Guillermo Abril / El País de Madrid
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha lanzado este martes todo un desafío a los socios de la Unión Europea al convertirse en el primer líder del bloque comunitario en reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, desde que el Tribunal Penal Internacional emitiera el pasado marzo una orden de arresto contra el líder del Kremlin por presuntos crímenes de guerra por su implicación en la “deportación ilegal de niños” ucranios.
El encuentro bilateral ha tenido lugar en Pekín, adonde han acudido ambos mandatarios para asistir al foro internacional que marca el 10º aniversario de la Nueva Ruta de la Seda, el megaprograma de infraestructuras con el que el gigante asiático busca conectarse al mundo.
En abril de 2022, Putin recibió sin fotos y a puerta cerrada al canciller austriaco, Karl Nehammer, la primera visita de un dirigente europeo desde que el líder ruso ordenara en febrero a sus tropas la ofensiva sobre Ucrania.
Nehammer, uno de los principales defensores de la compra de gas ruso dentro de la UE, acudió al Kremlin en un viaje que suscitó críticas tanto en su país como en el bloque comunitario.
En esta ocasión, en Pekín, los dos líderes han mostrado cercanía en el cara a cara.
“Hungría nunca ha querido enfrentarse a Rusia”, ha dicho Orbán, el líder comunitario más próximo al Kremlin desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
“Por el contrario, el objetivo de Hungría siempre ha sido establecer y ampliar los contactos mutuos. Y lo hemos conseguido. Pero debido a la operación militar especial (guerra de Ucrania) y las sanciones (de la UE), estas relaciones lamentablemente han perdido mucho. Ha dañado el tejido que usted y yo construimos juntos”, ha añadido, según ha recogido Reuters.
“A pesar de que en las condiciones geopolíticas actuales las oportunidades de mantener contactos y desarrollar relaciones son muy limitadas, no puede sino causar satisfacción que nuestras relaciones con muchos países europeos se mantengan y desarrollen. Uno de estos países es Hungría”, le ha confesado Putin durante el encuentro, que ha tenido lugar en la residencia de Diaoyutai, donde el Gobierno chino suele alojar a las visitas oficiales.
El mandatario ruso ha recordado los intensos lazos económicos desarrollados en las últimas décadas por ambas naciones y ha asegurado que en 2022 aún se vivió un incremento de la cooperación. “Por desgracia, este año hemos visto un descenso en los primeros siete meses. Ha bajado un 35%”, ha añadido Putin.
13 encuentros
Orbán ha asegurado que, de los 13 encuentros que han mantenido desde 2009, este ha sido el más complicado. “Nunca hemos estado en una situación más difícil”. El húngaro ha descrito el intercambio como “el más duro hasta la fecha”, según recoge la agencia rusa TASS.
“Por supuesto, es muy importante tener la oportunidad de intercambiar puntos de vista no solo sobre las relaciones bilaterales, sino también sobre la situación en el mundo y en Europa con uno de los países de la UE”, ha dicho Putin, según la citada agencia.
“Sabemos que nuestras posiciones no siempre coinciden, pero una oportunidad de intercambiar puntos de vista, en mi opinión, siempre es extremadamente importante”.
El Gobierno de Budapest ha asegurado que los líderes han discutido sobre envíos de gas y petróleo -ambos sectores están sujetos a sanciones de Bruselas- y cuestiones de energía nuclear.
El húngaro, verso suelto de los Veintisiete en infinidad de materias, ha mostrado a menudo su descontento con las sanciones impuestas por Bruselas a Rusia por la guerra, que ha ido aceptando a regañadientes y a menudo con excepciones y salvedades.
También ha bloqueado el envío de armas a Ucrania. Ambos se reunieron por última vez el 1 de febrero de 2022, apenas tres semanas antes de que los tanques rusos cruzaran la frontera ucrania.
Desde la invasión a Ucrania, que hicieron saltar por los aires las relaciones entre las capitales de la UE y la maquinaria del Kremlin, los líderes de los Veintisiete han marcado distancias y evitado a Putin, aunque en abril de 2022, ya iniciada la guerra, el canciller austríaco Karl Nehammer visitó Moscú para entrevistarse con el ruso.
Orban es otro caso aparte. También ha sido el único líder comunitario de primera fila que ha viajado a Pekín para acudir al tercer Foro de la Franja y Ruta para la Cooperación Internacional -nombre oficial del evento-, en el que participan delegaciones de más de 140 países. En la cita, a la que China da una importancia máxima, Putin cuenta con un puesto privilegiado.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, no es frecuente ver al líder ruso de viaje en el extranjero. La semana pasada, salió por primera vez de su país desde la orden internacional de detención dictada contra él en marzo. Acudió en visita oficial a Kirguistán, nación que no reconoce al Tribunal Penal Internacional, como tampoco lo hace China.