Con información de O Globo/GDA
El procedimiento al que tuvo que someterse este jueves por la mañana el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, concluyó sin complicaciones, según el médico Roberto Kalil. El doctor realizó una embolización de la "arteria meníngea media" para evitar más hemorragias en la cabeza.
El procedimiento comenzó a las 7:25 y finalizó antes de las 8:30 y, según Kalil, el presidente ya está despierto y hablando. El proceso se realizó en una sala de cateterismo.
"El procedimiento fue un éxito, se acabó. Ya está despierto y hablando. Ahora irá a la misma cama que estaba en la unidad de cuidados intensivos", dijo Kalil a los periodistas.
Según el equipo médico, este tipo de procedimiento es común en pacientes sometidos a drenaje de hematoma cerebral, cirugía a la que se sometió Lula en la madrugada del martes. El riesgo en este caso es considerado "bajo" por el equipo médico.
El procedimiento realizado consiste en una punción en la ingle, a través de la cual se introduce un catéter hasta el sitio donde se produce la embolización, la cual puede realizarse bajo sedación o anestesia general.
La estancia hospitalaria del presidente no debería cambiar, según el equipo médico. La expectativa es que salga de la unidad del CTI dentro de dos días y regrese a Brasilia la próxima semana.
Lula, operado por segunda vez en 48 horas
La operación de este jueves fue para detener el flujo de hemorragia en el cerebro. La nueva intervención era necesaria para evitar que la sangre se acumule en el cerebro de Lula.
Previo a la intervención, en un comunicado, el equipo médico de Lula afirmó que el presidente se encontraba "bien".
"Como parte del programa terapéutico, (Lula) completará la cirugía con un procedimiento endovascular (embolización de la arteria meníngea media)", decía el comunicado del equipo de Sírio-Libanês.
El boletín agregaba que Lula "permanece en cuidados intensivos en el Hospital Sírio-Libanês, en San Pablo. Pasó el día bien, sin complicaciones, realizó fisioterapia, caminó y recibió visitas de familiares".
Después de sentir dolor en la cabeza el lunes, el presidente fue internado en la unidad Sírio-Libanês en Brasilia. Luego de que la resonancia magnética indicara la existencia de una hemorragia, el equipo médico decidió llevarlo a San Pablo para ser sometido a una cirugía de emergencia en la que se le realizó una perforación en el cráneo para acceder al cerebro y drenar el sangrado. La hospitalización se produjo 51 días después de que Lula se golpeara la cabeza al caer en el baño del Palacio de Alvorada.