Una oleada inédita de bombardeos israelíes en Líbano ha matado en pocas horas de ayer lunes al menos a 492 personas, entre ellos, un mínimo de 35 niños, 58 mujeres y dos trabajadores sanitarios; y herido a más de 1.600, según el Ministerio de Salud Pública libanés. Se trata de la jornada más letal en el país desde el fin de la guerra civil, en 1990, con casi los mismos muertos en un solo día que en todos los once meses previos de fuego cruzado entre Israel y el grupo terrorista Hezbolá.
Según la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN), los ataques aéreos, lanzados en bastiones del grupo chií, alcanzaron un gran número de zonas meridionales, incluidos unos 80 bombardeos concentrados en la región de Nabatieh, así como al menos siete zonas diferentes de la Bekaa, que hasta ahora solo había sido atacada de forma limitada.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz militar israelí, dijo que desde ayer por la mañana, los aviones de combate israelíes habían atacado más de 1.300 objetivos afiliados a Hezbolá, particularmente en el sur del Líbano. Las carreteras principales a Beirut, la capital, estaban congestionadas con personas que huían hacia lo que esperaban que fuera la seguridad de la capital, dijeron testigos.
La magnitud del derramamiento de sangre dejó atónito al Líbano, que ya se estaba recuperando de una semana de ataques israelíes contra Hezbolá, incluidos los ataques con búpers y walkie-talkies explosivos, que mataron a decenas de personas e hirieron a miles en todo el país, incluyendo combatientes de la milicia proiraní.
Ataques a israel
Mientras los aviones de guerra israelíes volaban por los cielos del Líbano, las sirenas de ataque aéreo sonaron en todo el norte de Israel cuando aproximadamente 165 cohetes y otras municiones cruzaron hacia territorio israelí desde el Líbano, según el ejército israelí.
La mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles de Israel, y no hubo informes de muertes o víctimas graves. Hezbolá ha estado disparando cohetes y aviones no tripulados contra Israel desde que estalló la guerra en la Franja de Gaza el año pasado tras la masacre del 7 de octubre perpetrada por el aliado de Hezbolá, Hamás.
Los contraataques israelíes en el sur del Líbano habían sido habituales, pero Israel intensificó sus ataques contra Hezbolá durante la semana pasada, lo que aumentó los temores de que los combates actuales pudieran escalar hasta convertirse en una guerra a gran escala que involucrara a tropas terrestres.
Advertencia
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo al público israelí que esperara “días complicados”, y que, como había prometido, Israel está alterando el “equilibrio de poder” en la frontera norte.
“Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo”, dijo Netanyahu en un mensaje grabado tras reunirse en la sede militar de Tel Aviv con el ministro de Defensa, Yoav Gallant y el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general Herzl Halevi.
El primer ministro israelí pidió a los ciudadanos mantenerse fuera de “la zona de peligro” y evacuar las áreas del este y sur del país que Israel está bombardeando.
“¡Por favor, salid de la zona de peligro ahora!”, instó el mandatario en un video mensaje. “Tomad en serio esta advertencia. No permitan que Hezbolá ponga en peligro sus vidas y las de sus seres queridos”, añadió.
Esfuerzos
Los ministros de Exteriores de Egipto, Badr Abdelaty, y Líbano, Abdalá Bou Habib, instaron ayer a los “países activos” y a las Naciones Unidas a “asumir su papel” para evitar que los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá se conviertan en un “conflicto regional a gran escala”.
En un comunicado conjunto, ambos ministros, reunidos en Nueva York, donde se encuentran para asistir a la Asamblea General de la ONU, destacaron que “los Estados activos deben desempeñar su papel (...) para evitar que los enfrentamientos se expandan y se conviertan en un conflicto regional a gran escala”.
En tanto, presidente de Estados Unidos, Joe Biden, afirmó ayer que está trabajando para intentar “desescalar” el conflicto entre Israel y Hezbolá.
“He sido informado sobre los últimos acontecimientos en Israel y el Líbano. Mi equipo está en contacto con sus homólogos en esos países y estamos trabajando para desescalar la situación de una manera que permita a las personas regresar a sus hogares de forma segura”, dijo el mandatario estadounidense al recibir al presidente de Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed, en la Casa Blanca.
Biden agregó que entre los temas a tratar con su homólogo emiratí están también “los esfuerzos para terminar la guerra en Gaza”. (Con información de El País de Madrid, The New York Times, EFE y AFP)
Las claves de la escalada
La apuesta de Israel: los funcionarios israelíes esperaban que, al intensificar sus ataques durante la semana pasada, desconcertarían al grupo y lo convencerían de retirarse más de la frontera entre Israel y el Líbano. Por ahora, ha sucedido lo contrario: los líderes de Hezbolá han dicho que continuarán sus ataques.
