ENTREVISTA
Conocido por ser coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana y secretario general de la ONG Directorio Democrático Cubano, cofundada por él en 1990.
Orlando Gutiérrez es nacido en La Habana, es una de las voces contra el régimen castrista más escuchada en el exterior, conocido por ser coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana y secretario general de la ONG Directorio Democrático Cubano, cofundada por él en 1990, con el fin de respaldar a la resistencia en Cuba. Es politólogo, tiene una licenciatura en Ciencias políticas y un doctorado en Filosofía de Estudios Internacionales; es catedrático y escritor. Orlando Gutiérrez Boronat reside en Miami (EE.UU.) y esta semana vino a Uruguay en el marco de una gira para contar los esfuerzos que están realizando para una “transición a la democracia en Cuba”, según afirma.
- ¿Por qué está de gira y a qué países ha ido, además de Uruguay?
-Cuba es un país diferente desde el 11 de julio de 2021 (fecha de protestas masivas). El pueblo cubano se ha pronunciado en un levantamiento ciudadano sostenido. Hay más de 1.000 presos políticos por participar en protestas contra el régimen, entre ellos 122 mujeres. Pero nos hemos dado cuenta que no está saliendo a luz pública lo que está pasando en Cuba. Por eso empezamos a ir a diferentes países para dar a conocer lo que está pasando en Cuba. La gira la comenzamos en octubre, hemos tenido foros en Costa Rica, nos recibió el presidente de ese país. Estuvimos en el Senado de Chile. En México también estuvimos el lunes y martes pasado, donde en una protesta pacífica por los presos políticos, fuimos recibidos a golpes por una banda de canallas contratada por el partido comunista mexicano. Ahora estamos en Uruguay por el 30 aniversario de Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA) y participamos en un foro en el Parlamento de acá. Seguiremos con reuniones en el parlamento europeo.
- Ustedes están hablando de una “transición a la democracia en Cuba”, cuando lo que vemos es un régimen afianzado en el poder, ¿en qué fundamentan la existencia de una transición, o es una aspiración?
-Pienso que ahora es cuando más cerca estamos de una transición, porque el pueblo cubano está rompiendo con el miedo. Hay manifestaciones o distintos tipos de resistencia todos los días. Se ha catalizado un movimiento cívico orgánico a nivel nacional que tiene muchas expresiones, encabezado por artistas, jóvenes y mujeres. Hay familias enteras levantando barricadas contra los policías, se pueden ver esas fotos en los barrios y distintas partes de Cuba. El país ha colapsado. Más de 200.000 cubanos han salido de Cuba a Estados Unidos de enero a hoy. Muchos más a otros países. La tasa de suicidios es muy alta. Si no nos levantamos contra el régimen, Cuba desaparece como nación. No es una lucha política, sino por nuestra existencia.
-¿Usted piensa entonces que la resistencia cubana es más fuerte ahora?
-Sí, y también hay un quebranto dentro de la estructura del poder. Desde el 11 de julio de 2011, 26 generales cubanos han muerto “misteriosamente”, son muchos para que sean accidentes. Con la historia del régimen de devorar a quien plantea alguna duda sobre la estructura de poder y de ser implacable con la disidencia dentro de sus propias filas, nos lleva a pensar que hay un quebranto interno en el régimen y que estamos cerca de que una transición democrática.
-Pero la represión y los presos políticos que usted mencionó podrían verse con indicadores de lo contrario, ¿por qué no lo ve así?
-Hay represión, pero ha cambiado la represión. El régimen tenía un enjambre de organizaciones a nivel popular que vigilaban la vida de los cubanos en todos los aspectos, había un comité de defensa en cada cuadra y un núcleo de partido en cada centro de trabajo. Pero eso se ha caído, ya casi no está funcionando. El espionaje ha caído porque el régimen no tiene los recursos de antes para sostenerlo. Y el liderazgo del régimen y de Díaz Canel tampoco tienen prestigio ante la población. Ya no tienen la capacidad de virar al pueblo contra el pueblo, como hicieron por mucho tiempo.
