SECRETARIO GENERAL 

La Organización de los Estados Americanos (OEA) abrió una investigación interna con el foco puesto en el secretario general del organismo, el excanciller uruguayo Luis Almagro, tras acusaciones que apuntan que estableció una relación íntima con una funcionaria de origen mexicano. La carátula del caso es “presunta mala conducta de alto funcionario”.

La información fue dada a conocer ayer por la agencia Associated Press, en momentos en que se está realizando la asamblea anual de la OEA, en Lima, Perú.

El romance entre el excanciller uruguayo y la funcionaria, “dos décadas menor que él”, fue un “secreto a voces”, de acuerdo a versiones que transmitieron funcionarios, exfuncionarios y algunos diplomáticos a la agencia, que intentó obtener declaraciones de Almagro, quien declinó referirse al tema.

Pero, además, había sido reconocido por Almagro y por la funcionaria en el libro “Almagro no pide perdón”, que escribieron los periodistas Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich. Ambos miembros de la pareja hablaron abiertamente de su vínculo e incluso contaron anécdotas sobre su relación.

“Nunca lo alcanzas. Nunca. Piensas, ‘estoy al día’. Pero no. Él es una máquina. Trabaja, trabaja, trabaja, todo el tiempo. Se levanta y trabaja. Nada más para cuando come, y a veces sale a correr; y el resto es trabajo. No hay nada parecido”, dice la mexicana Marian Vidaurri en el texto en el que habla de su jefe y su pareja.

El libro añade que “el secretario general de la OEA se molesta cuando escucha a gente que lo acusa de ‘mujeriego’, porque le parece injusto”. Y luego Almagro añade: “Siempre fui más de sentir cosas y actuar en consecuencia. Lo que te ilumina la vida la sonrisa de una mujer… Wow”.

“Almagro dice que se ha enamorado en muchas oportunidades -prosigue el trabajo de los periodistas uruguayos-, que a veces “es imposible” no hacerlo: “Dejé pedazos de cuero en el alambrado. Dejé carne en el alambrado. Me hubiera gustado tener algo más estabilizado desde el principio y haber tenido todas esas variables personales mucho más tranquilas. Creo que hubiera sido mejor en muchos sentidos. Quizás no. No lo sé”.

Vidaurri, en tanto, advierte: “Fue y es una conexión en todas las dimensiones. Muy profunda y muy intensa (...) Le digo siempre: ‘Yo soy más inteligente porque me costó nada más que treinta y ocho años conocerte, a ti te costó como cincuenta y pico’”

El Código de Ética de OEA “no pretende regir la conducta privada de los funcionarios”, excepto que “dicha conducta interfiera o afecte la capacidad del individuo de ejecutar con éxito las tareas de su puesto o afecte el lugar de trabajo o perjudique la imagen general de la Organización”, indica en su página web el organismo.

En 2025 Almagro terminará su período como secretario general de la OEA y sus planes son volver al país y dedicarse a la política. De hecho su nombre es uno de los que ha sonado dentro del Partido Colorado.

“No tengo ese berretín de proyectos fundacionales”, expresó en diálogo con radio Universal. “Me podría integrar a un grupo que esté andando y funcionando y que me invite”, aseguró.

Almagro aseguró que sigue en la izquierda y que nunca se movió de ese lugar. “Sí tengo y he tenido diferencias con algunos actores de izquierda por temas de principios, de democracia y de derechos humanos. Si alguien me defiende dictaduras y la toma de una manera tan personal como para cuestionar una actuación, bueno, listo. Yo no tengo problemas con la crítica en ningún sentido”, expresó.

Consultado sobre qué partido en Uruguay representa la izquierda, el secretario general de la OEA dijo: “Izquierda hay en todos los partidos. Izquierda hay en el wilsonismo, en el batllismo y definitivamente izquierda democrática a veces en el Frente Amplio se manca un poco, pero también hay izquierda democrática en el Frente Amplio”.