Redacción El País
Ucrania sufrió ayer miércoles nuevos bombardeos rusos, en los que murieron siete personas, entre ellas tres niños, en Leópolis, en el oeste del país y a cientos de kilómetros de la línea del frente, al día siguiente de un ataque especialmente sangriento en Poltava. Rusia está intensificado sus ataques contra Ucrania desde que Kiev lanzó una incursión sorpresa en la región rusa de Kursk el mes pasado, ocupando cientos de kilómetros cuadrados.
“Siete personas, incluidos niños, han muerto” en la ciudad de Leópolis, dijo la fiscalía ucraniana en Telegram, explicando que “continúan las operaciones de búsqueda y rescate”. Un total de 53 personas también resultaron heridas, según la administración militar regional. Al mismo tiempo, más de 50 edificios resultaron dañados en el centro de la ciudad, incluidas dos instituciones médicas y dos escuelas, según el Ministerio de Cultura.
Leópolis, al oeste de Ucrania, a casi mil kilómetros del frente y con un centro histórico clasificado como Patrimonio de la Humanidad, se ha librado relativamente hasta ahora de los misiles rusos en comparación con otras.
En la madrugada del miércoles, otro bombardeo en Krivói Rog, la ciudad natal del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, dejó seis heridos, según la administración regional.
Zelenski denunció unos “ataques terroristas rusos” y pidió de nuevo a Occidente más medios militares para “poner fin al terror”. Rusia multiplica los ataques masivos, apuntando a las infraestructuras energéticas de Ucrania o a ciudades alejadas del frente.
El martes, al menos 53 personas perdieron la vida y casi 300 resultaron heridas en un ataque con dos misiles que apuntaron a un instituto militar en la ciudad de Poltava, en el centro de Ucrania. Según Zelenski, el ataque afectó al Instituto de Comunicaciones, que capacita especialistas en telecomunicaciones militares desde la década de 1960. El ejército ruso aseguró que su ataque había golpeado un centro de entrenamiento militar. [AFP]