Polémica en la recta final de la campaña presidencial francesa

Una persona mayor mira carteles de la campaña en Cannes, en el sur de Francia. Foto: AFP

ELECCIONES EN EUROPA

Estancado en los sondeos y con su imagen salpicada, Emmanuel Macron suma 28 % en la primera vuelta del 10 de abril, frente al 22 % de Marine Le Pen.

Christophe Castaner, el jefe de filas del partido del presidente Emmanuel Macron en la Asamblea francesa, denunció ayer domingo que se ha usado a la consultora McKinsey para montar “una operación política” para perjudicar a Macron en las elecciones del 10 de abril.

En una entrevista en la radio RMC, Castaner habló del “escándalo McKinsey”, que ha minado la imagen del presidente saliente a una semana de que se celebre la primera vuelta de las presidenciales, en las que la ultraderechista Marine Le Pen le pisa los talones.

El antiguo ministro del Interior tachó como “acusaciones infundadas” algunas de las conclusiones del informe elaborado por una comisión de investigación del Senado y detonante de la polémica.

En el documento, titulado “la influencia creciente de los gabinetes de asesoría privados en las políticas públicas”, se asegura que el Gobierno de Macron dobló desde 2018 el recurso a las consultoras privadas, hasta los casi 1.000 de euros anuales, sin la transparencia suficiente.

Se apunta a la estadounidense McKinsey como una de las beneficiarias, que además no habría pagado el impuesto de sociedades en Francia desde hace una década.

“Cuando vemos que por solo 16,5 millones de euros en un año entero (gastados en servicios a McKinsey), se cita (en el informe) a McKinsey 477 veces, lo digo claramente: se trata de una operación política contra la verdad”, dijo Castaner.

Según el líder de La República en Marcha (LREM) en la Asamblea, es deseable acudir a la prestación de servicios a terceros para “misiones temporales” como las que se encomendó a consultoras como McKinsey y no al cuerpo de funcionarios disponible.

Encuestas

En pleno crecimiento de la ultraderechista Marine Le Pen en las encuestas, el presidente francés y candidato a renovar el cargo, Emmanuel Macron, celebró el pasado sábado un multitudinario mitin en París en el que puso el acento en causas emblemáticas de la izquierda y en el que reivindicó su europeísmo.

Macron se empeñó en dar un nuevo impulso a una campaña atípica, en la que ha estado más ausente que sus rivales debido a la guerra en Ucrania, en la que se ha esforzado por colocarse como un mediador con la Rusia de Vladímir Putin.

Estancado en los sondeos y con su imagen salpicada por el polémico recurso de su Gobierno a la consultora McKinsey, Macron suma 28 % en la primera vuelta del 10 de abril, frente al 22 % de Le Pen, según la última encuesta. En la segunda vuelta, Macron ganaría por estrecho margen, un 52 %, ante el 48 % de Le Pen, siempre de acuerdo a los sondeos.

El sábado, el dirigente centrista se dio un baño de masas en el recinto París La Defense Arena ante 30.000 seguidores y la plana mayor de su Gobierno, así como su mujer, Brigitte.

“Frente al veneno de la división, de la fractura, no hay nada mejor que la fuerza tranquila de la fraternidad”, lanzó Macron, en uno de los varios mensajes dirigidos contra la ultraderecha de Le Pen, quien aboga por una reducción drástica de la inmigración.

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