ESTADOS UNIDOS
Ante la catarata de críticas que el presidente estadounidense recibe por la forma en que maneja la crisis por el COVID-19, la Casa Blanca responde que se actuó a tiempo y se salvaron muchas vidas
El número total de casos de coronavirus en Estados Unidos ya superó el millón. Las muertes por esta enfermedad superan a los soldados estadounidenses caídos en la Guerra de Vietnam. Y, se informó que la economía se contrajo casi 5%. Pero, el miércoles pasado, la Casa Blanca declaró que su respuesta a la crisis “es una gran historia de éxito”.
A media que los estados comienzan a levantar la cuarentena, el presidente Donald Trump intenta reformular la historia de la pandemia, de una administración lenta para ver y abordar la amenaza a una que respondió con acción decisiva que salvó vidas. Si bien reconocer que la crisis perjudica sus chances de reelección, el presidente Trump y sus aliados quieren convencer a sus partidarios que la cascada de críticas es injustificada.
“Creemos que realmente hemos cruzado una gran frontera y que nos esperan días muchos mejores”, afirmó Trump en una reunión televisada que sostuvo con líderes del ámbito empresarial en la Casa Blanca. El encuentro tuvo por finalidad destacar lo que el presidente espera será la reanudación de una economía más saludable, solo después de la difusión de los peores números económicos de la última década.
“Digo con frecuencia que veo al final del túnel una fuerte luz”, indicó Trump.
El presidente se explayó sobre el restablecimiento de la vida en Estados Unidos como si la crisis estuviera a punto de finalizar. Reveló que tiene intención de volar a Arizona esta semana y poco después a Ohio, sus dos primeros viajes desde comienzos de marzo, con excepción de una breve visita a Norfolk, en Virginia, para verificar la partida de un barco-hospital de la Armada enviado a Nueva York. Habló con añoranza de ir a partidos de fútbol y reanudar los actos de su campaña electoral. “Me gusta salir”, comentó.
La historia de la pandemia revisada por Trump y su equipo sostiene que las acciones no fueron tardías ni inadecuadas, sino audaces y eficaces. “Hicimos todas las jugadas correctas”, dijo Trump. “Si no lo hubiéramos hecho así, habrían muertos un millón o quizás hasta dos millones de personas”.
Jared Kushner, el yerno de Trump y uno de sus asesores principales, que ha supervisado los esfuerzos de proveer equipamiento médico a los estados más golpeados por el coronavirus, también presentó, el miércoles pasado, una versión similarmente revisionista del desempeño del gobierno.
“Estamos del otro lado del aspecto médico y por tanto, creo que logramos varios hitos que eran necesarios”, sostuvo Kushner en el programa de televisión Fox & Friends, que es uno de los favoritos del presidente. “El gobierno federal asumió el desafío y esta es una gran historia de éxito. Creo que eso es lo que debe decirse”.
Los comentarios surgieron el mismo día que el Departamento de Comercio informó que la economía tuvo una caída de 4,8% en el primer trimestre del año, la mayor declinación desde la recesión hace una década y probablemente un anticipo de un colapso más agudo en el segundo trimestre que podría ser el peor desde la Gran Depresión.
Al mismo tiempo, se conocieron las cifras del número de muertos causado por el virus que superó los 60.000, lo que significa que en ocho semanas hubo más muertos que los 58.000 soldados estadounidenses que cayeron en ocho años de combates en Vietnam. Los fallecimientos ya llegaron al nivel que se esperaba para agosto, de acuerdo con proyecciones de la propia Casa Blanca. El instituto especializado en evaluación de salud de la Universidad de Washington estima que los fallecimientos totalizarán 73.000 para agosto.
Promesas.
Los comentarios de Kuschner suscitaron reacciones de sarcasmo de los críticos del gobierno. “¿En qué planeta más de 59.000 muertos es una historia de éxito?”, preguntó en su cuenta de Twitter, Michael Bromwich, un ex fiscal federal.
Zac Petkanas, un estratega demócrata y asistente de la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016, estimó que no convencerán al público.