Israel se atrinchera: las escuelas permanecieron cerradas en muchas partes del norte de Israel, mientras las comunidades se preparaban para el ataque con cohetes desde el Líbano. El ejército israelí ordenó restricciones de amplio alcance a las reuniones en toda la zona durante el fin de semana.
Advertencias de evacuación: los funcionarios israelíes dijeron que Hezbolá estaba almacenando miles de cohetes de largo alcance en casas de civiles, y que los habitantes del Líbano recibieron mensajes de texto y llamadas automáticas advirtiéndoles de que se alejaran de los depósitos de armas del grupo. Las afirmaciones suscitaron críticas de los grupos de derechos humanos, que argumentaron que los civiles libaneses no tendrían medios razonables para saber qué tan cerca estaban de posibles objetivos militares.
Una semana de escalada: la explosión de bípers han acercado a los dos bandos más de lo que han estado en años, a una guerra a gran escala. Los analistas dicen que una guerra total podría ser devastadora para ambos países; el conflicto de 2006 mató a más de 1.000 libaneses y 150 israelíes.
Ministro de Defensa israelí pide a civiles “mostrar disciplina”
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, mandó ayer un aviso a los civiles israelíes y dijo que “el público deberá mostrar compostura, disciplina y una obediencia total” a las órdenes del Ejército.
“La diferencia entre el éxito y el fracaso dependerá de que los civiles entren en los refugios y otras áreas de acuerdo con las instrucciones que reciban. Esto salva vidas”, dijo el ministro durante una reunión para evaluar la situación de seguridad en el interior del país.
El ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, reiteró este mensaje en su cuenta de la red social X, tanto en inglés como en árabe y en francés. A pesar de la escalada, las directrices militares para la población civil no han cambiado y, de momento, solo hay restricciones en el norte de Israel, donde están prohibidas las reuniones en exteriores de más de 10 personas y en interiores de más de 100 personas; las escuelas y las playas están cerradas; y los lugares de trabajo deben desarrollar su actividad cerca de refugios antiaéreos.
En una rueda de prensa ayer lunes, un alto cargo militar israelí explicó que, de momento, el país se está centrando en una campaña aérea contra Hezbolá, sin que haya previstas por ahora movilizaciones de tropas.
EE.UU. envía más tropas a la zona
El Pentágono está enviando tropas estadounidenses adicionales a Oriente Medio mientras las tensiones siguen aumentando después de que los ataques aéreos israelíes contra Hezbolá mataran al menos a 350 personas en Líbano, dijeron ayer lunes funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Las tropas serán decenas, dijo un funcionario a The New York Times, y se dirigirán a la región para ayudar a proteger a los miles de estadounidenses que están estacionados allí. El mayor general Patrick S. Ryder, secretario de prensa del Pentágono, se negó a decir exactamente cuántas tropas se estaban desplegando, citando la seguridad operativa.
“A la luz del aumento de la tensión en Oriente Medio y por precaución, estamos enviando una pequeña cantidad de personal militar estadounidense adicional para aumentar nuestras fuerzas que ya están en la región”, dijo. El despliegue se produce un día después de que el secretario de Defensa Lloyd Austin llamara a su homólogo israelí, el ministro de Defensa Yoav Gallant. Austin “subrayó la importancia de encontrar un camino hacia una solución diplomática que permita a los residentes de ambos lados de la frontera regresar a sus hogares lo más rápido y seguro posible, así como alcanzar un acuerdo de alto el fuego en Gaza que permita que todos los rehenes regresen a casa”, dijo el Pentágono en un comunicado ayer lunes.
“El secretario dejó en claro que Estados Unidos sigue en posición de proteger a las fuerzas y al personal estadounidenses y está decidido a disuadir a cualquier actor regional de explotar la situación o expandir el conflicto”, dijo el comunicado.
Alrededor de 40.000 tropas estadounidenses están estacionadas en la región en bases en Irak, Siria y en los países del Golfo Pérsico. El USS Abraham Lincoln está en el Golfo de Omán, y un segundo portaaviones, el USS Harry S. Truman, partió de Norfolk, Virginia, el lunes hacia el Mediterráneo como parte de un despliegue programado regularmente.
Las tensiones han aumentado significativamente esta semana entre Israel y Hezbolá, la milicia libanesa apoyada por Irán. Los ataques de ida y vuelta han llevado a los dos bandos al borde de su primera guerra a gran escala desde 2006, cuando libraron un conflicto de 34 días que incluyó una invasión terrestre israelí y la muerte de más de 1.000 libaneses y 150 israelíes. [The New York Times]
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