El País de Madrid, EFE
El régimen cubano destituyó este lunes a uno de sus cinco viceprimeros ministros, una de sus vacas sagradas, otro nombre que se suma a la lista de altos dirigentes separados de sus funciones en los últimos meses. A través de una nota escueta replicada por varios medios oficiales, se conoció que el viceprimer ministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella había sido depuesto de su cargo tras incurrir en “errores en el desempeño de sus funciones” y que su puesto lo ocupará Eduardo Martínez Díaz, doctor en Ciencias, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y actual ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

El comunicado no explica mucho más, ni siquiera cuáles fueron los errores que supuestamente cometió el ya ex alto cargo cubano, un ingeniero electrónico de 53 años, doctor en Ciencias Técnicas por la Universidad alemana de Münster. Antes de integrar la cúpula cubana fue profesor y jefe de grupo de trabajo en el Centro de Investigaciones en Microelectrónica, director del centro universitario de enseñanzas CUJAE y decano de la Universidad de Ciencias Informáticas que Fidel Castro creó en 2002.

El viceprimer ministro pasa a las filas de políticos que el régimen cubano ha destituido en los últimos tiempos, siguiendo los pasos de quien también fuera ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, separado del cargo a inicios de año por haber cometido “graves errores”, en palabras del propio presidente Miguel Díaz-Canel. Entonces, el mandatario cubano aseguró que habría una política de “tolerancia cero” hacia conductas como la de Gil, de cuyo caso se sabe muy poco. También aseguró que la dirección del Partido Comunista y el régimen “nunca ha permitido, ni permitirá jamás, la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad”.

Un mes después de su cese, Gil, fue acusado de corrupción.

La denominación de “errores en el desempeño de sus funciones” se ha empleado en otras ocasiones por el oficialismo cubano para apuntar a posibles abusos de poder o delitos de corrupción, pero es una denominación ambigua y sin ningún significado legal.

Foto: EFE

Perdomo Di-Lella no se ha expresado al respecto, siguiendo la línea silenciosa de los gobernantes cubanos. Horas antes sí publicó en su cuenta de X un homenaje a la figura de Camilo Cienfuegos, “héroe de la patria”, uno de los personajes más polémicos en la historia de la Revolución, cuya desaparición física levanta hasta hoy todo tipo de cuestionamientos.

El de viceprimer ministro no es el único alto cargo que Perdomo Di-Lella ocupó en las altas esferas del Gobierno. En 2018 fue nombrado ministro de Comunicaciones. Tres años después, como propuesta de Díaz-Canel, el Consejo de Estado lo promovió al cargo de viceprimer ministro, luego de que liberaran a Roberto Morales Ojeda.

Y además de miembro del comité central del PCC, era diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular, también desde 2018.

Perdomo Di-Lella nunca fue de los nombres más conocidos entre los gobernantes cubanos, como sí lo son los de los también viceprimeros ministros Ramiro Valdés Menéndez o Ricardo Cabrisas Ruíz. Martínez Díaz se suma ahora al grupo que además integran Inés María Chapman Waugh y Jorge Luis Tapia Fonseca.

Martínez Díaz había sido nombrado este mismo año ministro de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en otro episodio de “movimiento de cuadros”, como se denomina en ámbitos oficiales las decisiones de ceses y nombramientos.

Anteriormente y desde 2017 había ejercido como presidente del grupo estatal de biotecnología BioCubaFarma, que tuvo un papel clave en el desarrollo de las vacunas nacionales contra la covid-19. Fue por este motivo nombrado Héroe del Trabajo de Cuba.

Díaz-Canel ha reiterado en los últimos meses la “tolerancia cero” del Gobierno con los delitos económicos y el primer ministro, Manuel Marrero ha pedido “más mano dura” frente a “la blandenguería, la falta de exigencia y de control” en el sector estatal.

De las destituciones anunciadas en lo que va de año se habló de “errores” en la de Gil y en la de dos gobernadores provinciales.