San Pablo | "La dificultad de la lucha armada es hacer cercanas las distancias largas y convertir los problemas en ventajas." Probablemente, Marcos Willians Herbas Camacho (38) le haya prestado atención especial a ese fragmento de "El arte de la guerra" cuando decidió lanzar el mayor desafío del crimen organizado contra el Estado brasileño.
Camacho, alias "Marcola", el líder del Primer Comando de la Capital (PCC), es fanático de ese libro y logró convertir el "problema" de estar preso en una "ventaja": mediante un celular, controla el mundo del crimen desde el lugar donde todo delincuente sabe que un día puede terminar.
"No presiones a un enemigo desesperado", dice otra lección de "El arte de la guerra", ya que una presa debatiéndose por su vida se vuelve peligrosa porque lucha de forma enloquecida. Difícil no imaginar que "Marcola" estaba siguiendo ese precepto cuando aceptó detener la ola de atentados ante un enemigo, el Estado de San Pablo, desesperado ante su ataque brutal y sorpresivo.
Los íntimos lo llaman "el Playboy", dicen que le gustan las ropas de marca y estar siempre presentable. Pero hay dos rasgos que lo vuelven peligroso para el Estado: es tan audaz como inteligente. Ya acumula más de 10 años de prisión, de los casi 25 años de carrera como criminal. Y dicen que durante la soledad de la reclusión ya devoró aproximadamente 3000 libros.
A sus allegados les recomienda que lean Dante Alighieri. Justamente quien sometió a San Pablo a tres días de infierno, como el primer canto de la "Divina comedia", una de sus obras preferidas.
"Marcola" tiene una hija y está de novio con una estudiante de Derecho. Su mujer anterior, una abogada, fue asesinada a tiros por integrantes del PCC, celosos de su influencia sobre "Marcola".
Una característica de los "capos" brasileños es que mezclan el ataque al Estado con supuestos fines ideológicos. "Marcola" también estaría adoptando un discurso político basado en sus lecturas de Trotsky y Lenin, según publicó el martes el diario O Estado de Sao Paulo. Fue justamente "Marcola" el que ordenó eliminar a los líderes anteriores para poder establecer otra línea para el PCC. En lugar de ataques indiscriminados, organizó a su fuerza hacia objetivos concretos.
Uno de ellos sería que el que intenta descubrir el Departamento de Investigaciones del Crimen Organizado: el PCC estaría intentando financiar las campañas de un candidato a diputado nacional y otro estadual para las elecciones de octubre, algo que ya se investiga en Rio de Janeiro.
La novedad sería que el PCC demostró que puede someter a una ciudad a un estado de guerra. Lo respaldan los 130.000 hombres que le responden en las cárceles y los 10.000 "soldados" en libertad, vinculados al PCC.
La Nacion/GDA