EN OHIO
La muerte de una adolescente negra a causa de los disparos hechos por un policía en Columbus, estado de Ohio, volvió a conmover al país.
La muerte de una adolescente negra a causa de los disparos hechos por un policía en Columbus, estado de Ohio, volvió a conmover a Estados Unidos el mismo día del veredicto de culpabilidad contra el exagente Derek Chauvin por el fallecimiento de George Floyd en mayo pasado.
Ayer miércoles decenas de personas se acercaron a la esquina donde Floyd murió asfixiado, en el sur de Mineápolis, para mostrar sus respetos.
Las caras de alivio de unos contrastaban con las lágrimas de otros, pero la sensación general era de que “por fin” se había conseguido justicia en el caso de Floyd.
La Casa Blanca se refirió ayer miércoles a “otras situaciones” en Estados Unidos, en concreto a la muerte a manos de un policía de una joven negra de 16 años, Ma’Khia Bryant, en Ohio, estado fronterizo con Canadá. Según la versión policial, un agente disparó contra Bryant cuando la adolescente aparentemente amenazaba con un cuchillo a otras dos menores de edad, lo que se puede apreciar en las imágenes de la cámara corporal del policía implicado.
Este suceso ocurrió 30 minutos antes de que se diera a conocer el martes el veredicto del jurado en el caso de Floyd.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el asesinato de Bryant fue “trágico” porque se trataba de “una niña”.
“Estamos pensando en sus amigos y familiares y en las comunidades que están sufriendo su pérdida”, agregó Psaki.
Este episodio se suma a los dos registrados en las últimas semanas que terminaron con la muerte a disparos de dos jóvenes de minorías raciales en Estados Unidos: Daunte Wright, de 20 años, que murió en Brooklyn Center, Minesota; y Adam Toledo, de 13 años, en Chicago.
La respuesta inmediata del gobierno ha sido la apertura de una investigación.