Crisis en la iglesia chilena
A partir de ahora se comprometen a no callar las denuncias a sacerdotes.
Los obispos chilenos admitieron ayer viernes que habían "fallado" a las víctimas de abusos sexuales y anunciaron varias medidas para "solucionar el grave problema" de la Iglesia católica local, que atraviesa por una de sus peores crisis. Los obispos pidieron "perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes".
Los 34 obispos de la Conferencia Episcopal (CECh) finalizaron una asamblea plenaria extraordinaria de cinco días en la localidad costera de Punta de Tralca para analizar la profunda crisis que vive el clero por las denuncias de abusos.
"Hemos fallado a nuestro deber de pastores, al no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidos por sacerdotes y religiosos", dijeron en una declaración.
"No reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas y sobrevivientes", dijo Santiago Silva, presidente de la CECh. "Algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial", agregó.
Desprestigiada por el goteo de denuncias de abusos sexuales perpetrados por el clero, los obispos decidieron que a partir de ahora darán a conocer públicamente las investigaciones previas sobre presuntos abusos sexuales de menores de edad.
Los obispos se comprometieron a encontrarse "personalmente" con las víctimas, así como a hacer "autocrítica".
Algunos, como el cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, están imputados por encubrir a religiosos acusados de pederastia. El 21 de agosto Ezzati está citado a declarar en la fiscalía de Rancagua.
Los obispos nombraron al frente del Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento de Víctimas de la Iglesia a la abogada Ana María Celis con vistas a reforzar esta instancia. También crearán un departamento de prevención de abusos para ejecutar las orientaciones de aquel. "Sabemos que las decisiones y compromisos a corto y mediano plazo que hoy hemos anunciado, no solucionan por sí solos el dramático flagelo del abuso en nuestra iglesia y las complejas causas y raíces del mismo", reconocen en su declaración.
Los anuncios hechos por los máximos responsables de la Iglesia chilena suponen un "antes y un después, un punto de inflexión" con la persecución de esta lacra que ha socavado durante años los cimientos de la institución y no solo en Chile, dijo el secretario general de la Conferencia Episcopal, Fernando Ramos.
El viaje del papa a Chile el pasado enero supuso también un antes y un después en la actitud de la Iglesia chilena y de la propia justicia civil con estos delitos. Ante la negativa de los responsables eclesiásticos a entregar información sobre las denuncias a la justicia civil —acogiéndose al derecho canónico—, la fiscalía chilena pidió esta semana al Vaticano los expedientes de nueve religiosos investigados por abusos.
Hasta el momento, 73 personas son investigadas en las 38 indagaciones en curso que afectan a 104 víctimas, la mayoría de ellas menores de edad en el momento de los abusos.
Catorce sacerdotes han sido suspendidos por la Iglesia. Uno de los últimos en entrar en la cárcel mientras se llevan a cabo las investigaciones es el sacerdote Oscar Muñoz, mano derecha de Ezzati en el arzobispado de Santiago, el máximo representante de la Iglesia chilena.
Asimismo, la justicia investiga también a los encubridores y obstaculizadores de las indagaciones judiciales.
A principio de semana, uno de los fiscales que investiga las denuncias, Emiliano Arias, confirmó que había habido destrucción de pruebas por parte de religiosos.
Los obispos chilenos presentaron en mayo su dimisión en bloque al papa Francisco cuando fueron convocados al Vaticano. El pontífice solo ha aceptado por el momento la renuncia de cinco, cuatro de ellos por encubrimiento.
Y cada vez son más fuertes las voces para que acepte la renuncia el cardenal Ezzati, que junto a Francisco Javier Errázuriz, cardenal y arzobispo emérito de Santiago, son señalados por las víctimas de abusos como los principales culpables de la política de silencio que ha reinado en la Iglesia chilena.
Diócesis de Pensilvania divulga lista de acusados
La Diócesis católica de Harrisburg, en Pensilvania (Estados Unidos), publicó ayer viernes una lista de 71 religiosos y seminaristas, algunos de ellos ya fallecidos, acusados de abusos sexuales a menores desde 1940. La lista fue difundida en su página web e incluye a 37 sacerdotes, tres diáconos y seis seminaristas de esa diócesis, así como nueve clérigos de otras y 16 miembros de comunidades religiosas. El pasado 27 de julio, la Corte Suprema de Pensilvania ordenó la difusión de un informe de un gran jurado sobre presuntos abusos por parte de clérigos en seis diócesis católicas del estado, entre las que figura Harrisburg.
La Iglesia católica de Chile publicó ayer viernes una lista de 42 sacerdotes y un diácono condenados, por la Justicia civil o la canónica, por abusos sexuales a menores, en un ejercicio de transparencia dentro de los compromisos asumidos en el cierre de la asamblea extraordinaria de obispos. Los datos fueron publicados en la página web de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) en un apartado especial creado y dedicado exclusivamente a la prevención de abusos sexuales contra menores. Por un lado, el registro informa sobre 17 sacerdotes (10 diocesanos y siete religiosos) y un diácono, quienes recibieron sus sentencias desde el ámbito civil "por delitos contra menores de edad cometidos por personas que eran clérigos al momento de la comisión del delito". En otra lista, son 25 los sacerdotes (15 diocesanos y 10 religiosos) los que fueron sentenciados a través de la justicia canónica por el mismo hecho. EFE