DIMISIÓN
Su dimisión la convirtió en la primera ministra con el período más breve.
La primera ministra británica, Liz Truss, anunció ayer jueves su dimisión apenas 44 días después de llegar al poder, convirtiéndose así en la jefa de gobierno más efímera de la historia contemporánea del Reino Unido.
“Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador. He hablado con su majestad el rey para decirle que renuncio como líder del partido”, dijo en conferencia de prensa.
Truss explicó que se había reunido por la mañana con el presidente del Comité 1922 -que agrupa a los diputados “tories” sin cartera-, Graham Brady, quien acudió a Downing Street para comunicarle que había perdido definitivamente el apoyo de su partido.
Ambos convinieron en que la elección interna para nombrar a un sucesor se celebre “la semana próxima”. Hasta entonces continuará en funciones, según expresó.
Pasado el mediodía, la exlíder conservadora salió a las puertas de la que ha sido su residencia durante apenas un mes y medio y anunció su dimisión, con un discurso sobrio y lacónico de apenas dos minutos.
El anuncio se produjo tan solo unos momentos después de que su portavoz asegurara que Truss no tenía previsto dejar el cargo, y que seguía trabajando con el ministro de Economía, Jeremy Hunt, para presentar un nuevo plan económico.
Aunque Truss aseguró el miércoles que era una “luchadora” y no “alguien que abandona”, su cargo pendía de un hilo que se afinaba cada día. Menos de 24 horas antes de la renuncia, se vio obligada a lidiar con la dimisión de su ministra de Interior y se enfrentó a una ronda de preguntas de la oposición y de sus propios diputados en el Parlamento. Fue otro ejercicio oratorio donde se mostró bastante menos hábil que su antecesor, Boris Johnson, cuando se enfrentaba a ese mismo Parlamento.
Para entonces, más de una decena de diputados conservadores había pedido su dimisión. Con el paso de las horas el número se disparó, lo que hizo prácticamente insostenible su continuidad al frente del Ejecutivo británico.
¿Qué la llevó de ser la elegida, la admiradora de Margaret Thatcher que se presentó como “la gran provocadora”, a perder el respaldo de sus propias filas?
Truss representa al ala más derechista del Partido Conservador, como Thatcher, apodada la “dama de hierro” por la mano dura con que gobernó el Reino Unido de 1979 a 1990 y a la que Truss soñaba emular.
La primer ministra en funciones alcanzó el cargo aupada en las primarias por las bases conservadoras, que apreciaron su discurso desacomplejado y su propósito de dar un giro a la derecha en el rumbo del país.
Sin embargo, en las votaciones previas entre los propios diputados “tories”, Truss nunca había encabezado las preferencias y solo pasó a disputar el liderazgo con el exministro de Economía, Rishi Sunak, por apenas ocho votos.
Sin la legitimidad con la que contaba Johnson gracias a su aplastante victoria en 2019 ni un gran respaldo en sus propias filas, Truss aterrizó en Downing Street con pies de barro.
Así, a los 47 años, esta exministra de Relaciones Exteriores -puesta en ese cargo en 2021 por Johnson, en un intento por controlar sus ambiciones- llegó al poder con una simple promesa: en un contexto difícil de fuerte inflación y disparada de precios de la energía, quería relanzar el crecimiento mediante recortes masivos de impuestos.
Pero no salió nada bien.
El 23 se septiembre, Truss anunció su política fiscal junto a su exministro de Economía, Kwasi Kwarteng. Además de los recortes de impuestos, el programa incluía un colosal apoyo a las factura energéticas, pero no había claridad en cuanto al financiamiento del plan.
Esto hizo temer un descalabro en las cuentas públicas y le valió la desaprobación de los mercados. Como consecuencia, la libra esterlina cayó hasta su mínimo en más de 50 años. Fue el principio del fin para Truss.
En un intento por sobrevivir, la primera ministra en funciones dio un giro radical y abandonó casi todo su programa económico de la mano de Hunt, su nuevo ministro de Economía, quien ahora se posiciona como uno de los favoritos para sucederla en Downing Street.
Pese a la marcha atrás, su credibilidad ya estaba rota.
En suma, Truss solo controló el poder unos días, entre el final del duelo nacional tras la muerte el 8 de septiembre de la reina Isabel II y la debacle de sus medidas económicas.