- En el año 2020 usted se reunió con el entonces presidente de Estados Unidos Donald Trump para pedir el encauzamiento criminal de Raúl Castro, ¿qué pasó con ese proceso?
-Hemos trabajado, junto con la Comisión Justicia Cuba, para que un tribunal internacional juzgue al régimen de Cuba por crímenes de lesa humanidad. Eso se ha planteado a nivel de gobiernos y parlamentos (…) El régimen lleva a cabo masacres contra opositores internos o refugiados que intentan escapar. Hay menores de edad presos por protestar con penas de 20 años o más. La OEA respaldó nuestra convocatoria a un tribunal internacional en 2019, en Washington, entre otras organizaciones.
-¿Qué expectativas tienen en relación a los organismos internacionales en ese sentido?
-Contra un régimen como el cubano, las medias tintas no funcionan. Hay que ser muy firme con los regímenes totalitarios. No puede haber mensajes diluidos, porque cualquier señal de cierta flexibilidad en algo, ellos lo interpretan como debilidad.
-¿Qué opina del acuerdo que acaba de firmar el gobierno de Nicolás Maduro con la oposición venezolana, y el alivio de sanciones contra ese país por parte de Estados Unidos?
-Hay pocos momentos en la historia en que los diálogos o acuerdos con regímenes comunistas resultaron bien. El único que me acuerdo es el de Polonia en 1989 y 1990, en el que se logró una negociación exitosa y una transición a la democracia. Generalmente los comunistas han utilizado los diálogos muy a favor de ellos, porque no creen en la política, creen en el diálogo como una continuación de la guerra. Si en esta ocasión los venezolanos logran un cambio democrático por esa vía, bienvenida, pero soy muy escéptico.
-¿Por qué muy escéptico, en este caso en particular?
-Porque el régimen de Maduro está controlado por el de La Habana, que es experto en negociaciones que no van a ningún lugar. Solo compran tiempo y dan espacio a la maniobra. Eso vienen haciendo los comunistas, desde los tiempos de Lenin; los diálogos entre los bolcheviques y mencheviques solo sirvieron para el triunfo de los bolcheviques; el diálogo de paz con los sandinistas acabó con Ortega de nuevo en el poder.
-El régimen de Maduro no se define a sí mismo como comunista…
-No, no lo hace, pero el régimen de Cuba lo ve como una revolución hermana.
-¿Y usted cómo lo ve actualmente?
-Como un régimen satélite de lo que hay en Cuba. Y creo que Nicaragua, Cuba y Venezuela funcionan como una misma entidad. Son aliados de la Rusia de Putin, que es un peligro internacional. Díaz Canel hace unos días estaba en Rusia, recibiendo préstamos rusos, fue a China por lo mismo. Hay que ver el tema en una escala geopolítica amplia. Irán, China, Rusia son países muy peligrosos, también para esta región.
-No contestó sobre por qué Estados Unidos, a su entender, está aliviando sus sanciones contra Venezuela…
-Creo que en Estados Unidos hay mucha incomprensión de lo que es un régimen totalitario.
- ¿Le parece realmente que el gobierno de Estados Unidos es naif?
-Tienen un mindset diferente, y también muchos intereses en juego. El petróleo no debería ser una razón por la cual Estados Unidos hace concesiones en política exterior.
-¿Cómo ve el futuro de la región con varios líderes de izquierda que han ido asumiendo las presidencias?
-En México estamos viendo los intentos de López Obrador por terminar con el Instituto Nacional Electoral. Y algo así pasa en otros países, me preocupa. Si sigue existiendo un régimen totalitario en la región, como el cubano, con redes de influencia en muchos países, ninguna democracia latinoamericana está segura.
-¿Cómo ve a Uruguay?
-Uruguay sí ha demostrado que se vale por sí mismo en el progreso. Es una democracia ejemplar. Estamos muy agradecidos con el presidente Lacalle Pou por la forma en que respondió a Díaz Canel en la Celac (septiembre 2021), lo que dijo fue recibido con alegría por los cubanos en la isla, fue tremendo, se sintieron representados. Solo le digo a Uruguay que cuide lo que tiene. Se cuida la democracia, ejerciéndola.