“La verdad es que la respuesta de la administración de Trump está lejos de ser un éxito, sobre en lo que respecta a hacer los tests”, señaló Petlkanas, quien ahora trabaja en un grupo ciudadano dedicado a promover la salud. “Hicieron grandes promesas que simplemente no cumplieron, incluyendo que toda persona que quiera un test lo tendrá. Pero, no engañan a nadie”.
Otros presidentes se han metido en problemas al declarar historias de éxito que no coinciden con la realidad. Quizás la más memorable de años recientes ocurrió cuando el presidente George W. Bush declaró, en la cubierta de un portaaviones en 2003, delante de un gran cartel que decía “Misión Cumplida”, que las operaciones militares en Irak habían terminado. Después, el presidemte Barack Obama decalró que la guerra en Irak terminaría cuando retiró las fuerzas en 2011, aunque tres años después tuvo que enviar más soldados.
Trump está rezagado diez puntos
Jared Kushner, el yerno y asesor del presidente Donald Trump, sostuvo que “somos el país del mundo que hizo más tests, por lo que debemos estar haciendo bien una cantidad de cosas”. Agregó que muchos pueden hacer chistes en los programas nocturnos de la televisión, “pero la realidad es que los datos están de nuestro lado”.
“Y, el presidente Trump ha señalado un camino para abrir con seguridad la economía y situar a Estados Unidos en el lugar donde será cada vez más fuerte”.
El gobierno se comprometió a ayudar a los estados a realizar tests al menos al 2% de la población cada mes.
Pero, expertos en salud pública sostienen que esa es una fracción de lo que se necesita para hacer un mapeo de como el virus se ha extendido por Estados Unidos.
Una encuesta de USA Today y la Universidad de Suffolk muestra que Joe Biden, quien será el candidato demócrata a la presidencia, tiene diez puntos porcentuales de ventaja sobre Trump.
Dolanld Trump siempre ha mostrado una llamativa tendencia a intentar encuadrar su narrativa política en su propios términos, aunque se encuentre en colisión con los hechos, mediante una incesante repetición.
En la aparición pública que hizo el miércoles, Trump no se detuvo en los miles de muertos ni en los millones que perdieron sus empleos, sino que optó por enfocar lo que considera son los éxitos de su gobierno. “Hemos hecho gran progreso”, indicó. “Es bastante increíble”.
Ni Trump ni Kushner se refirieron a los motivos que tuvo el presidente durante semanas para restarle importancia al virus, cuando lo comparó con la gripe común y pronosticó que los casos descenderían a cero, así como sugirió que el virus desaparecería por un milagro. Allegados a la Casa Blanca señalaron que Kushner coincide con Trump que los demócratas y los medios de comunicación estaban realzando el virus para dañar al presidente.
En su entrevista televisada, Kushner rechazó la preocupaciones de los gobernadores y expertos en salud pública, quienes sostienes que los tests se mantienen en niveles inadecuados y no justifican reabrir la economía después de semanas de cuarentena.
Ordena el suministro de carne
Donald Trump, firmó un decreto para mantener el suministro de alimentos que obliga a plantas procesadoras de carne a seguir abiertas pese a haberse convertido en un foco de contagio del COVID-19. Este decreto llega después de que una veintena de plantas hayan tenido que cerrar poniendo así en riesgo el suministro de carne a los supermercados.
Una de las mayores firmas del sector, Tyson Foods, alertó de que “millones de libras de carne” iban a desaparecer de la cadena alimenticia debido a los cierres de plantas procesadoras.
Entre las procesadoras cerradas se encuentran dos de las mayores plantas de cerdo del país, una de Tyson Foods en Iowa con al menos 180 contagios y otra de Smithfield en Dakota del Sur con más de 500 casos confirmados.
“Tales cierres amenazan el funcionamiento continuo de la cadena nacional de suministro de carne roja y de aves, socavando la infraestructura crítica durante la emergencia nacional”, apunta el decreto firmado por el presidente. (Con información de EFE)