AFP, EFE
Panamá deportó ayer martes a 29 colombianos con antecedentes criminales que ingresaron al país por la selva del Darién, al aplicar por primera vez un acuerdo sobre migración suscrito con Estados Unidos en julio.
“Tenemos el primer vuelo del convenio financiado por Estados Unidos”, dijo el viceministro panameño de Seguridad, Luis Felipe Icaza, acompañado por funcionarios estadounidenses, luego de que despegara al amanecer el vuelo chárter desde el aeropuerto de Albrook de la capital panameña con los 29 deportados rumbo a Bogotá.
Antes de abordar el avión Fokker 50, el grupo fue formado a un costado de la pista y cada uno fue revisado con detectores de metal. Los deportados, que no portaban equipaje, iban esposados de pies y manos, por lo que subieron lentamente la escalerilla de la nave.
Icaza dijo que “el viernes o sábado” puede partir el siguiente vuelo en el marco del memorándum que Panamá suscribió con Estados Unidos el 1 de julio, el día que José Raúl Mulino asumió como nuevo presidente panameño.
Estados Unidos se comprometió a financiar con seis millones de dólares la deportación desde el país centroamericano de migrantes que crucen el Darién, la inhóspita jungla situada en la frontera colombo-panameña.
“El memorándum acoge a cualquier persona, no solo criminales”, dijo la agregada de Seguridad Interior de Estados Unidos en Centroamérica, Marlene Piñeiro, quien presenció el proceso de deportación junto a otros funcionarios estadounidenses y panameños.
“Además de los vuelos chárter, nosotros estamos apoyando con vuelos comerciales” para el retorno de migrantes a sus países de origen, agregó.
Piñeiro agregó que “la mayoría de las personas” que lleguen a Estados Unidos tras cruzar el Darién “no van a calificar para entrar” al país norteamericano.
El director de Migración de Panamá, Roger Mojica, indicó que “el proceso de deportación cubre tanto las personas que tienen antecedentes penales en sus países de origen y personas que hayan ingresado irregularmente al país”.
“La persona que ingresa por la frontera con Colombia (el Darién) ingresa de forma irregular” a Panamá, destacó.
Uno de los deportados “entendemos que es sicario del Clan del Golfo y que tiene varios casos de homicidio en Colombia”, dijo Mojica.
Este sicario del Clan del Golfo fue identificado mediante el sistema biométrico que usan las autoridades panameñas en el Darién.
Según las autoridades colombianas, el Clan del Golfo exporta unas 700 toneladas de cocaína anuales y está vinculado con la minería ilegal y el tráfico de migrantes en el Darién.
Éste es el primer grupo de migrantes deportados en virtud del acuerdo, aunque Panamá ha enviado anteriormente este año a Colombia al menos un par de vuelos chárter con ciudadanos de ese país con antecedentes penales.
Durante la campaña electoral, Mulino había prometido “cerrar” el Darién a la migración. “La frontera de Estados Unidos en vez de Texas se corrió a Panamá”, afirmó el 16 de abril.
Tras asumir el mando, Mulino dijo que el convenio con Washington conduciría a iniciar “los procesos de repatriación de toda esta gente que está aquí acumulada” en la selva panameña, pero el 18 de julio matizó sus declaraciones anteriores al afirmar que no planeaba “repatriarlos a la fuerza”, sino de manera voluntaria. “La frecuencia de estos vuelos va a depender mucho de los flujos (de migrantes) y tramitología (contactos con los países de destino)”, dijo Mojica.
El funcionario panameño aseguró que el Gobierno del presidente José Raúl Mulino está “haciendo las coordinaciones, los acuerdos diplomáticos” con países como “Ecuador, la India y otras naciones”, para retornar a ciudadanos de esos países que entren de manera ilegal a Panamá a través del Darién, tanto los que tengan antecedentes penales como los que no.
En lo que va de año, más de 230.000 migrantes irregulares de varias decenas de países del mundo, aunque en su gran mayoría de Venezuela, han entrado a Panamá tras atravesar la selva, de acuerdo a los datos citados por el jefe de la oficina de Migración.
Sin vuelos a Venezuela por crisis diplomática con el chavismo
La selva del Darién, de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos.
Más de 520.000 personas cruzaron por allí en 2023. Este año han hecho la travesía más de 230.000 migrantes, según cifras oficiales panameñas. El director de Migración de Panamá, Roger Mojica, dijo que por ahora no es posible enviar deportados a Venezuela, país del que proceden dos tercios de los migrantes que cruzan el Darién, debido a la crisis diplomática entre Panamá y Caracas a raíz de la cuestionada reelección del dictador Nicolás Maduro.
“Ahorita mismo se nos impide hacer cualquier movimiento hacia Venezuela”, indicó Mojica, al aludir a que Caracas cerró su espacio aéreo a los aviones panameños.
Se dispara llegada de inmigrantes a Canarias
El número de inmigrantes que llegaron a las islas Canarias se duplicó con creces en los primeros 7 meses y medio de 2024, mientras el presidente español, Pedro Sánchez, se prepara para viajar la próxima semana a África Occidental, de donde salen las embarcaciones.
Hasta el 15 de agosto llegaron al archipiélago español situado frente a las costas del noroeste de África 22.304 migrantes, frente a los 9.864 del mismo periodo del año anterior, según datos del ministerio del Interior. Ello representa un aumento interanual del 126%.
Con las cifras disparadas, el Gobierno español anunció que Sánchez partirá el 27 de agosto para una visita de tres días a Mauritania, Gambia y Senegal, de cuyas costas zarpan innumerables embarcaciones repletas de migrantes hacia el archipiélago español.
España es una de las principales puertas de entrada a Europa de los inmigrantes, la gran mayoría usando la peligrosa ruta atlántica a las Canarias.
Será la segunda visita de Sánchez a Mauritania en seis meses. La última fue en febrero, y estuvo acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que anunció un paquete de ayuda de 210 millones de euros para la gestión de la migración en el marco de un programa de cooperación reforzada con Nuakchot.
Desde finales del año pasado, Mauritania es el principal punto de partida de las embarcaciones de madera que llegan a las islas Canarias. La propia nación de África Occidental está experimentando una enorme presión migratoria, acogiendo a más de 150.000 personas desplazadas, según datos de la UE, con un flujo de emigrantes que no muestra signos de disminuir.
La ruta atlántica hacia las islas españolas es especialmente peligrosa debido a las fuertes corrientes, y los migrantes viajan en embarcaciones sobrecargadas, a menudo innavegables y sin suficiente agua potable. Aun así, esta ruta ha ganado popularidad debido al incremento de la vigilancia en la vía del mar Mediterráneo.