JORNADA ELECTORAL
Los peruanos eligen a su nuevo mandatario entre la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo, en un balotaje que las encuestas prevén muy parejo.
Los peruanos, que han tenido cuatro presidentes desde 2018, eligen mañana domingo a su nuevo mandatario entre la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo, en un balotaje que las encuestas prevén muy parejo. Cualquiera que gane tendrá que buscar acuerdos en un Congreso fragmentado para evitar que persista la inestabilidad del último quinquenio, que provocó la sucesión de tres presidentes en cinco días en noviembre de 2020.
Castillo y Keiko cerraron sus campañas el jueves en Lima con mítines con cientos de seguidores amontonados, mientras la pandemia no da tregua a Perú. Esta semana, el país pasó a tener la mayor tasa de mortalidad por COVID-19 del mundo. Ambos han encabezado esta semana bulliciosos y coloridos actos buscando captar votos de los indecisos, que bordeaban el 18% en los últimos sondeos.
Los dos candidatos en conjunto recibieron el 32% de los votos en la primera vuelta electoral, el 11 de abril.
El expresidente José Mujica respaldó el jueves la candidatura de Castillo, al que pidió no caer en el autoritarismo, durante una conversación entre ambos transmitida en redes sociales. “Es un arduo combate permanente, pero no caigas en el autoritarismo”, dijo Mujica.
Por su parte, el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, apoya a Keiko Fujimori por ser “el mal menor”.
Más de 25 millones de ciudadanos están convocados a las urnas. El voto es obligatorio. (Con información de AFP y EFE)
Pedro Castillo es un maestro de escuela rural que salió del anonimato. Hace cuatro años líderó una huelga nacional de docentes de casi 80 días. El candidato de Perú Libre, un minoritario partido izquierdista, llega al balotaje con leve ventaja. De 51 años, Castillo carga con el mérito de canalizar el sentimiento de indignación de una parte de Perú que conectó con su mensaje: “No más pobres en un país rico”.
Nació en Puña, un pueblo del distrito de Chota, en la región norteña de Cajamarca. Está casado y tiene tres hijos. Su esposa es evangélica, pero él católico. La mezcla de moral conservadora y demandas sociales de cambio ha sintonizado bien en un país donde la religión suele ser un factor electoral. Acostumbra a citar pasajes bíblicos cuando apela a la moral para justificar su rechazo al aborto, al matrimonio homosexual y la eutanasia. “Castillo es una especie de Lula del campo, sin las dotes sindicalistas del expresidente brasileño, pero demuestra ser un buen comunicador”, dijo a AFP la periodista y analista peruana Sonia Goldenberg.
Promete crear un millón de empleos en un año y niega que pretenda confiscar los fondos de pensiones, como aseguran sus críticos. “Planeamos cambios, no parches o reformas como otros candidatos de izquierda”, afirmó Castillo durante la campaña. La propuesta electoral de Perú Libre se basó en una tríada: salud, educación y agricultura, los sectores prioritarios para impulsar el desarrollo nacional, según Castillo.
También prevé convocar a una Asamblea Constituyente para redactar en seis meses una nueva carta magna. La Constitución de 1993 es un legado del gobierno de Alberto Fujimori. Castillo promete además expulsar a los extranjeros que cometan delitos, en tácita alusión a los migrantes venezolanos que llegaron desde 2017 y que superan el millón. Y con el fin de combatir la inseguridad propone que Perú se retire del Pacto de San José para restablecer la pena de muerte a los delincuentes. Perú Libre es uno de los pocos partidos peruanos de izquierda que defiende al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
Keiko Fujimori (Fuerza Popular), puede convertirse mañana domingo en la primera presidenta de Perú, una meta que persigue hace 15 años cuando asumió la tarea de reconstruir el movimiento derechista fundado por su padre en 1990.
Para Keiko será su tercer balotaje, y aparece con un inédito tono moderado y conciliador, tras 16 meses en prisión preventiva, hasta mayo de 2020. La primogénita del encarcelado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), de 46 años, casada y con dos hijas adolescentes, tiene una piedra en el zapato: una acusación de la fiscalía de recibir dinero de la constructora Odebrecht para sus campañas de 2011 y 2016. En el tramo final de la campaña y a instancias del patriarca del clan, se reconcilió con su hermano menor Kenji Fujimori. La fiscalía, que se prepara para llevarla a juicio, anunció el 11 de marzo que pediría condena de 30 años de prisión. De ganar la presidencia, tendrá inmunidad y solo podría ser juzgada una vez que termine su mandato de cinco años.
Sus propuestas para reactivar la economía, muy golpeada por la pandemia, implican elevar el gasto público y han sido tildadas de “populistas” por economistas independientes. Keiko se formó en Estado Unidos, donde obtuvo un Máster en Administración de Empresas en la Universidad de Columbia luego de licenciarse en la Universidad de Boston. Si gana, no tendrá mayoría en el Congreso, al contar su partido con 24 escaños sobre 130. Su padre Alberto Fujimori, de 82 años, fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por corrupción y crímenes contra la humanidad. Ella ha dicho que de ganar lo indultará. .
El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa la respalda para el balotaje alegando que “representa el mal menor”. Keiko, que en japonés significa “hija bendita”, ha pasado la mitad de su vida en política, a la que ingresó contra su voluntad, según confesó.
Postuló al Congreso por primera vez en 2006 y obtuvo la más alta votación: 602.000 votos. Perdió en 2011 la presidencia ante Ollanta Humala y en 2016 ante Pedro Pablo Kuczynski.