AFP, EFE
En el estado de Rio Grande do Sul las inundaciones causadas por las fuertes lluvias ya dejan 96 muertos y 1,5 millones de damnificados, en vísperas de nuevos temporales que van a afectar aún más a la región.
Además, la Defensa Civil ha contabilizado, hasta el momento, 131 desaparecidos por las lluvias e inundaciones sin precedentes.
Hasta el momento, 401 municipios se han visto afectados; “prácticamente todo el estado”, señaló en una rueda de prensa Eduardo Leite, gobernador de Rio Grande do Sul.
El anuncio de nuevos temporales a partir de hoy miércoles, y que serán más fuertes entre el viernes y el domingo, tiene en alerta a las autoridades que preparan las medidas de contingencia.
Según el Instituto Nacional de Metereología (INMET), en los próximos días se esperan “fuertes lluvias y tormentas” en el estado de Rio Grande do Sul en toda la zona fronteriza con Uruguay, debido a la llegada de un frente frío.
El gobernador hizo un llamado a los habitantes de municipios que ya fueron afectados para que permanezcan en los albergues y solo regresen a ver lo ocurrido con sus hogares cuando las autoridades confirmen total seguridad para sus vidas.
Rio Grande do Sul ha sido el estado de Brasil más azotado por las lluvias, con al menos 95 víctimas mortales, mientras que el vecino estado de Santa Catarina registró un fallecimiento.
En total, ya son 1,5 millones de personas que sufren con la falta de alimentos, de medicinas y de servicios básicos como luz y energía, de las cuales unas 160.000 están refugiadas en casas de amigos o familiares y otras 48.799 en abrigos improvisados por las autoridades.
“Al límite”
“Esto es horrible. Tenemos niños”. Gabriela Almeida sostiene en brazos al pequeño Ravi, de un año, mientras espera turno para cargar agua de uno de los pocos grifos disponibles en el municipio de Alvorada, al este de la ciudad de Porto Alegre.
Gabriela tiene 27 años y es ama de casa. Thiago Oliveira tiene 28 y es obrero en la construcción. En su hogar, otros tres niños de 3, 7 y 10 años esperan poder tomar agua. Desde el sábado, en el barrio de Jardim de Aparecida, el suministro se cortó tras las devastadoras inundaciones que paralizan a Porto Alegre y su región metropolitana.
Thiago carga una bolsa grande y colorida con 10 botellas de tres litros. Impreso en el nailon se lee “Ordem e progresso”, el lema grabado en el pabellón nacional verde y amarillo de Brasil.
Gabriela tiene que racionar el agua. Baño y cocina son “prioridades”, además del agua para beber, claro.
En la fila unas 30 personas aguardan pacientes. El supermercado “Nosso Super” facilitó un acceso a su pozo artesiano para que los vecinos se abastezcan. Es que, en la tienda, no hay más: ni botellas, ni bidones, ni latas. Los últimos recipientes de 10 litros de agua se fueron hace poco rato.
En el cercano supermercado “Taka”, la situación es la misma: la sección “Agua” de las estanterías es apenas un hueco vacío.
Ayer martes, solo una de las seis centrales que abastecen de agua potable a Porto Alegre y su zona de influencia funciona. “No hay previsión de normalización” del servicio, informaron autoridades municipales. En Porto Alegre viven 1,4 millones de personas, pero con el área metropolitana suman 3,5 millones. Un Uruguay entero.
Los edificios de apartamentos y hoteles, como los hospitales y refugios, se abastecen con camiones cisterna.
“Estoy al límite. Dios me libre de quedarme sin agua”, dice Elizabeth a la AFP, mientras carga dos baldes de 5 litros de agua por enésima vez desde las siete de la mañana.
A sus 67 años, esta mujer jubilada, de complexión delgada, lleva días haciendo el trayecto hasta su casa cargando recipientes pesados. El problema es que “uno tiene cierta edad y los bidones grandes me lastiman los brazos”, relató frotándose los músculos.
Llega la ayuda
La ayuda humanitaria comienza a llegar a Rio Grande do Sul ante el agravamiento de la situación.
Se destinarán 200 millones de reales (unos 40 millones de dólares) para atender la emergencia, anunció el gobernador Leite.
Cargamentos de ayudas y donaciones provenientes de todo el país llegaron ayer martes a Porto Alegre, donde “la demanda más urgente es el agua”, destacó Sabrina Ribas, portavoz de Defensa Civil.
En una operación “similar a una guerra”, la Marina brasileña enviará hoy miércoles a Rio Grande do Sul su navío Atlántico, el mayor buque de América Latina, con dos estaciones móviles de tratamiento de aguas.
En la región, unos 15.000 militares, bomberos, policías y voluntarios trabajan para rescatar a las víctimas en aeronaves, embarcaciones y vehículos de todo tipo.
La logística para distribuir agua y víveres es incesante, con “helicópteros que van y vienen para atender especialmente a municipios colapsados”, mientras se intenta liberar las carreteras, detalló Ribas.
El presidente Luiz Inácio Lula de Silva dijo que los “fondos de emergencia comenzarán a ser liberados” para “los primeros socorros”. Y aunque todavía no se “tiene dimensión de los estragos”, reiteró que “no faltarán recursos para atender las necesidades” del estado. Si las lluvias demoran las cosechas en esta región agropecuaria, “tendremos que importar arroz y frijoles” para evitar incrementos de precios, advirtió.
Uruguay y Argentina aportaron o pusieron a disposición equipamiento para rescate y personal especializado.
"Rescatistas cansados de las Fake News"
La Policía Federal de Brasil investigará una masiva difusión de noticias falsas en las redes sociales sobre las graves inundaciones que afectan al sur del país y que han generado confusión en torno a las tareas de socorro.
“Los equipos de rescate y de Defensa Civil están exhaustos de tanta ‘fake news’ y la Policía Federal debe actuar para identificar a los delincuentes e impedir que sigan perjudicando el socorro” a las víctimas, declaró el ministro de Información, Paulo Pimenta. El Gobierno, según explicó Pimenta, ha detectado que en las redes sociales se difunden en forma masiva informaciones falsas sobre las tareas de rescate, que han obstaculizado en algunos casos la tarea de los socorristas.
Una de ellas, que se refería a Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul y parcialmente bajo las aguas, aseguraba que las autoridades exigían permisos especiales a quienes poseen alguna embarcación y desean colaborar como voluntarias en el rescate de personas cuyas viviendas han quedado aisladas.
Los temporales han afectado a más de 1,4 millones de personas en 397 municipios de Río Grande do Sul, una región que enfrenta además un fuerte desabastecimiento de alimentos y medicinas y problemas en los servicios básicos, como luz, energía y agua.
Aplazan partidos de equipos gaúchos
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció ayer martes el aplazamiento de los partidos de mayo de los equipos del estado de Rio Grande do Sul.
La suspensión afecta a todos los equipos gaúchos, entre ellos Gremio e Internacional de Porto Alegre, cuyos estadios están completamente anegados, y a todas las competiciones nacionales de cualquier categoría, según indicó la CBF en una nota.
Los clubes de Rio Grande do Sul tampoco jugarán como visitantes, pues muchas de sus instalaciones deportivas están inutilizables por el alto nivel de agua.
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