EFE
Empujones, golpes de puño y un proyecto de ley robado. Así transcurrió la acalorada sesión del Parlamento de Taiwán este viernes, en la que se discutía un proyecto de ley que busca dar mayor poder al parlamento sobre el gobierno.
Uno de los puntos más controvertidos de la propuesta es la que busca penalizar a los funcionarios que hagan declaraciones falsas en el parlamento. La discusión parlamentaria escaló hasta terminar en una gresca, como se aprecia en imágenes difundidas por AFP: un legislador del partido oficialista -Chung Chia Pin-, tacleó a la líder de uno de los partidos opositores, Chen Ching-Hui, mientras el presidente de la cámara mira atónito toda la escena y es frenado por otra funcionaria.
Y, en medio de todo eso caos, uno de los legisladores del partido gobernante, llamado Kuo Kuo Wen, vio la oportunidad de poner la discusión parlamentaria en punto muerto. Trepó encima de un escritorio, forcejó con otro legislador para sacarle los documentos del proyecto de ley de las manos y huyó por las escaleras de la cámara, eludiendo a múltiples legisladores que intentaron frenarlo hasta salir del recinto.
🇹🇼 | En Taiwan los legisladores se empujaron, abordaron y golpearon entre sí en el parlamento en una disputa sobre las reformas de la cámara.
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) May 17, 2024
Un miembro gobernante del PPD, en un esfuerzo por evitar que se aprobara el proyecto de ley, le arrebató los papeles de votación. pic.twitter.com/XW4SbWLAy4
¿Cuál es el contexto de esta sesión parlamentaria?
La sesión ocurre días antes de que asuma el presidente electo de Taiwán, Lai-Ching Te, del Partido Democrático Progresista, que ganó las elecciones en enero pero perdió la mayoría parlamentaria.
El partido del presidente electo sostiene que la oposición -integrada por los partidos Koumintang y el Partido Popular de Taiwán-, busca imponer sus propuestas sin pasar por los procesos legislativos habituales.
Lai-Ching Te asumirá el cargo el próximo 20 de mayo, encabezando un nuevo gobierno del Partido Democrático Progresista que estará integrado por figuras cercanas a Estados Unidos.
Lai, de 64 años, ha apostado por el continuismo en política exterior, seguridad nacional y defensa, siguiendo la línea marcada por su antecesora en el cargo, Tsai Ing-wen, quien abandonará el palacio presidencial tras ocho años como presidenta de la isla.
Respecto al equipo encargado de China, el presidente electo se ha decantado por perfiles moderados, en aras de no empeorar aún más las relaciones con Pekín, cuyas autoridades ven a Lai como un “alborotador” y un “independentista”.