Primarias urgentes
El plazo para presentar candidaturas a liderar el Partido Conservador y el gobierno británico quedó abierto ayer mismo y cerrará el lunes.
Los conservadores han incrementado el numero de respaldos necesarios respecto a los 30 que exigieron en las primarias del pasado verano y han acelerado los plazos de las votaciones para designar al siguiente primer ministro lo antes posible.
En caso de que un solo aspirante supere el umbral de 100 apoyos entre los 357 diputados “tories”, el mismo lunes se conocerá el ganador de las primarias. Si hay más candidatos, las bases de la formación votarán a través de internet al nuevo líder, que será anunciado, como máximo, el viernes.
Por ahora, quienes suena fuerte entre los favoritos para suceder a Truss son Sunak; Hunt; Johnson; Penny Mordaunt, ministra encargada de las relaciones con el Parlamento, y Ben Wallace, ministro de Defensa.
Por su parte, el Partido Laborista pide elecciones generales. La ministra principal de Escocia también las exige. El líder de los laboristas, Keir Starmer, exhortó a ir a los comicios “ahora”.
“El Partido Conservador ha demostrado que ya no tiene mandato para gobernar. Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos”, afirmó Starmer.
Y así, con más pena que gloria, apenas seis semanas después, Truss deja el Ejecutivo en medio de una tormenta que sacude al Partido Conservador tras 12 años en el poder.
Los favoritos
Rishi Sunak, titular de Economía durante la pandemia, se perfila como favorito para suceder a Liz Truss. Sunak, de 42 años, alertó durante las primarias conservadoras del pasado verano que los planes fiscales de Truss iban a desplomar las finanzas del Reino Unido, una advertencia que resultó certera y dio alas a sus aliados para reivindicarlo como el sucesor natural de la jefa de gobierno. Sunak ganó todas las rondas de las anteriores primarias en las que votaban los diputados conservadores, lo que lo convierte en uno de los candidatos capaces de generar unidad en el partido, aunque perdió en las primarias -donde votaban los afiliados- frente a Truss.
El escándalo de las fiestas en Downing Street durante la pandemia desplomó la popularidad de Boris Johnson, pero cuatro meses después de que anunciara su dimisión, recuperó terreno en las encuestas. En un sondeo entre los afiliados “tories” publicado esta misma semana, el 32% de las bases del partido quieren que vuelva al poder, mientras que el 23% prefiere a Sunak. El aplastante triunfo electoral del héroe del Brexit en 2019 dio a los conservadores una mayoría que no veían desde Margaret Thatcher en la década de 1980. Sin embargo, algunos le atribuyen cierta responsabilidad en la actual debacle conservadora.
Jeremy Hunt, el nuevo ministro de Finanzas emergió como quien lleva las riendas del poder ante el debilitamiento de Truss, tras verse obligada a renunciar a su plan económico y nombrarlo como jefe de la cartera de Hacienda. Fue él quien anunció la supresión de casi todas las medidas fiscales. Este poco carismático pero muy experimentado exministro de Relaciones Exteriores tuvo su paso por la secretaría de Cultura en 2010, designado por David Cameron, y en 2012 pasó a Salud. Hunt, de 55 años, aseguró recientemente a la BBC que tras dos intentos fallidos de convertirse en líder del partido y jefe de gobierno, en 2019 y el pasado julio, no desea participar de nuevo en la carrera.
Con raíces de izquierda y “anti-brexit” reconvertida
Elizabeth Truss creció en un entorno izquierdista y estudió en Oxford, donde se licenció en política y economía. Sus compañeros recuerdan a una estudiante “provocadora pero discreta”, que no aparecía como una futura primera ministra. Allí presidió un grupo juvenil del Partido Liberal Demócrata, donde empezó a mostrar firmes opiniones políticas. En 2012 entró en el gobierno y ocupó una serie de carteras, primero como secretaria de Estado de Educación y luego como ministra de Medio Ambiente de 2014 a 2016. Fue la primera mujer ministra de Justicia y, posteriormente, secretaria jefa del Tesoro. En 2016 votó contra el Brexit. Luego se convirtió en fervorosa partidaria y trabajó para forjar nuevas alianzas con tratados de libre comercio con países como Japón y Australia. (AFP).