SITUACIÓN
Mario Draghi presentó el pasado jueves su dimisión al jefe del Estado, Sergio Mattarella, tras perder el apoyo en una moción de confianza del Movimiento 5 Estrellas.
El Gobierno italiano se mantiene en el limbo a la espera de saber si el primer ministro, Mario Draghi, consumará el miércoles su dimisión tras la crisis abierta en su coalición, mientras la ultraderechista Gorgia Meloni, sola en la oposición, exige elecciones.
Draghi presentó el pasado jueves su dimisión a jefe del Estado, Sergio Mattarella, tras perder el apoyo en una moción de confianza del Movimiento 5 Estrellas (M5S), socio clave de la coalición de unidad nacional que dirige desde febrero de 2021 con el resto de partidos del hemiciclo, excepto los Hermanos de Italia de Meloni.
Sin embargo Mattarella no aceptó y le emplazó a comparecer el miércoles en el Parlamento -Senado y Cámara de los Diputados-, donde anunciará si renuncia al cargo o si se somete a otra investidura para agotar la legislatura en marzo de 2023.
En este contexto, Meloni no se cansa de exigir un adelanto electoral “inmediatamente”, animada por los pronósticos de las encuestas, que ya la sitúan como primera fuerza del país. Mientras, el resto de partidos se dividieron entre los que creen que Draghi debe continuar con la misma mayoría para culminar su programa de reformas, y los que piden hacerlo excluyendo al M5S.
El líder del progresista Partido Demócrata, Enrico Letta, llamó a “todas las fuerzas políticas y al M5S” a impulsar el miércoles la continuidad de la coalición gubernamental ante los retos pendientes, como la crisis económica e internacional por la guerra ucraniana.
Si Draghi dimite finalmente y Mattarella disuelve el Parlamento, Letta calculó que las elecciones tendrían lugar el 25 de septiembre (La Constitución establece que los comicios deben celebrarse en el plazo de 60 días).
El PD es el más interesado en que el M5S vuelva a tender la mano a Draghi puesto que planea aliarse con esa formación de cara a las próximas elecciones generales, un pacto que ya han implementado en los recientes comicios municipales y regionales.
Los partidos que se niegan a seguir en coalición con el M5S, al que acusan de “irresponsable”, son la ultraderechista Liga de Matteo Salvini y la conservadora Forza Italia de Silvio Berlusconi.
Encuestas ubican a la ultraderecha como la primera fuerza de Italia.
El coordinador nacional de este último partido, Antonio Tajani, mano derecha del ex primer ministro, zanjó que “no se puede seguir gobernando” con el Cinco Estrellas: “Es imposible (...) Nuestra presencia (en la coalición) es alternativa a ellos”, avanzó.
Salvini, que en los últimos tiempos criticó la acción de la coalición de la que forma parte, no aclaró si seguirá apoyando a Draghi: “La Liga elegirá por el bien de Italia”, dijo. Tanto él como Berlusconi han abogado por que, en caso de caída del Gobierno de Draghi, se adelanten elecciones, a las que concurrirían en coalición con Meloni.
El líder del M5S, Giuseppe Conte, que en los últimos tiempos ha mantenido notorias desavenencias con Draghi, precisamente su sucesor como primer ministro, convocó el Consejo Nacional de su partido para analizar la situación.