparación con las 1,5 a 2,2 millones de muertes que se producirían si no se toma ninguna medida.

Sobre la base de estas proyecciones, continuarán las medidas de contención parcial o total durante 30 días. “No hay vacuna ni terapia mágica, es solo una cuestión de comportamiento”, dijo Deborah Birx, coordinadora del equipo estadounidense de coronavirus.

ONU: La peor crisis global desde 1945

La pandemia de COVID-19 es la peor crisis global desde la Segunda Guerra Mundial, estimó ayer martes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. “Se trata de una combinación, por un lado, de una enfermedad que es una amenaza para todos en el mundo, y en segundo lugar, porque tiene un impacto económico que traerá una recesión sin precedentes en el pasado reciente”, dijo. “La combinación de esos dos factores y el riesgo de que contribuya a una creciente inestabilidad, violencia y un creciente conflicto son las cosas que nos hacen creer que esta es, de hecho, la más retadora de las crisis que hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial”.

Italia llega al pico pero no baja la guardia
Una mujer camina en Italia. Foto: O Globo | GDA.

China, la cuna del coronavirus, solo ha registrado un muerto en las últimas 24 horas e Italia, el país europeo más afectado por el coronavirus, anunció ayer martes que ha llegado al pico de contagios. El presidente del Instituto Superior de Sanidad de Italia (ISS), Silvio Brusaferro, aseguró que se mantendrá la tendencia algunos días para después empezar a bajar.

Brusaferro dijo, no obstante, que sólo bajará “si se mantienen la atención” y “las medidas” y que “por ahora es difícil imaginar un reinicio de las actividades en poco tiempo”. También advirtió que son importantes las decisiones que se tomen para evitar “que la curva vuelva a subir o conduzca a una situación de descontrol de la epidemia”.

Los contagios en Italia cesarán en torno a la segunda o tercera semana de mayo, según un estudio del Instituto Einaudi de Economía y Finanzas (Eief), un centro universitario de investigación en Roma.

Por el momento, el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, adelantó que la intención del Gobierno es prolongar todas las medidas para contener la propagación del coronavirus, el confinamiento y las restricciones de movimiento, al menos hasta el 12 de abril.

En España, donde hay 95.000 casos, el avance del virus ha obligado a ampliar urgentemente la capacidad hospitalaria en más de un 20% por medio de instalaciones de campaña, almacenes, recintos deportivos y feriales para evitar el colapso sanitario.

El Ministerio Sanidad español confirmó ayer martes 9.222 contagiados más, con una subida del 10,8%, y el número de muertes alcanzó un nuevo máximo diario de 848, hasta 8.189.

Sin embargo, a pesar de un incremento “ligero” en comparación con datos anteriores, las autoridades sanitarias creen que se mantiene la tendencia a contener la propagación del coronavirus.

Las unidades de cuidados intensivos (UCI), con más 5.600 enfermos graves (376 más en un día), están al límite de capacidad en varias regiones españolas.

Por ello, dentro de los propios hospitales o en otros edificios, las autoridades regionales se afanan en disponer de unas 23.000 camas de emergencia en la red asistencial pública, unas ya listas y otras próximamente.

Supone un incremento del 21,5% respecto de las 107.000 camas registradas en 2018 en el Catálogo Nacional de Hospitales del Ministerio español de Sanidad. (EFE)

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