NUEVO GOBIERNO
Perú ha sido duramente golpeado por la pandemia: casi 200.000 han muerto, siendo el país con mayor tasa de mortalidad del mundo por el coronavirus.
El maestro rural de izquierda Pedro Castillo asume hoy miércoles la Presidencia de Perú con el reto de superar la pandemia, reactivar la economía y acabar con las convulsiones políticas que marcaron el último quinquenio en el país.
Castillo recibirá la banda presidencial el día en que Perú conmemora el bicentenario de la independencia. El rey de España, Felipe VI, llegó ayer martes a Lima para asistir al cambio de mando, al que acudirán también seis presidentes, el secretario de Educación de Estados Unidos, Miguel Cardona, y el exmandatario boliviano Evo Morales. Uruguay estará representado por el canciller Francisco Bustillo.
“El desafío más grande de Castillo es no defraudar a la gente que necesita respuestas rápidas, porque está sin trabajo y tiene hambre, o corre peligro de muerte por el COVID-19”, indicó el analista político peruano Hugo Otero.
Perú ha sido duramente golpeado por la pandemia: casi 200.000 han muerto, siendo el país con mayor tasa de mortalidad del mundo por el coronavirus, con 603 decesos cada 100.000 habitantes. Además, una larga cuarentena en 2020 causó la pérdida de dos millones de empleos y sumió al país en la recesión. El PIB cayó 11,12%.
Castillo fue proclamado hace ocho días como presidente electo por el jurado electoral, que demoró un mes y medio en revisar impugnaciones de votos y apelaciones antes de declararlo ganador del balotaje del 6 de junio frente a la derechista Keiko Fujimori.
El nuevo mandatario, de 51 años, que siempre luce un sombrero blanco de copa alta típico de los campesinos de su natal Cajamarca (norte), es católico y contrario al aborto y las uniones entre personas del mismo sexo.
Durante la campaña electoral aseguró que no era ni chavista ni comunista, y “mucho menos terrorista”, conceptos que repitió cuando fue proclamado presidente electo.
Castillo recibió el lunes la llamada telefónica del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien dijo que esperan de él “un rol constructivo” respecto de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
Aunque sectores políticos y empresariales peruanos temen que Perú termine en un régimen como el de Nicolás Maduro, el principal asesor económico de Castillo, Pedro Francke, dijo a la AFP que el programa no tiene “nada que ver con la propuesta de Venezuela”.
La gobernabilidad será otro reto del nuevo gobernante, tras una polarizada campaña electoral y las convulsiones políticas del último quinquenio, que condujeron a Perú a tener tres presidentes en cinco días de noviembre de 2020.
“Castillo tiene que posicionarse rápidamente como presidente de todos los peruanos y ya no como el presidente de la mitad de los peruanos”, declaró la politóloga Jessica Smith. “Gobernar para un país llamando a la unidad va más allá de los discursos, eso tiene que traducirse en hechos y gestos concretos”, agregó.
Castillo tendrá como jefa del Congreso peruano a la centroderechista María del Carmen Alva. Diez partidos tienen presencia en el fragmentado nuevo Congreso de 130 miembros. Las mayores bancadas son de Perú Libre, el partido de Castillo, cuenta con 37 escaños, y del partido fujimorista Fuerza Popular, con 24. Acción Popular, el partido de Alva, tiene 16.
Castillo viajará el jueves a la ciudad andina de Ayacucho para una juramentación simbólica en la Pampa de la Quinua, escenario de la batalla del 9 de diciembre de 1824, que selló la independencia de Perú y del resto de la América española.
Si bien la independencia de Perú fue promulgada en Lima por José de San Martín el 28 de julio de 1821, este proceso solo se consolidó el 9 de diciembre de 1824, en la batalla de Ayacucho que ganó Simón Bolívar.
El presidente interino peruano Francisco Sagasti, quien recibió el pasado viernes a Castillo en el Palacio de Gobierno, le recomendó que evalúe si se justifica insistir en su propuesta de cambiar la Constitución.
"Elecciones íntegras".
La misión de expertos electorales de la Unión Europea (UE) en Perú concluyó que las elecciones de 2021 fueron “en general creíbles e íntegras y de conformidad con los compromisos y obligaciones nacionales e internacionales que rigen los procesos democráticos”.
El informe completo de la delegación fue publicado ayer martes.
Para la misión de la UE, “el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) gestionaron unas elecciones bien organizadas pese a enfrentar acusaciones no probadas de falta de independencia, campañas de desprestigio sin precedentes y acoso a sus presidentes que perturbaron el proceso”.
Asimismo, el informe resaltó que la proclamación oficial de Castillo como presidente electo se retrasó por una cantidad sin precedentes de recursos de nulidad de votos presentados, en su mayoría por Fujimori, en zonas donde su rival había obtenido un apoyo abrumador.
Fujimori presentó más de un millar de recursos legales, todos rechazados.
Católico, de izquierda y sindicalista
De 51 años, Pedro Castillo nació en un pueblo del norte de los Andes peruanos.
Es un devoto cristiano. Es el tercero de nueve hijos de Ireño Castillo y Mávila Terrones, dos campesinos analfabetos que durante años fueron jornaleros en una aldea del distrito de Tacabamba, en la región minera de Cajamarca, a unos mil kilómetros al norte de Lima. Allí participaba por las noches de las rondas campesinas, una suerte de milicia andina autogestionada que combate a la delincuencia rural. Mientras completaba la primaria en un colegio del distrito de Anguía, todos los días caminaba durante varias horas para llegar a clase con su peculiar sombrero chotano. Fue el único hermano en ir a la universidad, donde se formó para ser maestro. Ganó notoriedad por encabezar en 2017 una gran huelga nacional de docentes que paralizó durante meses el dictado de clases.