DEFINICIÓN ELECTORAL
Las denuncias de fraude que lanzó la candidata presidencial parecen no tener fundamentos, según ONG locales y observadores de la OEA.
En Perú sigue la incertidumbre sobre el resultado de la segunda vuelta presidencial del pasado domingo. El candidato izquierdista Pedro Castillo, del partido Perú Libre, se mantenía ayer martes adelante en el escrutinio, pero la derechista Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, redujo la distancia y denunció un “fraude sistemático” aunque sin presentar pruebas.
El candidato izquierdista mantiene una ventaja de 71.764 votos sobre su rival, cuando ya se ha contabilizado el 98,33 % de los votos de la segunda vuelta del pasado domingo.
El último reporte de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) señaló este miércoles que Castillo ha recibido el 50,20% del sufragio (8.735.448 votos), mientras que Fujimori obtuvo el 49,79% (8.663.684 votos).
Hasta el momento, ya se han procesado 86.311 actas de votación, equivalentes al 99,795 % del total, de las cuales la ONPE ha enviado 1.260 al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para su revisión.
La reducción de la ventaja era “previsible con la llegada de las actas del extranjero, (pero) falta saber si será suficiente” para Fujimori, dijo la politóloga peruana Jessica Smith. “El margen se va a seguir estrechando, ahora las impugnaciones (de actas de mesas de votación) pasan a ser cruciales” para decidir la elección, agregó la académica de la Universidad Central de Chile.
Keiko Fujimori denunció “irregularidades” e “indicios de fraude sistemático”, luego de que su rival pasara a encabezar el escrutinio.
Unos 200 manifestantes fujimoristas se congregaron ayer martes a protestar contra el “fraude” afuera de la sede de la ONPE en Lima.
La ONPE niega la posibilidad de fraudes, así como también la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia, que indicó al diario El Comercio: “No hay ninguna evidencia que nos permita hablar de fraude electoral”.
Mientras se alarga el suspenso, Castillo pidió en Twitter “estar atentos para defender la democracia que se expresa en cada uno de los votos, dentro y fuera de nuestro amado Perú”.
La esperanza de Keiko Fujimori está en los votos del exterior, donde estaban habilitados para sufragar un millón de los 25 millones de electores peruanos, que demoran en ser contabilizados.
El partido de Castillo pidió en un comunicado a la ONPE que “cuide la correcta protección de los datos de los votos, al procesarlos y publicarlos”.
A nivel nacional, el domingo votó el 75% de los electores registrados, más que el 70% de la primera vuelta, en abril.
El balotaje parece lejos de ponerle fin a las convulsiones políticas del último quinquenio, que condujeron a Perú a tener cuatro presidentes desde 2018, tres de ellos en cinco días de noviembre de 2020.
La misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) ha enfatizado, antes de la denuncia de Fujimori, que el escrutinio se realizó “de acuerdo a los procedimientos oficiales” y respaldó el trabajo de la ONPE.
“Si Keiko gana, cómo va a justificar su triunfo si ha denunciado fraude”, cuestionó el analista Hugo Otero, exasesor del difunto expresidente Alan García. “Estamos pasando por un momento de incertidumbre y expectativas, pero lo que espera el país es que se confirme que los resultados de la votación son aceptados por los candidatos”, apuntó Otero.
Para Keiko, perder no solo le significaría su tercera derrota en un balotaje. Tendrá que ir a juicio con riesgo de terminar en la cárcel, porque la fiscalía la investiga por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, un escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.
Mientras avanza el recuento, ambos candidatos apenas se dejaron ver durante el día, recluidos en sus respectivas viviendas en la capital.
Por un lado Fujimori no salió de su domicilio en el distrito de Surco, mientras que Castillo solo salió de la vivienda donde se aloja temporalmente en el distrito de Breña para acudir a una reunión en el Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Unmsm).
Antes había recibido al excandidato presidencial por el partido Somos Perú, Daniel Salaverry, quien anteriormente formó parte de las filas del fujimorismo y ahora es un acérrimo opositor a Keiko, al punto que antes de las elecciones anunció su voto por Castillo.
“Lo que ha quedado claro es que el fujimorismo no ha cambiado. Sigue siendo el mismo, con la misma actitud del 2016 de no reconocer los resultados de las elecciones”, dijo Salaverry en declaraciones a periodistas tras reunirse con Castillo.
“Vamos a estar vigilantes porque los intentos del fujimorismo y de las fuerzas oscuras para quebrar la voluntad popular están latentes aún. Van a pelear hasta el último minuto, acá no solamente se están jugando la Presidencia, se están jugando sus procesos penales, muchos de ellos complicadísimos”, añadió.
Todo indica que esta elección se definirá por un margen muy similar al de hace cinco años, cuando Pedro Pablo Kuczynski ganó la elección a Keiko Fujimori por poco más de 40.000 votos, un margen de 0,2% de todos los sufragios válidos. Kuczynski fue destituido luego por el Parlamento, y asumió para completar el mandato Francisco Sagasti.
Apuran en el Congreso la reforma de la constitución
El Congreso de Perú evaluará a partir de hoy miércoles una serie de proyectos de reforma constitucional, entre los cuales figuran la convocatoria a un referéndum para aprobar una Asamblea Constituyente y la posibilidad de retornar a la bicameralidad, en tres días consecutivos de sesiones virtuales.
Con esta polémica convocatoria, los diputados pretenden revisar y aprobar una batería de reformas constitucionales antes de que el sábado termine la legislatura (el período ordinario de sesiones) y el domingo arranque formalmente un nuevo período. Esta maniobra, que comenzó el pasado mayo cuando los legisladores votaron crear una legislatura extraordinaria, extemporánea e irregular según muchos analistas, busca apurar la aprobación de proyectos de reforma constitucional. Así, lo que voten en lo que resta de esta semana lo tendrán que votar nuevamente antes del 16 de julio, cuando culmina su mandato legal y en vísperas de que asuma el poder el Congreso elegido el pasado abril.
En Perú no existe evidencia ni indicio alguno de “fraude sistemático” en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, y tan solo ha habido “algunos casos aislados” de incidentes, indicó a EFE la presidenta de la Asociación Civil Transparencia, Adriana Urrutia. La responsable de la organización, encargada de velar por el correcto funcionamiento de las instituciones y la democracia en el país, salió así al paso de la denuncia emitida por la candidata presidencial Keiko Fujimori.
“No existe fraude. Existen tan solo casos aislados que merecen ser investigados”, indicó la politóloga, al señalar que además de la falta de sustento aportado por la denuncia de Fujimori, existe la evidencia recogida por más 1.400 voluntarios de la organización que apuntan que “la votación se realizó en la absoluta normalidad”. Así, insistió: “no tenemos evidencia en nuestros reportes de que se pueda hablar de un fraude sistemático”.
Por su parte, el paraguayo Rubén Ramírez, jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), felicitó a las autoridades electorales peruanas por la utilización de “mecanismos que abonan a la transparencia de los procesos electorales y dan certeza a la ciudadanía”. En un mensaje en video difundido en las redes sociales de la OEA, Ramírez destacó que el pasado domingo los peruanos acudieron a las urnas “para expresar su voluntad de manera pacífica y democrática” y reconoció a las autoridades electorales “por la organización de un proceso de gran complejidad, marcado por la pandemia y por la polarización política”. Ramírez también hizo votos para que la “actitud democrática continúe prevaleciendo” en Perú.