Agencia EFE
El expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, fue acusado por la policía brasileña por un supuesto fraude en el certificado de vacunación contra el covid-19. El objetivo era falsificar los certificados de vacunación anticovid para que los beneficiarios pudieran saltarse las restricciones sanitarias en Brasil y en terceros países durante la pandemia.
La Policía Federal acusa al líder ultraderechista de "asociación criminal" y "uso de datos falsos en registros oficiales", según confirmaron fuentes de la institución. Ahora, la Fiscalía se encargará de analizar las conclusiones de la Policía y decidirá si presenta una denuncia formal ante la Justicia o archiva el caso.
Según la investigación, en los dos últimos años del mandato de Bolsonaro (2019-2022) operó una red ilícita en la que supuestamente participaron militares, asesores, políticos y médicos, y de la que se benefició directamente el ex jefe de Estado y su entorno más próximo.
Bolsonaro "dio la orden"
Además de apuntar a Bolsonaro, la Policía Federal constató indicios de delito contra otras 16 personas, entre ellos el antiguo ayudante militar del exgobernante, el teniente-coronel Mauro Cid, pieza clave en la causa.
Cid fue detenido en mayo de 2023 en el marco de este proceso. Hoy está en libertad provisional después de firmar un acuerdo con las autoridades en el que confesó y aportó pruebas sobre lo ocurrido.
Según su testimonio, Bolsonaro, un negacionista en relación a la pandemia del coronavirus, que ha matado a más 710.000 brasileños desde 2020, le "dio la orden" para que hiciera un certificado de vacunación para él y otro para su hija Laura, hoy con 13 años.
La Policía sospecha que la trama empezó con el propio Cid, cuando maniobró para obtener un documento con el inmunizante para su esposa con la ayuda de autoridades locales del estado de Río de Janeiro.
A partir de ahí, se emitieron de forma fraudulenta otros certifiados para personas del círculo de confianza de Bolsonaro, al que ya le registraron su casa por este caso en mayo de 2023 en busca de pruebas.
Cid reveló en la comisaría que entregó "personalmente" los certificados irregulares al entonces presidente Bolsonaro, que siempre ha desconocido los hechos y quien públicamente sembraba sospechas infundadas sobre la eficacia de las vacunas.
Sin embargo, la Policía descubrió que se emitieron documentos de inmunización referidos a Bolsonaro a finales de diciembre de 2022, días antes de que viajara a Estados Unidos -donde permaneció tres meses-, en vísperas de la investidura del actual mandatario, Lula.
Entonces era obligatorio presentar dicho certificado para entrar en EE.UU., si bien la defensa de Bolsonaro alega que ingresó con un pasaporte diplomático, lo que le eximía de tal requisito, y un test negativo.
Joyas robadas y el intento de golpe
En otra investigación Bolsonaro es sospechoso de haberse apropiado ilegalmente durante su mandato de regalos de alto valor que recibió en diversos viajes al exterior y que deberían formar parte del acervo del Estado, entre ellos un conjunto de joyas obsequiado por Arabia Saudí.
Pero la más grave es la que le sitúa en el centro de la trama golpista que buscó anular la victoria electoral de Lula, en octubre de 2022, y mantener en el poder a Bolsonaro, capitán retirado del Ejército y un nostálgico de las dictaduras militares.
En ese proceso, las sospechas contra el expresidente aumentaron tras los reveladores testimonios de Marco Antonio Freire Gomes y Carlos Baptista Júnior, excomandantes del Ejército y la Aeronáutica.
Ambos declararon que se reunieron varias veces con Bolsonaro y sus asesores más próximos, y que estos les invitaron a apoyar su plan para dar un golpe.
De hecho, la Policía no descarta que la emisión de certificados falsos de covid sirviera para dar una salida exprés a los investigados en caso de que el golpe se materializara.
De hecho, la asonada golpista tuvo un último capítulo el 8 de enero de 2023, cuando miles de simpatizantes del líder ultra invadieron y destrozaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema con la idea de forzar una intervención militar para derrocar el Gobierno de Lula.