VIRUS DE ORIGEN CHINO
Siete personas han muerto en el norte italiano; pueblos siguen aislados.
El coronavirus prosigue su expansión en Italia, el tercer Estado más afectado del mundo, con siete muertos y 231 contagiados hasta ayer lunes, y está creando situaciones de caos en el norte del país. En tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció ayer por primera vez que hay que prepararse para una eventual pandemia.
Lombardía es la región más afectada por la epidemia en Italia, con 178 de los casos positivos y donde se encuentran diez de los once municipios declarados en cuarentena por las autoridades, cerca de Milán.
Precisamente las medidas de control en torno a estas localidades, donde viven 50.000 personas, están provocando algunas situaciones de caos, como en el caso de las conexiones ferroviarias. Viajar hoy en tren de Roma a Milán se convirtió en una pesadilla debido a los controles sanitarios efectuados en la estación de Casalpusterlengo, una de las localidades aisladas por el coronavirus en Lombardía.
El trayecto, que dura unas 3,5 horas en tren de alta velocidad, se transformó en una larguísima odisea de diez horas por el cierre de esta estación, que llevó a desviar los trenes de larga distancia de la línea Roma-Milán-Turín hacia Verona y Padua, dando una vuelta de cientos de kilómetros extras por caminos alternativos.
“Debemos enfocarnos en la contención mientras nos preparamos para una posible pandemia”, dijo ayer en Ginebra el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, aunque agregó que el mundo no estaba presenciando una propagación descontrolada o muertes a gran escala.
La epidemia en China alcanzó su punto máximo entre el 23 de enero y el 2 de febrero y el ritmo de contagios ha estado disminuyendo desde entonces.
En Milán, el asesor de Sanidad, Giulio Gallera, recordó que todas las muertes hasta ahora se han dado en pacientes “con una salud muy debilitada o muy ancianos” y que la mayoría de los casos afectan a “hombres por encima de los 65 años”.
De todos los afectados, más de la mitad están recuperándose en sus casas sin necesidad de acudir a un hospital, mientras que un 10% están recibiendo terapia intensiva, añadió.
Y el presidente de Lombardía, Attilio Fontana, se mostró “moderadamente confiado” en una mejora gradual de la situación y aseguró que “la población está reaccionando positivamente a las medidas” de control y aislamiento.
Pero frente a esas palabras de las autoridades, lo cierto es que se está extendiendo la histeria en paralelo al virus. Fontana criticó las escenas de colas en supermercados y estantes vacíos que se han podido ver estos días en Milán y dijo que es “inútil” este aprovisionamiento masivo, ya que “todo funciona como es habitual” y “la vida no ha cambiado en nada”.
Pero las autoridades han pedido evitar aglomeraciones, se suceden las cancelaciones de eventos públicos y es imposible encontrar mascarillas en ninguna farmacia, y muy difícil comprar gel antibacteriano o guantes de látex.
La expansión del coronavirus fuera de China y la intensidad de la epidemia en Italia castigaron ayer lunes a las bolsas de todo el mundo.
Corea del Sur e Irán son los otros países donde se está expandiendo el virus. Corea del Sur, con 800 contagiados y ocho muertos, es el segundo lugar más afectado después de China, mientras que en Irán ya hay 12 muertos y 64 afectados.
En China son 77.150 los afectados y 2.592 los muertos hasta ayer lunes.
Hace dos semanas que una misión de la OMS llegó a China para estudiar la epidemia y evaluar las medidas tomadas por el gigante asiático.
Hoy el jefe de la misión, el epidemiólogo canadiense Bruce Aylward dio una valoración positiva de la actuación: “No hay dudas de que la actitud de China ante la rápida propagación de este nuevo patógeno respiratorio ha cambiado el rumbo de lo que era, y sigue siendo, una epidemia que se expandía rápidamente y que era mortal”. “Son probablemente las medidas de contención de enfermedad más ambiciosas, ágiles y agresivas de la historia”, agregó.
El domingo, el presidente chino, Xi Jinping, había declarado que la epidemia de coronavirus esla crisis de salud más grave que ha vivido el país desde la fundación de la República Popular en 1949.
Ante la falta de vacuna, el aislamiento ha sido hasta ahora el medio más recurrente y expeditivo de frenar el contagio.
Turquía, Pakistán, Afganistán, Irak y Armenia han cerrado sus fronteras terrestres con Irán, mientras que otros países de la región como Kuwait, Omán, Jordania y Arabia Saudí han tomado medidas para impedir la llegada de personas procedentes de la República Islámica.
En tanto, el daño para la economía se mide cada día en la bajada del petróleo y la subida del oro, valor refugio.
El ministro de Deportes italiano Vincenzo Spadafora anunció ayer lunes que varios partidos de la Serie A el próximo fin de semana se disputarán a puerta cerrada como consecuencia de la propagación del nuevo coronavirus en el país.
“Siguiendo las demandas del mundo del deporte y considerando que la prohibición de manifestaciones deportivas abiertas al público se mantiene en seis regiones del norte de Italia, hemos aceptado la disputa de partidos a puerta cerrada”, declaró Spadafora tras el consejo de gobierno.
La medida afectará a seis partidos, entre ellos el duelo que debía enfrentar el domingo en Turín a Juventus, líder del campeonato, con Inter, tercero.
El equipo de Milán anunció en paralelo que el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League contra el Ludogorets búlgaro, previsto para el jueves en San Siro, también se jugará sin público.
A la espera de que la Liga de la Serie A oficialice las decisiones definitivas, los partidos que se jugarán a puerta cerrada, además de Juventus-Inter, serán Udinese-Fiorentina, Milan-Génova, Parma-Spal, Sassuolo-Brescia, y Sampdoria-Verona.
Todavía se mantienen con público los partidos Lazio-Bolonia, Nápoles-Torino, Lecce-Atalanta y Cagliari-Roma.
También la industria del cine y la moda se han vista afectadas. El rodaje en Venecia de Mission: Impossible 7, la saga protagonizada por Tom Cruise, fue suspendido. Y la Semana de la Moda de Milán, que cerró el domingo, estuvo marcada por una caída del 50% de compradores asiáticos y la celebración sin público de dos desfiles, incluido el de Giorgio Armani.